El Espanyol se estrella contra el Eibar

La torta de San Blas es un dulce t¨ªpico de Eibar, extendido por todo el Pa¨ªs Vasco. Se elabora para la fiesta del 3 de febrero, pero empieza a verse ya en las confiter¨ªas. Es una pasta consistente, azucarada y rotunda, ideal para una merienda-cena de chocolate caliente y noche fr¨ªa, como la de Ipurua. Rotunda tambi¨¦n como el juego del Eibar, al que los rivales tienen que acostumbrarse pronto para evitar ser engullidos, para no llevarse una torta, no de San Blas, sino en forma de mamporro.

Al Espanyol le pas¨® eso. Le cost¨® un mundo adaptarse a las medidas del campo, y a la forma de jugar del equipo de Mendilibar, que estrecha el terreno mucho m¨¢s de lo que cuentan los datos oficiales. De hecho, no lo consigui¨® en todo el partido. Enfrentarse al dinamismo de Rub¨¦n Pe?a o Cucurella es una pesadilla si quienes se miden a ellos no juegan con la misma intensidad. Roca y V¨ªctor S¨¢nchez no pudieron nunca con la omnipresencia de Jord¨¢n y el juego imprevisible de Diop, que provoca los errores rivales. As¨ª lleg¨® la primera ocasi¨®n de Kike Garc¨ªa, en un remate que desvi¨® Diego L¨®pez en una acci¨®n espectacular. Y aunque replic¨® el Espanyol en una contra de Baptistao ¨Cuna isla solitaria en el ataque espanyolista¨C, que no encontr¨® hueco entre Riesgo y la porter¨ªa, enseguida se adelant¨® el Eibar. Fue despu¨¦s de dos oportunidades que desperdici¨® Kike Garc¨ªa frente al guardameta del Espanyol, siempre desguarnecido por una defensa inoperante. Pero a la tercera acert¨® Enrich, su colega de la delantera, despu¨¦s de un pase de Cucurella, motivado frente a su rival de siempre, que toc¨® de cabeza Diop ante una zaga contemplativa, que se qued¨® parad mirando la combinaci¨®n de ataque de los locales.

Con el marcador en contra el Espanyol se diluy¨® en sus propias dudas. En lo que restaba de la primera parte, apenas se acerc¨® a la porter¨ªa de Riesgo. El Eibar, como acostumbra, tom¨® al asalto el medio campo rival. Apabull¨® en la salida de bal¨®n del equipo barcelon¨¦s, que se empe?aba en jugar en corto, sin saber interpretar la presi¨®n de los delanteros vascos, que trabajaron como siempre y disfrutaron como nunca poniendo en problemas al conjunto de Rubi.

Sin adaptarse nunca al juego del Eibar, el Espanyol se dej¨® ir poco a poco hasta desaparecer del campo. Marc¨® el argentino De Blasis el segundo en una jugada desde la banda izquierda a la que el ¨¢rbitro le dio el suspense del VAR, y el partido se convirti¨® en un festival azulgrana hasta el final. Cada disputa la ganaba el equipo local, el Espanyol no consegu¨ªa salir de su campo. Su juego era un desprop¨®sito desde la defensa hasta la delantera. ?El centro del campo? No exist¨ªa. Lo mejor que se puede decir del conjunto catal¨¢n es que se pareci¨® mucho al Real Madrid que jug¨® en Ipurua hace un par de meses, lo cual no es ning¨²n elogio. Hasta el resultado que se llev¨® fue similar. Lleg¨® el tercero, de Charles en su primer remate, y no hubo m¨¢s porque se acab¨® el tiempo, y no porque al equipo de Mendilibar le faltaran ganas. Corrieron hasta el 94. El Espanyol se hab¨ªa parado mucho antes.