I?aki Williams sale por la puerta grande: marca dos a?os despu¨¦s en San Mam¨¦s
Tras 770 d¨ªas de sequ¨ªa liguera en su casa, anota dos goles magn¨ªficos para que el Athletic derrote al Sevilla
A veces ocurren cosas, como las que sucedieron en San Mam¨¦s entre el Athletic y el Sevilla. Son fen¨®menos extra?os, que en realidad deber¨ªan ser cotidianos, pero por casualidades ¨Co no tanto¨C, del f¨²tbol, se convierten en hechos extraordinarios. Como que I?aki Williams vuelva a marcar no un gol, sino dos, en La Catedral.
El futbolista del Athletic lleva cien partidos seguidos de LaLiga, sin perderse ninguno; ha marcado siete goles esta temporada, pero desde el 4 de diciembre de 2016, es decir, hace 770 d¨ªas, no anotaba en San Mam¨¦s. M¨¢s de dos a?os de preocupante sequ¨ªa, de bloqueo mental para un delantero, que vive precisamente de ese subid¨®n de adrenalina que provoca el gol. Los arietes suelen ser ego¨ªstas por naturaleza, unos m¨¢s que otros, y necesitan importantes dosis de autoestima para funcionar, y a I?aki su campo, su afici¨®n, le estaban pesando como una losa.
Hasta que lleg¨® el Sevilla, y el minuto 22 del partido, cuando circulaba por la banda izquierda, pensando tal vez en lo duro que es llevar tanto tiempo sin mojar en casa. Dani Garc¨ªa toc¨® para C¨®rdoba, y el joven extremo zurdo busc¨® la carrera de I?aki, que se fue centrando hasta conseguir un buen ¨¢ngulo y la postura ideal. Luego lanz¨® un ca?onazo y super¨® a Vaclik. Una obra de arte.
Fue el chispazo que le quit¨® de encima ese peso que llevaba desde hac¨ªa tanto tiempo: m¨¢s de dos a?os, 26 meses, que le iban torturando como la gota china. El gol hizo crecer a Williams, y empeque?eci¨® al Sevilla. El delantero comenz¨® a hacer cosas que se le suponen a los delanteros de otro estilo. Consigui¨®, por ejemplo, peinar todos los balones largos, adelant¨¢ndose a los centrales. Cada carrera de I?aki era un calvario para el dispositivo defensivo que plane¨® Mach¨ªn. Y San Mam¨¦s lo reconoci¨® enseguida. Esta vez no se produjo ninguno de esos silencios maestrantes que permiten escuchar las voces sobre el c¨¦sped. La afici¨®n del Athletic respondi¨® como en las grandes tardes.
El partido no se parec¨ªa en nada al del jueves, cuando el Sevilla sentenci¨® sin problemas la eliminatoria copera. Al Athletic le preocupaba mucho m¨¢s el torneo de la regularidad y lo afront¨® con seriedad e intensidad. Apenas permiti¨® que el equipo sevillano se acercara a Herrer¨ªn. En la primera parte s¨®lo lo consigui¨® en una acci¨®n de Sarabia que neutraliz¨® el portero.
Mach¨ªn lanz¨® a sus hombres hacia el ¨¢rea rojiblanca en la segunda parte, como se esperaba, pero el Athletic no recul¨®. Plante¨® la batalla en el medio campo, y se encomend¨® a I?igo Mart¨ªnez cuando los sevillistas atravesaban la primera l¨ªnea. Banega no estuvo c¨®modo, Roque Mesa se perd¨ªa en batallas individuales, y el Athletic segu¨ªa ganando tiempo.
Hasta el minuto 83, cuando volvi¨® a aparecer Williams, que recibi¨® de espaldas en su propio campo, le gan¨® la batalla a los centrales en el control orientado de la pelota, les super¨® ampliamente en la carrera, burl¨® la salida del portero y marc¨® por el ¨¢ngulo que quedaba. Fue otra acci¨®n extraordinaria para aliviar la ansiedad. De salir de una racha nefasta, mejor bajo palio, o por la puerta grande.
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