La ¡®saudade¡¯ de Coutinho
El brasile?o recuerda cada vez m¨¢s a Andr¨¦ Gomes, otro jugador que parec¨ªa hecho a la medida del Bar?a, pero termin¨® infeliz y abrumado
El f¨²tbol mueve sin compasi¨®n sus escalas jer¨¢rquicas, vieja certeza que ahora acecha a Coutinho, que s¨®lo particip¨® tres minutos en la fiesta de Leo Messi en el Villamar¨ªn. Ingres¨® junto al joven Ale?¨¢ cuando el partido estaba m¨¢s que sentenciado y los cambios no ten¨ªan ning¨²n significado t¨¢ctico. El baloncesto acu?¨® hace d¨¦cadas un t¨¦rmino para definir ese intrascendente periodo final: minutos de la basura.
Nadie sospech¨® hace un a?o un momento tan delicado y dif¨ªcil de digerir para Coutinho. Lleg¨® al Bar?a en enero de 2018, despu¨¦s de una larga y casi desesperante negociaci¨®n del Bar?a con el Liverpool. Era algo m¨¢s que un gran fichaje. Se trataba de una decisi¨®n de gran alcance estrat¨¦gico, porque situaba al jugador brasile?o como garant¨ªa de estabilidad en dos inquietantes cuestiones para el futuro del Bar?a. Por un lado, cerrar la herida que hab¨ªa abierto Neymar con su salto al Par¨ªs Saint Germain. Por otro, asegurar la sucesi¨®n de Iniesta.
Los dos casos se antojaban complicados de resolver, pero nadie como Coutinho parec¨ªa en mejores condiciones de arreglar el doble problema. El Liverpool adivin¨® perfectamente las necesidades del Bar?a y el efecto Neymar en la brutal escalada de precios en el mercado. En junio de 2017, Coutinho val¨ªa 70 millones. Tres meses despu¨¦s costaba 150 millones.
Coutinho hab¨ªa despegado en el Liverpool despu¨¦s de un dif¨ªcil aterrizaje en Europa. Estrella juvenil del f¨²tbol brasile?o, ingres¨® con 18 a?os en el Inter de Mil¨¢n, un club impaciente por naturaleza. Espera poco y fagocita mucho. Pas¨® por el Espanyol, regres¨® a Italia y termin¨® en el Liverpool. Se erigi¨® en ¨ªdolo de Anfield, favorecido por su fenomenal sociedad con Luis Su¨¢rez. Era la pareja perfecta para un equipo que estuvo a un cent¨ªmetro de ganar la Premier League y acabar con el tormento que persigue a los reds. No ganan el campeonato ingl¨¦s desde 1990.
Si uno de los dos ofrec¨ªa el perfil m¨¢s adecuado para jugar en el Bar?a, era Coutinho, jugador refinado, con clase y gol. Nadie le vio contraindicaciones, al contrario que Luis Su¨¢rez, un goleador de raza en el Ajax y el Liverpool, pero sin las cl¨¢sicas sutilezas que se atribuyen al modelo Bar?a. Sin embargo, la historia se ha escrito de manera muy diferente. A Su¨¢rez se le recordar¨¢ como a uno de los dos o tres delanteros m¨¢s importantes en la historia del Bar?a. Coutinho corre el riesgo de pasar sin dejar la menor huella.
Su caso invita al dilema. ?Era un jugador sobrevalorado o es un futbolista empeque?ecido? No es f¨¢cil asomarse al Bar?a, y menos en los tiempos de Messi. Se necesita la m¨¢xima calidad, un car¨¢cter especial ¡ªun tanque sin dudas, como Luis Su¨¢rez, o un alegre desinhibido, como Demb¨¦l¨¦¡ª y un detalle que en otros equipos importa menos: una posici¨®n definida.
Hay menos dudas con respecto a la calidad de Coutinho que sobre su car¨¢cter y la ubicaci¨®n que m¨¢s le conviene. Cada jornada, parece m¨¢s ensimismado, m¨¢s preso de una saudade que desde fuera impresiona. Tampoco es f¨¢cil asignarle una posici¨®n. Ven¨ªa como sucesor de Iniesta, pero le falta fuelle y sentido estrat¨¦gico para jugar como centrocampista. Como delantero empieza a quedarse corto, o quiz¨¢ comienza a ser v¨ªctima de la angustia que transmite.
Coutinho cada vez se achica m¨¢s en el campo. Ni tan siquiera encuentra la red de seguridad que supon¨ªa su gran especialidad: el regate hacia dentro y aquel disparo de francotirador. En su melanc¨®lica actividad, Coutinho recuerda cada vez m¨¢s a Andr¨¦ Gomes, otro jugador que parec¨ªa hecho a la medida del Bar?a, pero termin¨® infeliz y abrumado, carne de banquillo y de los temibles minutos de la basura.
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