Puerto Rico y sus padres
Nombres como Freddy Borr¨¢s, o ¡®Willo¡¯ Gal¨ªndez se vuelven imprescindibles si queremos entender el crecimiento de nuestro deporte en los a?os 50
El s¨¢bado se sortearon los grupos de la primera fase del Mundial de baloncesto. Espa?a ha quedado encuadrada en lo que Scariolo ha definido como ¡°un grupo asequible, con equipos a los que debemos respetar¡±. Creemos que el seleccionador se refiere m¨¢s a la selecci¨®n de Puerto Rico que a las de Ir¨¢n y T¨²nez, por una l¨®gica cuesti¨®n de historia. La selecci¨®n caribe?a lleva participando en los mundiales ininterrumpidamente desde el a?o 1986, precisamente cuando el campeonato se disput¨® en nuestro pa¨ªs. El entrenador actual de la selecci¨®n caribe?a, Eddie Casiano, fue compa?ero de batallas de Jos¨¦ Picul¨ªn Ort¨ªz o Ram¨®n Rivas, dos de los jugadores que dejaron un imborrable recuerdo en el baloncesto ACB de la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX. Casiano tiene como uno de sus referentes a Gian Clavell, escolta de Estudiantes y ha tenido en la preselecci¨®n a un hijo de Ram¨®n Rivas, con una biograf¨ªa claramente menor a la de pap¨¢.
Recuerdo una tertulia con exjugadores, de esas que siempre acaban con la necesidad de contar batallas de juventud. Joe Arlauckas acab¨® sacando una historia de Rivas, compa?ero suyo Baskonia. Una de esas cosas que suced¨ªan por dentro, donde se bat¨ªan los machotes. Rivas ten¨ªa, por lo visto, un pique bastante duro con mi compa?ero Orenga, que no era el p¨ªvot m¨¢s querido por los rivales, lo cual tampoco era de extra?ar; le pagaban por ello. Ram¨®n hab¨ªa crecido en ambientes donde ser hijo de alguien era muy poco recomendable. All¨ª hab¨ªa que crecer como un padre. Tras un partido calentito previo, le anunci¨® a Joe sus intenciones. ¡°Este tipo se va a enterar. Aqu¨ª no me hace lo que en Madrid, ya ver¨¢s¡±. Y nada m¨¢s salir, comenz¨® la puesta en escena. ¡°?hey, you, ¡ªse acerc¨® a Juan en el calentamiento¡ª; aqu¨ª, hoy, durante todo el partido, me vas a llamar pap¨¢! ?Lo entiendes! ?Aqu¨ª me vas a llamar pap¨¢!¡±.
Los m¨¢s j¨®venes de nuestros aficionados deben saber nuestro baloncesto tendr¨¢ siempre una deuda pendiente con Puerto Rico. Mucho antes del aterrizaje de jugadorazos como Picul¨ªn Ort¨ªz o Ram¨®n Rivas, de aquel pa¨ªs hab¨ªan llegado los primeros extranjeros que impulsaron por ejemplo la historia del Real Madrid de baloncesto. Nombres como Freddy Borr¨¢s, o Willo Gal¨ªndez se vuelven imprescindibles si queremos entender el crecimiento de nuestro deporte en los a?os 50. Y ellos dos, junto a Rafa Deliz, fueron en realidad los teloneros deportivos de uno de los jugadores extranjeros que dej¨® mayor impronta entre aquellos pioneros. Solamente tres temporadas estuvo entre nosotros Johny B¨¢ez, y en ese corto per¨ªodo de tiempo (1957-1960) fue capaz de dejar el nivel de baloncesto de aquellas primeras ligas nacionales a una altura que solamente los jugadores norteamericanos podr¨ªan superar despu¨¦s. Aquellos primeros padres boricuas hab¨ªan venido a Espa?a con la ¨²nica ambici¨®n de completar sus estudios (fue el caso de Borr¨¢s y Gal¨ªndez), o de vivir nuevas experiencias, como el caso de B¨¢ez. Probablemente sin querer, nos despertaron la necesidad de explorar un crecimiento de nuestro baloncesto que ya se hizo imparable. La llegada de Clifford Luyk y Wayne Brabender unos a?os despu¨¦s al Real Madrid, con el trabajo de Raimundo Saporta y Pedro Ferr¨¢ndiz, dio origen a un equipo de leyenda. Y la casi inmediata conversi¨®n de ambos en jugadores seleccionables probablemente cambi¨® la historia de nuestro baloncesto para siempre. Una historia que no podr¨ªa explicarse sin aquellos j¨®venes estudiantes caribe?os, convertidos en padres de aquel baloncesto espa?ol.
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