Batacazo de River Plate en el Mundialito

Si la euforia por derrotar a Boca Juniors en la final de la Libertadores hab¨ªa sido un sentimiento en busca y captura para evitar posibles distracciones en el Mundial de Clubes, la realidad es que tanto le hubiera dado a River Plate dejarse la voz y el f¨ªsico por la gesta conseguida en Europa en virtud de lo visto a miles de kil¨®metros del Santiago Bernab¨¦u. Tras completar un partido lleno de altibajos (2-2), en el que lo mismo dio ser el campe¨®n de la Conmebol como el invitado al torneo, al equipo argentino le dejaron fuera de la final los penaltis (5-4), y espec¨ªficamente el ¨²ltimo, el que fall¨® Enzo P¨¦rez. Batacazo de River, que ten¨ªa entre ceja y ceja dar rienda suelta a la pasi¨®n madrile?a derrotando al equipo propietario del estadio en el que acab¨® con Boca. No ser¨¢ esta vez.

En apenas tres minutos el partido adquiri¨® una inclinaci¨®n inesperada para River. En un saque de esquina el sueco Berg adelant¨® al Al Ain aprovech¨¢ndose de un error en el marcaje de la defensa argentina, seguramente la parcela menos unificada del equipo de Gallardo. El golpe, como suele ser habitual con los alumnos perezosos, despert¨® a River, que sinti¨® herido su orgullo y reaccion¨® inmediatamente elevando la intensidad. Algo que si bien le permiti¨® ganar enteros, termin¨® por embarrar el duelo, que pas¨® a ser una suerte de batallas individuales. En ese arte de pincel grueso logr¨® pintar un nuevo partido el conjunto bonaerense, que dio la vuelta al marcador por medio de Borr¨¦. El colombiano firm¨® un doblete en apenas diez minutos, aprovech¨¢ndose de la mala conexi¨®n de la defensa del Al Ain.

Pero el partido nunca entr¨® en vereda. Ni para un lado, ni para el otro. De hecho, tuvo sentido que as¨ª fuera puesto que en ambos lados adolec¨ªan de los mismo males. Las jugadas de ataque permit¨ªan que no hubiera aproximaciones bald¨ªas, lo que dio vitalidad a un partido que perd¨ªa quilates a medida que la pelota retrasaba su ubicaci¨®n. El f¨²tbol en el centro del campo sufri¨® la misma sed que un n¨¢ufrago en medio del mar. No gan¨® terreno River hasta que, una vez m¨¢s, se vio con el agua al cuello. Una gran jugada individual de Caio por banda izquierda que concluy¨® con un disparo raso al primer palo devolvi¨® la igualada al marcador y oblig¨® a Gallardo a introducir al campo a Quintero, su mejor estilete.

El bal¨®n comenz¨® a fluir en ataque, y Pratto no solo recib¨ªa mejor y con la porter¨ªa m¨¢s cerca, sino que el gol parec¨ªa haber rebajado aun m¨¢s sus condiciones para materializarse. Si no fuera por la buena actuaci¨®n del portero del Al Ain, Essa, que desbarat¨® primero un buen disparo del nueve de River y despu¨¦s un cabezazo de Borr¨¦, el golpe de River no hubiera tardado tanto en aparecer. Un penalti sobre Casco permiti¨® al Pity Mart¨ªnez disponer de su mejor oportunidad durante todo el partido, pero su zurdazo se estrell¨® contra el larguero y sali¨® despedido fuera del ¨¢rea del Al Ain.

Ah¨ª pudo estar el ansiol¨ªtico que necesitaba River, que ahora no podr¨¢ conciliar el sue?o, o s¨ª, si se centra solo en la Libertadores. Poco m¨¢s tiene a lo que agarrarse.