Al Girona le vale con un penalti para batir al Barcelona

Sobrecargado como anda el Barcelona, de pie en las tres competiciones, no atendi¨® a la Supercopa de Catalunya como una competici¨®n sino como un amistoso para probar a jugadores del filial y para poner a tono a los suplentes perennes del primer equipo como Murillo, Malcom y Boateng, tambi¨¦n a un Todibo, que se vest¨ªa por primera vez de azulgrana y que como mediocentro demostr¨® que no le falta clase ¨Cse marc¨® con acierto una ruleta a lo Zidane, una croqueta a lo Laudrup y hasta un ca?o-, por m¨¢s que evidenciara que el pase de primeras no es lo suyo, futbolista que recuerda a Yaya Tour¨¦ por su f¨ªsico, calidad y zancada, pero que tiene rasgos mucho m¨¢s defensivos, enredado un poco en la composici¨®n de f¨²tbol. El Girona s¨ª que trajo al primer equipo y, aunque Eusebio oxigen¨® las piernas de unos cuantos infalibles de su alineaci¨®n, form¨® un once reconocible. Pero les faltaba de inicio la dinamita arriba (Stuani y Portu) y fue una penalidad que sufri¨® sobre todo Aleix Garc¨ªa, que actu¨® de enlace y que puso pases al hueco para las carreras de Lozano y Roberts, tambi¨¦n de un Doumbia que corr¨ªa m¨¢s que regateaba, que chocaba m¨¢s que levantaba la cabeza. Hasta que entr¨® Stuani, pate¨® un penalti y resolvi¨® la Supercopa catalana.

El bal¨®n, en cualquier caso, era del Barcelona, c¨®modo jugando desde la ra¨ªz y hasta removiendo los hilos en la sala de m¨¢quina con Ale?¨¢ de tim¨®n. Pero ah¨ª aparecieron los enredos, porque en el medio no hab¨ªa un jugador que la tocara r¨¢pido ¨Ca Todibo le costaba, a Ale?¨¢ no le apeteci¨® y Riqui Puig entendi¨® que deb¨ªa conducir para dividir, pero a la que le sobr¨® un toque bes¨® la lona- para desespero de Boateng, que solo se ofrec¨ªa para jugar de espaldas a porter¨ªa, como si hiciera tiempo que ha dimitido de ser futbolista. Poco m¨¢s ofreci¨® Collado, a quien le sobra f¨²tbol pero le falta campo como extremo, jugador de toque y filigrana, y algo m¨¢s de intenci¨®n puso Malcom, pero a excepci¨®n de una genialidad en la banda que descont¨® a dos rivales, se qued¨® con las ganas, demasiado impreciso en el centro y poco ducho en el quiebro. Tampoco estuvo fino en el remate porque en la ¨²nica ocasi¨®n que tuvo el Bar?a en el primer acto, la malbarat¨® con un disparo demasiado tibio y centrado.

No hab¨ªa ritmo ni intensidad ¨Cno est¨¢ ninguno de los dos equipos para perder jugadores con todo en juego-, por lo que las ocasiones apenas se dieron. As¨ª, no sufrieron apenas Murillo ¨Cjugador que rechina con la idea cruyffista de la posesi¨®n- ni Umtiti, que se le vio muy entero, como si las molestias de la rodilla hubieran quedado en el olvido. Tampoco padeci¨® el Girona, mucho m¨¢s compacto y solidario en defensa, aunque escaso de ingenio y talento en el ¨¢rea rival. Ni siquiera la ruleta de cambios electrific¨® el encuentro, aunque s¨ª que sirvi¨® para que Todibo actuara de central como recambio de Umtiti, para que explicara que se puede dar un defensa como la copa de un pino. Pero tampoco dur¨® demasiado sobre el tapete porque Chumi le dio relevo. Coincidi¨® su marcha con la desdicha azulgrana o con el jauja del Girona porque Collado le peg¨® una patada a Valery en su intento por despejar y cometi¨® un penalti que Stuani no err¨®. Pudo empatar el Bar?a con un centro de Malcom que remat¨® de cabeza y al travesa?o Ale?¨¢ [la toc¨® Iraizoz], pero no hubo m¨¢s goles que el de los once metros. Aunque s¨ª un buen sobresalto, cuando Stuani hizo una entrada fea y a destiempo sobre Riqui Puig. Se qued¨® en nada. Como el partido, de no ser por el tanto desde los 11 metros.