Alemania se revoluciona con Gnabry
El delantero del Bayern, de 23 a?os, destroza el plan de Holanda en un partido que sirve para medir la regeneraci¨®n de L?w tras la larga crisis que sucedi¨® al Mundial
Cuando el viejo f¨²tbol ofrece una maravilla no hacen falta int¨¦rpretes que anuncien apariciones deslumbrantes. Ocurri¨® en Amsterdam este domingo. Desde el primer minuto del partido que enfrent¨® a Holanda y Alemania por la clasificaci¨®n de la Euro, a la multitud se le hizo evidente que algo muy concreto en el equipo visitante descuadraba al local. Un moreno de estatura media que siempre aparec¨ªa en los espacios vac¨ªos para tocar y moverse, como si cumpliese con el tr¨¢nsito dom¨¦stico que conecta el sal¨®n con la cocina. No es nada f¨¢cil estar constantemente desmarcado. Mucho menos ante una defensa de categor¨ªa. Pero el hombre en cuesti¨®n acud¨ªa exactamente al punto indicado y devolv¨ªa las pelotas con precisi¨®n, a?adiendo claridad a cada acci¨®n. Se trataba del joven Serge Gnabry, de 23 a?os, hijo de padre marfile?o y madre alemana. A la media hora de partido Holanda estaba aturdida y la revoluci¨®n de la Mannschaft se plasmaba en la figura de Gnabry.
La eliminaci¨®n del Mundial de Rusia en la primera fase desencaden¨® una larga catarsis en la federaci¨®n alemana. La ¨²ltima medida tajante fue la remoci¨®n de M¨¹ller, Boateng y Hummels, tres pilares del equipo que levant¨® la Copa del Mundo en 2014. La prueba del domingo sirvi¨® para medir consecuencias. A primera vista, parecen evidentes. En defensa la baja de Boateng es irrelevante, y ni Sule ni Ginter sustituyen el mando categ¨®rico de Hummels. En ataque Gnarby tiene poco que envidiar a M¨¹ller.
Holanda, 2; Alemania, 3
Holanda: Cillessen; Dumfries, De Ligt, Van Dijk, Blind; Wijnaldum, De Roon, F. De Jong; Promes, Depay y Babel (Bergwinj, m. 46).
Alemania: Neuer; Sule, Ginter, Rudiger; Kehrer, Kroos, Goretzka (Gundogan, m. 70), Kimmich, Schulz; Gnabry (Reus, m. 88) y San¨¦.
Goles: 0-1. M. 15. San¨¦. 0-2. M. 34. Gnabry. 1-2. M. 48. De Ligt. 2-2. M. 63. Depay. 2-3. M. 90. Schulz.
?rbitro: Gil Manzano (Espa?a). Amonest¨® a Blind.
Johan Cruyff Arena, unos 52.000 espectadores.
Koeman plante¨® el partido desde el baluarte de su pareja de centrales. Van Dijk y De Ligt han adquirido en los ¨²ltimos meses la fama que se atribuye a las mejores sociedades defensivas del mundo. Por delante, v¨¦rtice de todas las jugadas, se situ¨® De Jong, pr¨¢cticamente la ¨²nica bisagra de un equipo que sali¨® a afirmarse en su campo y bombear balones largos a la b¨²squeda de la velocidad de sus numerosos velocistas. La idea ten¨ªa una base l¨®gica: contra la impresi¨®n de poder¨ªo f¨ªsico, Rudiger, Sule y Ginter, los tres centrales alemanes, tiemblan en el cuerpo a cuerpo. Cuanto m¨¢s se retrasan, m¨¢s sufren. Ah¨ª estuvo la clave. Durante la primera parte, Alemania alej¨® el peligro llevando el partido al campo holand¨¦s.
Ante la presi¨®n sostenida en su contra, a Holanda no le qued¨® m¨¢s salida que el pelotazo de Van Dijk. Las superioridades que generaban Kroos, Kimmich, Goretzka, San¨¦ y Gnarby en el mediocampo no ofrec¨ªan respiro a sus oponentes, muy poco flexibles con la pelota. De Jong no encontr¨® complicidades ni en Wijnaldun ni en De Roon, casi siempre fuera de la l¨ªnea de pase. A diferencia de los atacantes holandeses, pendientes de la reacci¨®n del melanc¨®lico Depay, los alemanes manejaron mejor los tiempos desde la posesi¨®n. Un toque de Gnarby, que baj¨® al medio para distraer, un pase de zurda de Kroos, la ruptura de Schulz por la izquierda y el quiebro de San¨¦ a De Ligt ¡ªla joven promesa acab¨® de culo en la hierba¡ª anticip¨® el 0-1.
Pasada la media hora, Rudiger lanz¨® en largo y Gnarby desapareci¨® del r¨¢dar de Van Dijk. Cuando reapareci¨® ten¨ªa la pelota y estaba metido en el ¨¢rea. El soberbio capit¨¢n oranje le ofreci¨® la salida interior y el muchacho le hizo los honores enviando el tiro a la escuadra m¨¢s lejana. Fue el quinto gol del delantero del Bayern en los ¨²ltimos seis partidos que disputa con la selecci¨®n. Un gol que por s¨ª solo le eleva de categor¨ªa.
Holanda apenas se sobrepuso a la barrida en la segunda parte. Lo hizo con mucho empuje, con largos cambios de frente y corridas de Promes por la banda izquierda. A la salida de un c¨®rner, De Ligt se redimi¨® cabeceando un centro ante los turbados centrales alemanes. Nada como una acci¨®n a bal¨®n parado para desmantelar a esta gente. Diez minutos m¨¢s tarde, Depay, con la ayuda de Wijnaldun, atrap¨® un centro de Promes en medio del desconcierto de Sule y Ginter, r¨ªgidos y atormentados cada vez que se met¨ªan en la caja. El delantero del Ly¨®n envi¨® la pelota a la red y la hinchada celebr¨® la remontada por la v¨ªa del coraje. Holanda se rebel¨®. Pero el buen juego fue cosa de Alemania.
La entrada de Reus por Gnarby y de Gundogan por Goretzka supuso un movimiento t¨¢ctico que muy pocos equipos pueden permitirse. Las reservas alemanas superan ampliamente las de la mayor¨ªa, incluida Holanda. El impacto result¨® natural. Entre Reus y Gundogan le fabricaron el 2-3 a Schulz y el marcador se ajust¨® al juego ofrecido. La nueva Alemania comienza con estruendo.
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