El innumerable s¨¦quito del f¨²tbol
M¨¦dicos, analistas, fisios, nutricionistas, cocineros, utileros, psic¨®logos, int¨¦rpretes, productores de v¨ªdeo¡ El personal de los clubes llega a superar en n¨²mero al de jugadores
Quien acuda al campo de entrenamiento de un equipo profesional de f¨²tbol puede percibirlo. Bien entre las bambalinas, bien sobre el verde, se mueve casi tanta gente con ch¨¢ndal como de corto. La b¨²squeda del rendimiento alimenta la especializaci¨®n y una concepci¨®n multidisciplinar de c¨®mo debe se debe afrontar la preparaci¨®n y la competici¨®n. Y ah¨ª la figura de un entrenador se asemeja hoy en d¨ªa a la del director de una gran orquesta de t¨¦cnicos y preparadores de diversos ¨¢mbitos. Sobran ejemplos y no tienen por qu¨¦ buscarse entre los presupuestos m¨¢s sobrados. En el Valencia, Marcelino manda sobre 22 futbolistas y 24 auxiliares. En el Eibar, cuidan de los jugadores 21 personas, tambi¨¦n en el Levante. En Segunda Divisi¨®n, el Deportivo dispone de 20 profesionales, incluido su t¨¦cnico. En el Alcorc¨®n son hasta 16. M¨¦dicos, analistas, delegados, fisioterapeutas, readaptadores, nutricionistas, cocineros, utileros, int¨¦rpretes, psic¨®logos, analistas t¨¢cticos, c¨¢maras y productores de v¨ªdeo¡ los staffs engordan, nuevas miradas llegan al f¨²tbol y otras est¨¢n por llegar.
¡°En cinco o seis a?os se ha dado un salto. Antes hab¨ªa equipos de trabajo m¨¢s peque?os. No es un cambio solo en n¨²mero sino que hay otro tipo de relaci¨®n profesional, m¨¢s colaborativa¡±, explica David D¨ªaz Cueli, un sevillano que fue profesional del voleibol y luego enfoc¨® su vida a las ciencias de la salud, hoy fisioterapeuta del CSKA de Mosc¨². Pronto percibi¨® que era cuesti¨®n de tiempo que el conocimiento que se maneja en ese campo llegase al f¨²tbol: ¡°En otras disciplinas se funcionaba con gente que ten¨ªa experiencia en un ambiente multidisciplinar. De ah¨ª bebe el f¨²tbol en Espa?a, del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat o de la Residencia Blume y el Centro de Medicina del Consejo Superior de Deportes, en Madrid. Ah¨ª hay mucho recorrido en ayudar a deportistas en temas de nutrici¨®n, fisioterapia o psicolog¨ªa¡±. El f¨²tbol fue el ¨²ltimo en llegar. ¡°Pero lo hizo con el poder del dinero¡±, explica D¨ªaz Cueli, que tras pasar por el Espanyol trabaja ahora en Mosc¨² y anticipa la llegada de nuevos perfiles laborales. ¡°Ya lo hay en el deporte profesional americano y pronto llegar¨¢ al f¨²tbol la figura del jefe de rendimiento, que es un fisi¨®logo o alguien de medicina del deporte que coordine a m¨¦dicos, preparadores f¨ªsicos, readaptadores, fisioterapeutas y nutricionistas¡±.
El f¨²tbol puede mejorar por el paladar. ¡°Mimamos la salud del futbolista para que mejore su rendimiento. Nos ocupamos de eso que llaman entrenamiento invisible¡±, explica Aurora Cid. Desde hace cuatro a?os es la nutricionista del Eibar. Atiende al tel¨¦fono desde el campo de Atxabalpe mientras el equipo se ejercita. All¨ª est¨¢ su d¨ªa a d¨ªa. ¡°Me ocupo de que los futbolistas tengan cubiertas sus necesidades de alimentaci¨®n, nutrici¨®n, hidrataci¨®n y suplementaci¨®n, de todo lo que son desayunos o comidas en com¨²n. Ayudo en su recuperaci¨®n como una figura m¨¢s dentro del equipo¡±, matiza. Y asume que hace tambi¨¦n una labor educacional. ¡°Cuando llegu¨¦ me preguntaban si iba a ordenar dietas de adelgazamiento. Y no es eso. Hacemos elaboraciones sencillas y variadas. El futbolista se da cuenta de que es algo importante y est¨¢ predispuesto a escuchar. Ahora apenas hay clubes que no tengan un especialista en nutrici¨®n¡±, comenta Cid, orgullosa, adem¨¢s, de su relaci¨®n con los compa?eros de otros equipos. ¡°El f¨²tbol une¡±, asegura. David D¨ªaz remata: ¡°En el apartado t¨¦cnico es otra cosa, son m¨¢s celosos de su informaci¨®n, pero en el de ciencias de la salud venimos de otra cultura, de compartir en congresos. Hay mucho que aprender y es bueno escucharnos. No hay nada que esconder¡±.
Pero incluso entre los estrategas de la pelota ya se comparte. ¡°?C¨®mo puedes ver todo lo que sucede en un campo durante un partido? Ni el mejor de los entrenadores puede ver m¨¢s all¨¢ del 30% de lo que ocurre¡±, reflexiona Pablo L¨®pez Vidal, que fue futbolista profesional y hace un a?o entrenaba a un juvenil del Deportivo. Como, adem¨¢s, es ingeniero en Balidea, una compa?¨ªa del sector de las tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n, tuvo la lucidez de mezclar sus dos pasiones y liderar el desarrollo de ADESTrapp, una aplicaci¨®n enfocada a potenciar el rendimiento del futbolista que permite grabar y enviar cortes de imagen de entrenamientos o partidos desde la grada al c¨¦sped. Varios clubs espa?oles lo emplearon en competici¨®n hasta que LaLiga decidi¨® unificar ese servicio y ofrecer una ¡°c¨¢mara t¨¢ctica¡± que precisa una conexi¨®n de red para llegar al banquillo. En el Deportivo lo hac¨ªan de manera inal¨¢mbrica. Otros equipos como M¨¢laga, Betis, Atl¨¦tico, Espanyol y PSG tambi¨¦n lo han probado y son bastantes los que lo usan en el trabajo diario. Y no todo es f¨²tbol. El Obradoiro, de la ACB, tambi¨¦n lo emplea. Ahora, Pablo L¨®pez se ha integrado en el cuerpo t¨¦cnico que lidera Clarence Seedorf en la selecci¨®n de Camer¨²n y resume lo que sucede con esa tecnolog¨ªa aplicada al deporte: ¡°Ense?amos a entrenar viendo v¨ªdeos¡±.
El analista de im¨¢genes ha llegado para quedarse en el f¨²tbol. L¨®pez imparte clases en el m¨¢ster en direcci¨®n, metodolog¨ªa y an¨¢lisis que organiza LaLiga y all¨ª deja un mensaje: ¡°Partimos de algo similar a una enorme plantaci¨®n de naranjos y debemos condensar todo ese fruto en zumo para luego darle un vasito al entrenador¡±. Y que se lo beba el futbolista.
Porque los datos son ilimitados. Por ejemplo, a trav¨¦s de esos GPS que llevan los jugadores. ¡°Seg¨²n las aceleraciones y deceleraciones de un jugador obtenemos alertas de que podemos estar ante un riesgo de lesi¨®n¡±, ilustra L¨®pez, que al tiempo trata de relativizar: ¡°Todo ayuda, pero el f¨²tbol es, sobre todo, t¨¦cnico y t¨¢ctico. El analista eficiente tiene un 70% de entrenador, un 20% de investigador y un 10% de tecn¨®logo¡±.
Todas las capacidades suman si hay voluntad de agregar. ¡°A la hora de que te lleguen ofertas de trabajo en la ¨¦lite valoran ahora mucho que vengas de una cultura de trabajo colaborativa¡±, detalla David D¨ªaz. No hace mucho la UEFA hizo una encuesta entra los equipos de la Liga de Campeones y cruz¨® datos para concluir que en aquellos clubes donde fluye una buena comunicaci¨®n interna hay menos lesiones y disminuye el riesgo de reca¨ªdas. ¡°Tenemos responsabilidad, pero dentro de un rol, en un equipo¡±, completa la nutricionista Aurora Cid, que ni se pone ni se quita importancia: ¡°Si un equipo va bien a veces dicen que es porque comen algo o toman unos batidos especiales¡ Cuando va mal nadie mira al nutricionista. El trabajo siempre es el mismo, plano y humilde. Los equipos no ganan ni pierden por nosotros. Que nadie se olvide de que el f¨²tbol es un juego de habilidades¡±. Y de todo un regimiento protector de jugadores y t¨¦cnicos.
El caso del Valencia: 24 junto a Marcelino
En Mestalla hay una plantilla de t¨¦cnicos, ayudantes y auxiliares m¨¢s abundante (25 individuos en total, todos hombres) que la de los jugadores de la primera plantilla (22 futbolistas).
A Marcelino le acompa?an 24 empleados. El segundo entrenador, Rub¨¦n Ur¨ªa, y el preparador de porteros, Jos¨¦ Manuel Ochotorena, componen el cuerpo t¨¦cnico junto al preparador asturiano.
10 personas forman el equipo m¨¦dico: un jefe de los servicios m¨¦dicos del primer equipo, un m¨¦dico, un nutricionista y cinco fisioterapeutas.
Otros seis empleados forman parte de lo que el club llama el equipo t¨¦cnico: ah¨ª incluye la entidad a un preparador f¨ªsico, un asistente del preparador f¨ªsico y analista, un asistente del cuerpo t¨¦cnico y analista, un asistente del entrenador de porteros y dos analistas m¨¢s.
El ¨²ltimo apartado en el organigrama del club viene citado en la web del Valencia bajo el ep¨ªgrafe de Staff: ah¨ª entran dos exjugadores como Voro, director de organizaci¨®n del primer equipo, y Paco Camarasa, delegado. A ellos se suman un cocinero y tres encargados del material.
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