Al Madrid ya le gusta la Copa
El viol¨ªn de Benzema y la corneta de Ramos lideran a un equipo madridista muy enchufado que termina por dejar al borde de la lona a un Girona que resisti¨® hasta el tramo final
El Madrid ya no le hace ascos a la Copa, para asombro de sus ¨²ltimas generaciones de hinchas, que llevan a?os comprobando su desapego por el que consideraban un torneo pedrea. No fue as¨ª en otras ¨¦pocas, pero en tiempos de frenes¨ª europeo el equipo se iba de este campeonato por la gatera. Las cosas han cambiado. Este Madrid le ha pillado el aire a la Copa y ya coquetea con ella. Quiz¨¢ porque es el trofeo que m¨¢s ve a tiro, sin el Atl¨¦tico y con el Bar?a a lo Madrid, o sea con la fijaci¨®n de la Champions como Santo Grial. O quiz¨¢ porque, ausente CR, no se f¨ªa de otro aliado tot¨¦mico que le pueda encumbrar en la gala europea.
El repentino apego madridista por la Copa fue evidente en su despliegue ante el Girona. Casi nada se reserv¨® Santiago Solari, salvo Carvajal, un braveheart al que conviene dar reposo porque su alma a veces golea a su musculatura, y Varane, otro de esqueleto fr¨¢gil. Solari ha dado con el molde y envid¨® con casi todo, incluido Marcelo, de vuelta a un ruedo en el que ha hecho faenas inolvidables y que esta vez tambi¨¦n fue clave en el 3-2.
Frente al Madrid, Eusebio Sacrist¨¢n fue menos expansivo. Sus muchachos tienen por delante un marat¨®n alpino (Madrid-Bar?a-Madrid), as¨ª que dej¨® al calor del banquillo a Stuani, Portu y Pere Pons, tres del espinazo del grupo catal¨¢n. Con todo, el duelo madrug¨® a su favor. Muniesa tir¨® de escuadra y cartab¨®n, Borja sac¨® a la cadena a Odriozola y enfil¨® a Ra¨²l Garc¨ªa. El centro del lateral lo emboc¨® Lozano, que pill¨® a la zaga blanca en tanga.
La reacci¨®n del Madrid fue inmediata. Pese al azote, el equipo entr¨® en combusti¨®n desde el inicio. Febril en el acoso al adversario, con colmillo en cada asalto, con chispa y mucho timbre. Un ritmo asfixiante para el Girona, que a alta velocidad perdi¨® precisi¨®n. Con Benzema a lo Benzema de esta temporada post-CR, es decir, de guionista con frac y remangue de todo el ataque, el Real se agit¨® por las dos orillas. Por la izquierda pedaleaba Vinicius frente a Ramalho. Por la otra costa, Odriozola, escoltado por Lucas, era un tiro. Cada vez que abr¨ªa gas era un suplicio para el Girona, siempre a rebufo del lateral donostiarra. De nada le serv¨ªa a los de Eusebio el andamiaje con tres centrales y dos alguaciles por las bandas. En una de las muchas aventuras de Odriozola ¡ªmejor cuando llega a toda marcha que cuando recibe con los pies firmes¡ª lleg¨® el empate. Benzema, c¨®mo no, le enfil¨® hacia la meta con pase terminal. Odriozola aceler¨® y en pleno vuelo advirti¨® el enclave de Lucas, al que cit¨® con el gol.
Ramos: ¡°Hemos dado un paso importante¡±
El Girona sucumbi¨® al ¨ªmpetu del Madrid, que remont¨® despu¨¦s de verse con el marcador en contra. Sergio Ramos, el capit¨¢n, comand¨® la reacci¨®n blanca. ¡°Hemos dado un paso importante pero hay que rematarlo en Girona. Hicimos presi¨®n alta y a veces eso te hace pasar mala pasada. Al final hemos controlado el tema y hemos estado afortunados. Pero hemos de hacer un gol en su campo para no complicarnos la eliminatoria". Sobre Benzema dijo que ¡°m¨¢s all¨¢ de los goles lo importante es ganar partidos¡±. Ramos marc¨® de Panenka y lo justific¨® por el ¨¢nimo positivo que tiene en este momento: ¡°Se me est¨¢ dando bien y eso es importante.¡±
Ni antes ni despu¨¦s del empate al Madrid le falt¨® chicha. Todo eran se?ales de su imprevista disposici¨®n a metabolizar la Copa. Desde su pujanza hasta su forma de aporrear los tambores ante cada decisi¨®n arbitral. Por ejemplo, ante un presunto penalti de Douglas a Modric. El VAR, as¨ª como los rayos X de la televisi¨®n, corroboraron que el rojiblanco le barri¨® con tino la pelota. No hizo lo mismo Lozano con Vinicius, al que solt¨® un latigazo como ¨²nico remedio ante un caracoleo del brasile?o. Sergio Ramos, el Panenka de vanguardia, puso fuera de lugar a Iraizoz y anot¨® por el embudo de la porter¨ªa, con el bal¨®n sedado rumbo a la red. As¨ª, el Madrid alcanz¨® la tregua del descanso con un disparo de Benzema al poste izquierdo de Iraizoz y la sensaci¨®n de absoluta gobernanza.
Visto el oleaje madridista del primer acto, todo hac¨ªa presagiar un chaparr¨®n para el Girona, pero la tromba ya no fue la misma. Eusebio ajust¨® mejor la zaga con la entrada de Bernardo, brigada de primera en la retaguardia del Girona, que, adem¨¢s, encapot¨® mejor las bandas a su oponente. Benzema mantuvo el tipo, pero a su alrededor poco a poco se diluy¨® el Madrid, cuyo impulso durante una hora no tuvo recompensa goleadora. El gol es un borroso espejismo para este Real hasta cuando no merece muchos reproches.
La cruda realidad del gol mantuvo al Girona de pie. Al tiempo, Solari alist¨® a dos jugadores que reaparec¨ªan, Marcos Llorente y Kroos. Antes de que pudieran coger rodaje lleg¨® el empate visitante. Llorente palme¨® el bal¨®n en un lanzamiento de c¨®rner y el ¨¢rbitro le tom¨® la matr¨ªcula. Granell clav¨® el zurdazo en la porter¨ªa de Courtois. Pero al Madrid le quedaba una bocanada. La de Sergio Ramos. El capit¨¢n lo sabe. Sin CR hay que buscar cualquier atajo hacia el brindis del gol. Tambi¨¦n es consciente Marcelo, el segundo mandam¨¢s de la caseta, con tantas horas de vuelo como su colega andaluz. Centr¨® Marcelo y cabece¨® Ramos como el Capit¨¢n Trueno. Y, como bot¨®n de muestra final de la s¨²bita estima del Madrid por este torneo, Benzema dej¨® al Girona al borde de la cuneta con el 4-2. Curioso lo de este Madrid. En su maldito mes de enero se ha encontrado como nunca y ya hasta tiene la Copa en el entrecejo.
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