El Betis supera un mal inicio y se marcha crecido de Breta?a

Hubo de todo en Rennes, goles, errores arbitrales, lesiones, balones al palo y palos en las ruedas de dos equipos tan vistosos como diversos. La Europa League ayuda a cotejar niveles, enfocar el f¨²tbol en escenarios que no suelen salir en plano y apreciar que en ellos sobra talento y pasi¨®n. Sucede en la Breta?a francesa, tierra irredenta en el comic y que tampoco es accesible en la realidad. Pero el Betis se trabaj¨® la conquista y se llev¨® un empate (3-3) que sabe a triunfo porque adem¨¢s le da ventaja para el partido de vuelta y le refuerza porque se levant¨® de sendas desventajas de dos goles con su inconfundible ideario futbol¨ªstico.

El Stade Rennais fue dos veces campe¨®n de Copa en los sesenta, pero no acostumbra a acaparar titulares. Por eso juega con el hambre de a quien nunca le sobraron las lentejas, con futbolistas que se muestran en un escaparate cada vez m¨¢s observado. Ya en Espa?a, pero sobre todo en la Premier, se aprecia al futbolista de la Ligue 1, donde siempre hubo champagne, pero desde hace a?os crece un biotipo competitivo, potente y no exento de clase.

Ese talentoso m¨²sculo se exhibi¨® en los primeros minutos de una eliminatoria que ya se presum¨ªa resonante. Se mostr¨® ante un Betis superado en conducciones que rompieron sus l¨ªneas y le dejaron casi noqueado con dos goles en los ocho primeros minutos. Fue Ben Arfa, un genio inconsistente, el que cabalg¨® entre el estupor verdiblanco para descalabrar todo su entramado defensivo. Primero marc¨® Hunou, un sopapo en una mejilla, preludio de un bofet¨®n en la otra, un gol en propia puerta de Javi Garc¨ªa que lleg¨® con pol¨¦mica porque el ¨¢rbitro litig¨® con su asistente sobre si hab¨ªa posici¨®n de fuera de juego. No hay videoarbitraje en la Europa League hasta la final. Y en Rennes se ech¨® de menos.

Estaba dos abajo el Betis y no hab¨ªa tocado la pelota. Al cuarto de hora lleg¨® al partido y mand¨® parar. Detuvo aquella locura con un ejercicio de paciencia que no todos pueden entender. Cuando lo normal es apurarse, buscar los atajos para llegar al ¨¢rea y entregarse a la tremenda, el Betis tom¨® la pelota y la manej¨® en zonas aparentemente intrascendentes. Lo primero que consigui¨® fue defenderse, que visto lo visto no era poco. A partir de ah¨ª madur¨® la aparici¨®n de los espacios. Hace falta cuajo y convicci¨®n para esperarlos mientras se mueve la pelota durante minutos en posiciones zagueras y el rival bascula aparentemente c¨®modo. Pero la fe le pudo a la prisa y aparecieron esos espacios, con el Betis siempre en campo contrario, tenaz para propiciar la desatenci¨®n del rival.

Porque si el partido mostr¨® algo fueron recursos. Los del Stade Rennais, s¨ª, que tiene pegada si puede correr y percutir, pero tambi¨¦n los del Betis, que tienen que ver con la seguridad en su dictado. Cuando m¨¢s exigido estaba, el Betis fue m¨¢s Betis que nunca, m¨¢s Seti¨¦n que el setienismo. Fue un equipo que hizo circular la pelota, que creci¨® desde ella, pero que tambi¨¦n se junt¨® para recuperarla. Con la primera baza entr¨® en el partido, con la segunda golpe¨®, primero Loren, poco despu¨¦s Lo Celso para acortar distancias en un gol afortunado en su resoluci¨®n porque el argentino resbal¨® en la r¨²brica y enga?¨® as¨ª al meta. Se acerc¨® ah¨ª el Betis al empate, lo tuvo en varias acciones, con Lainez o Loren. Pero le volvieron a sacudir con un gol sobre la bocina del descanso, un desprop¨®sito arbitral, del trencilla de l¨ªnea de gol, una figura que deber¨ªa desaparecer del f¨²tbol con el videoarbitraje. El ojo del hombre estuvo por debajo del que le ofrece la m¨¢quina y apreci¨® penalti a Sarr en un piscinazo. Marc¨® Ben Arfa y el Betis tuvo que volver a remar. Indignado adem¨¢s.

Lo hizo con prestancia. Ajust¨® la circulaci¨®n, la hizo menos premiosa y aunque el partido transit¨® entre interrupciones sigui¨® volcado hacia la meta local. Volvi¨® a descontar Sidnei con cabezazo en el segundo palo tras una falta lateral que bot¨® Joaqu¨ªn con precisi¨®n. El partido ya era entonces inc¨®modo para el Stade Rennais, que no dej¨® de ir por delante en el marcador, pero ya no ten¨ªa el colmillo de los primeros minutos y le condenaron a ser perseguidor. Se tap¨® con una zaga de cinco hombres en l¨ªnea para resistir el asedio, pero el excelente Lainez marc¨® casi sobre la hora, hizo justicia y movi¨® la eliminatoria del lado b¨¦tico. Un empate a cero le dar¨ªa el pase en el duelo de vuelta, pero parece dif¨ªcil imaginar un resultado as¨ª y un Betis diferente.