Tiger Woods gana el Masters de Augusta 11 a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo grande
El estadounidense hace historia al conseguir a los 43 a?os su quinta chaqueta verde, su 15? 'major', en un espectacular regreso a la ¨¦lite tras tocar fondo en lo personal y lo deportivo
Ya era historia con may¨²sculas. Pero desde este domingo su leyenda es infinita. Tiger Woods gan¨® el Masters, su 15? grande, su quinta chaqueta verde, en lo que es seguramente el regreso m¨¢s incre¨ªble jam¨¢s visto en el deporte mundial. El triunfo llega 11 a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo major, el US Open de 2008, 14 desde su ¨¦xito anterior en Augusta, y tras superar un calvario de lesiones (ocho operaciones, cuatro de espalda y cuatro de rodilla) que le hicieron pensar que nunca volver¨ªa a jugar al golf. Solo un enorme af¨¢n de superaci¨®n ha resucitado a los 43 a?os al Tigre, no solo para volver a la ¨¦lite, sino para conquistar un grande, a solo tres ahora del r¨¦cord de 18 de Jack Nicklaus. La persecuci¨®n empieza de nuevo.
Fue el duelo entre dos ¨¦pocas. Woods desafiaba a todos esos golfistas que han crecido con el mito. Pero esta vez era de carne y hueso, lo ten¨ªan delante, y persegu¨ªa el t¨ªtulo con m¨¢s hambre que nadie. Hasta conseguir lo que nunca hab¨ªa logrado, imponerse en un grande sin salir como l¨ªder en la ¨²ltima jornada. Woods rem¨® y rem¨®, con m¨¢s fe que ninguno, hasta besar la gloria con 13 bajo par, un golpe de ventaja sobre Dustin Johnson, Xander Schauffele y Brooks Koepka, y dos sobre Jason Day, Webb Simpson, Francesco Molinari y Tony Finau. Rahm firm¨® un estupendo noveno puesto con -10.
Clasificaci¨®n
1. T. Woods (EE UU), 275 golpes, -13.
2. D. Johnson (EE UU), X. Schauffele (EE UU), B. Koepka (EE UU), -12.
5. J. Day (Aus), W. Simpson (EE UU), F. Molinari (Ita), T, Finau (EE UU), -11.
9. J. Rahm, P. Cantlay (EEUU), R. Fowler (EEUU), -10.
36. R. Cabrera Bello, -2.
Da igual lo que hubiera ganado ya Tiger, que era casi todo en su carrera. Desde ni?o solo ha aprendido a ganar, y tanto tiempo sin hacerlo le hab¨ªa creado un apetito voraz. Fue una exhibici¨®n de golf y de instinto competitivo pese a los baches (bogeys en el cuatro y en el cinco, su hoyo maldito, con un golpe de m¨¢s en cada d¨ªa del torneo). Su segunda vuelta fue de manual, con birdies en el 13, 15 y 16, mientras Molinari ca¨ªa por sus golpes al agua en el 12, en el coraz¨®n de Amen Corner, y en el 15, y Dustin Johnson y Koepka no consegu¨ªan remontar lo suficiente para atraparle.
Tiger hab¨ªa comenzado la guerra con un birdie en el hoyo tres. A su lado, Molinari desafinaba desde el tee, como si le costara encontrar la concentraci¨®n. La expectaci¨®n y la presi¨®n eran brutales en mitad de un gent¨ªo que se mov¨ªa al comp¨¢s de cada golpe de Woods. Molinari consigui¨® salvar de inicio una emboscada tras otra. Hasta que en el hoyo siete se dej¨® un putt largo con el tercer golpe y cometi¨® un bogey, el primero que sufr¨ªa en los ¨²ltimos 50 hoyos en Augusta. De repente, el l¨ªder daba un s¨ªntoma de debilidad, el primero, y ah¨ª estaba Tiger para oler la sangre. Celebr¨® un birdie en ese hoyo siete en el que patin¨® el italiano. Otro en el ocho. Dibuj¨® un putt de genio en el nueve jugando con la ca¨ªda y las curvas del green...
Las cartas estaban echadas. Cuando la bola de Molinari se hundi¨® en el 12, el turin¨¦s cedi¨® el liderato. Y abandon¨® toda esperanza cuando repiti¨® ahogamiento en el 15. Para entonces el Masters estaba en manos de Tiger. Pese al empuje de Dustin Johnson, Schauffele y Koepka, El Tigre era al fin due?o de su destino. Los birdies en el 15 y en el 16 fueron la sentencia en un final de locura para un inolvidable Masters.
Jon Rahm podr¨¢ decir que vio a Tiger ganar un grande 11 a?os despu¨¦s. El de Barrika entreg¨® una tarjeta de -4 en la jornada para ese -10 en el total, su tercer top ten en un grande despu¨¦s de los cuartos puestos del Masters del a?o pasado y del Campeonato de la PGA. Solo el poco provecho que le sac¨® a los pares cinco para su potencial de pegador (-8 en ese tramo en los 16 jugados en las cuatro rondas) le apart¨® de una cima mayor. ¡°Tengo un sabor agridulce. He jugado bien, pero he acabado sin tener opciones de ganar. Un top ten m¨¢s¡±, se conform¨® el vasco, que siempre piensa a lo grande. Y que sabe que Augusta, donde suma siete rondas seguidas bajo par, est¨¢ hecho a su medida. El a?o pasado se qued¨® a cuatro golpes del l¨ªder en el Masters (Reed), y a cinco del ganador en el PGA (Koepka). Solo tres le han separado de Woods en esta ocasi¨®n.
El golf vuelve a entrar en otra dimensi¨®n con Tiger. Otra vez. Ya lo hizo en 1997, hace 22 a?os, cuando gan¨® su primer grande, precisamente en Augusta. Aquello fue el inicio de una era, una tiran¨ªa que se extendi¨® hasta que las lesiones le apartaron del sill¨®n de rey. Nunca un deporte cambi¨® tanto como el golf lo hizo con Woods. Ahora ha regresado el gran jefe en medio de una generaci¨®n brillante de golfistas. Los tiempos han cambiado. Muchos no hab¨ªan conocido lo que era competir de verdad contra Tiger Woods. Ya lo saben.
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