Muguruza sobrevive a Konta (y la madrugada)

La noche tuvo de todo. Por tener, tuvo hasta la decisiva intervenci¨®n de los excrementos de gaviota, que no fueron los culpables, o al menos no los ¨²nicos, del retraso que hizo que el duelo entre Garbi?e Muguruza y Johanna Konta se postergase hasta las 00.30 de la madrugada en Melbourne. De ah¨ª la excepcionalidad: por primera vez en la historia del Open de Australia, un partido comenz¨® superada la medianoche. Fue una velada surrealista e intensa, intens¨ªsima, que se resolvi¨® despu¨¦s de 2h 42m y un cuerpo a cuerpo fabuloso, decantado al final en favor de la hispanovenezolana: 6-4, 6-7 y 7-5.

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¡°No me puedo creer que todav¨ªa haya gente aqu¨ª, as¨ª que, ?a qui¨¦n le importa el resto?¡±, brome¨® la ganadora a pie de pista, nada m¨¢s cerrar una jornada que a las protagonistas se les hizo eterna, culminada a las 3.12 hora local, las 17.12 espa?ola. ¡°Creo que ahora voy a ir a desayunar¡±, prosigui¨® Muguruza con una sonrisa en la boca pese al esfuerzo y la nocturnidad, con el billete para disputar la tercera ronda del torneo en la mano. ¡°?Qu¨¦ har¨¦ ma?ana? Tomarme el d¨ªa libre¡±, se despidi¨® la 18 del mundo, que en la pr¨®xima estaci¨®n del torneo se enfrentar¨¢ a la suiza Timea Bacsinszky (6-2 y 7-5 a Vikhlyantseva).

Soberbia, Muguruza sali¨® airosa de un pulso after hour, que arranc¨® tarde porque el programa de la pista Margaret Court ¨Cla segunda en importancia del major australiano¨C se fue retrasando. Los cuatro partidos previos se prolongaron y adem¨¢s hubo otro percance: la organizaci¨®n del torneo pretend¨ªa trasladarlo a la Pista 3, pero la superficie de esta estaba salpicada de los excrementos (en abundancia) de las gaviotas, que se apuntaron a la sesi¨®n golfa y campaban por all¨ª a sus anchas. As¨ª fue el enredo, que adem¨¢s creci¨® por el fenomenal t¨² a t¨² que brindaron las dos tenistas.

Eso s¨ª, en la grada apenas resist¨ªan un centenar de personas en el jueves laborable de Melbourne, no pocas recostadas en los asientos y testigos del partido m¨¢s tard¨ªo de la historia del torneo. Sin embargo, no el que m¨¢s tarde ha terminado. Para dar con ¨¦l hay que rebobinar a 2008, al enfrentamiento entre Lleyton Hewitt y Marcos Baghdatis de la tercera ronda, sellado a las 4.33. Aquel arranc¨® a las 23.49 y hasta ahora el inicio con mayor retraso correspond¨ªa al Gavrilova-Mertens del a?o pasado, que dio comienzo a las 23.59.

El precedente en Roma: cierre a las 2.08

Volvi¨® as¨ª el tenis para zombies y, de la mano, el debate en torno a por qu¨¦ se da una situaci¨®n de este tipo en este deporte. La respuesta es sencilla: sesiones nocturnas, ingresos, dinero. Ocurre en Melbourne, pero tambi¨¦n en Nueva York (Isner y Kohschreiber, en 2012, cerraron a las 2.26) y eventos de menos rango como el Masters de Madrid, en el que Murray derrot¨® a Kohlschreiber cuando el reloj iba m¨¢s all¨¢ de las tres de la madrugada, en 2015. Del mismo modo, la propia Muguruza protagoniz¨® el curso pasado algo similar, cuando empez¨® a jugar contra Gavrilova en el Foro It¨¢lico de Roma, ante una veintena de valientes, superadas las once de la noche. Acab¨® a las 2.08.

Esa noche cedi¨®, pero no as¨ª esta vez. Enchufada de principio a fin, sin una sola laguna, resisti¨® al empuje constante de Konta, siempre un hueso duro de roer. En los tres enfrentamientos anteriores entre las dos, siempre hubo batalla, todos resueltos en tres sets: Luxemburgo (2012), Eastbourne (2015) y Nueva York (2015). Unidos a este ¨²ltimo de Melbourne, totalizan 12 parciales y 129 juegos. Una saga b¨¢rbara.

Hubo de todo en el episodio australiano. Ante todo, un juego de altos quilates. Por haber hubo hasta una polilla que bien pudo propiciar un desaguisado, porque Konta, 38 del mundo ahora, se empe?¨® en sacarla de la pista, se distrajo y Muguruza, hiperconcentrada, buena se?al, no se dio cuenta y sirvi¨® un pelotazo que roz¨® a su adversaria a 170 km/h. La brit¨¢nica puso trabas todo el rato, con bolas profundas y altas dosis de agresividad. Trat¨® de hacer lo que al fin y al cabo han ido haciendo otras: desquiciar a Muguruza. Esta, sin embargo, mantuvo el tipo. Todo temple pese a la ofensiva y una r¨¦plica todav¨ªa m¨¢s efectiva, porque equilibr¨® los golpes (41 ganadores, por solo cinco m¨¢s de su rival) y sobre todo minimiz¨® los errores: 37-19.