Lo que Inglaterra debe a los extranjeros

Son d¨ªas felices para el f¨²tbol ingl¨¦s, que festeja los progresos de su selecci¨®n y la alt¨ªsima densidad de sus equipos en los cuartos de la Liga de Campeones. Nada menos que cuatro representantes: Liverpool, Manchester United, Tottenham y Manchester City. Pocas veces se ha observado un clima de excitaci¨®n parecido en un pa¨ªs que en muchos aspectos recuerda a la Espa?a anterior a la Eurocopa 2008. Les conectaban las grandes frustraciones con sus selecciones y el competente desempe?o de sus equipos en Europa. Inglaterra a?ad¨ªa la invencible nostalgia de su victoria en el Mundial de 1966. Desde entonces, no ha vuelto a ganar un gran t¨ªtulo, ni ha alcanzado final alguna en la Copa de Mundo y la Eurocopa.

Las recientes goleadas (5-0) a la Rep¨²blica Checa y a Montenegro (1-5) han disparado el entusiasmo hasta el infinito. Jonathan Norcroft afirmaba en el Sunday Times que s¨®lo Francia es un rival verdadero para la selecci¨®n inglesa. Casi todos los an¨¢lisis coincid¨ªan con esa tesis, apoyada por el despegue de la m¨¢s brillante generaci¨®n de delanteros en muchas d¨¦cadas: Kane, Sterling ¡ªautor de tres goles en la victoria sobre los checos¡ª, Rashford y Sancho. A sus notables cualidades a?aden la juventud y un considerable margen de progresi¨®n. Tambi¨¦n ofrecen una perspectiva interesante: todos juegan en equipos dirigidos por t¨¦cnicos extranjeros.

El optimismo est¨¢ justificado. Aunque Inglaterra jug¨® peor de lo que se dijo en el Mundial de Rusia, por fin alcanz¨® una posici¨®n honorable. No llegaba a las semifinales desde Italia 90. Tan importante como el nuevo cr¨¦dito de la selecci¨®n es el fant¨¢stico resultado de sus representantes juveniles, ganadores de los Mundiales sub-20 y sub-17. Las expectativas que generan chicos como Foden (Manchester City), Hudson-Odoi (Chelsea) y Sancho (Borussia Dortmund) son superlativas. Nada parece interponerse en el alentador futuro que pronostican los ingleses.

No suele atribuirse, sin embargo, el encanto actual del f¨²tbol ingl¨¦s a la tremenda influencia de los entrenadores extranjeros. El impacto de los futbolistas for¨¢neos se da por descontado. La Premier League es el tercer campeonato europeo con el mayor porcentaje de minutos disputados (64,9 %) por jugadores no brit¨¢nicos, por detr¨¢s de la Liga chipriota y turca. Esta masiva influencia se traslada al alt¨ªsimo n¨²mero de extranjeros en las plantillas, o al rev¨¦s. Equipos como el Chelsea, el Arsenal o el Manchester City destacan por la escasez de jugadores ingleses.

Sin embargo, no hay factor m¨¢s importante en la renovaci¨®n del f¨²tbol ingl¨¦s que el efecto de los entrenadores extranjeros en los principales equipos de la Premier League. En 2004, a?o de la llegada de Jos¨¦ Mourinho al Chelsea y de Rafa Ben¨ªtez al Liverpool, s¨®lo hab¨ªa cinco t¨¦cnicos for¨¢neos. Se unieron al holand¨¦s Martin Jol (Tottenham) y a los franceses Ars¨¨ne Wenger (Arsenal) y Alain Perrin (Portsmouth). Esta temporada comenz¨® en agosto con 16 extranjeros. A estas alturas del campeonato, los nueve primeros clasificados est¨¢n a cargo de entrenadores no brit¨¢nicos.

La influencia es evidente en la m¨¢xima categor¨ªa del f¨²tbol ingl¨¦s, pero existe otra m¨¢s sutil en las escalas inferiores. Buena parte de los mejores equipos han contratado en los ¨²ltimos a?os a directores deportivos extranjeros. La suma de excelentes t¨¦cnicos m¨¢s reconocidos expertos, caso de Pep Guardiola y Txiki Begiristain, ha producido m¨¢s y mejores futbolistas juveniles, beneficiados por el abandono de los anticuados m¨¦todos de aprendizaje que lastraban la progresi¨®n de los j¨®venes ingleses.

Es una Inglaterra nueva, tambi¨¦n en la eclosi¨®n de un equipo favorecido por la diversidad. El porcentaje de descendientes de emigrantes es cada vez mayor en el equipo nacional, como ocurre en Francia u Holanda. De hecho, quiz¨¢ ning¨²n otro lugar se ha beneficiado tanto de la influencia futbol¨ªstica extranjera como Inglaterra. En tiempos del desdichado Brexit, est¨¢ bien recordarlo.