Delirio en M¨¢nchester
El Tottenham elimina al City de Guardiola en un bombardeo cruzado que pasar¨¢ a la historia de la competici¨®n por la emoci¨®n desatada y por la intervenci¨®n decisiva del VAR
El Manchester City cay¨® con estr¨¦pito en el partido m¨¢s delirante de la Champions. Una goleada cruzada que no le sirvi¨® al equipo de Guardiola para enmendar su excursi¨®n conservadora a White Hart Lane y que elev¨® a un Tottenham malherido a las alturas. Cuando la remontada parec¨ªa consumada, el Tottenham surgi¨® redimido por Fernando Llorente, que meti¨® el gol decisivo ¡ªla ¨²ltima bomba del bombardeo¡ª con un golpe de pelvis ¡ªquiz¨¢s de mano tambi¨¦n¡ª a la salida de un c¨®rner. El tanto del punta espa?ol, revisado y convalidado por el VAR, habr¨ªa sido el ¨²ltimo acto de la tragedia de no haber marcado Sterling otro gol que tambi¨¦n fue objeto de revisi¨®n en el minuto 93. Esta vez el VAR lo anul¨® por fuera de juego de Ag¨¹ero en plena fiesta de la hinchada y el banquillo local. Desavisado del riesgo de ¨²ltima instancia tecnol¨®gica, Guardiola se lanz¨® a celebrar a la carrera para descubrir que los jueces de v¨ªdeo le hab¨ªan convertido el cl¨ªmax en anticl¨ªmax. Clavando las rodillas en la hierba, el t¨¦cnico contempl¨® desolado los restos de su tercer naufragio europeo en Inglaterra.
Pochettino se present¨® en M¨¢nchester con precauciones a?adidas. Como si quisiera evitar la deriva que empujaba la eliminatoria hacia el remolino. Contemplando la baja de Kane y la renta de la ida, levant¨® una fortaleza frente al ¨¢rea de Lloris, la blind¨® con Wanyama y Sissoko como quien baja una cortina de hierro frente a la zaga, situ¨® a Alli arriba para bajar los balones largos, y liber¨® a Moura y Son para correr a los espacios. Con el sacrificio de Eriksen en el costado derecho, para que molestara a G¨¹ndogan, el Tottenham perdi¨® claridad en la gesti¨®n de los ataques a cambio de seguridad sin bal¨®n. Toda esta construcci¨®n se deshizo por la falta de rigor de Trippier en su marcaje a Sterling. Con dos metros para armar la pierna, el extremo envolvi¨® la pelota con un env¨ªo preciso al hueco del segundo palo.
Corr¨ªa el minuto cuatro y con el 1-0 el partido parec¨ªa bendecir a los peregrinos de la remontada. Pura ilusi¨®n. Humo y espejos en la antesala de uno de esos periodos de descontrol que parec¨ªan archivados en el crep¨²sculo del amateurismo. En la siguiente jugada, Moura cort¨® una progresi¨®n del City y se lanz¨® al espacio que se abr¨ªa a la espalda de G¨¹ndogan y De Bruyne.
Aprovechando el p¨¦simo repliegue, Delle Alli recibi¨® delante de los centrales, remat¨®, el tiro rebot¨® en Laporte y el rebote cay¨® a los pies de Son. Puesto a buscar situarse en situaci¨®n ventajosa, el coreano es uno de los jugadores m¨¢s peligrosos de la Premier. Ah¨ª estaba para meter el 1-1 en el minuto siete, y ah¨ª volvi¨® a presentarse tres minutos despu¨¦s para enchufar el que probablemente fue el gol m¨¢s importante de la bater¨ªa: el 2-1, producto de otro contragolpe. Moura volvi¨® a aprovecharse de un error ajeno ¡ªun control defectuoso de Laporte¡ª, repiti¨® asociaci¨®n con Alli, y Alli busc¨® a Son. Puntual a la espalda de Walker, el astuto delantero del Tottenham emboc¨® un tiro magn¨ªfico y meti¨® al City en un problema descomunal. Obligado a marcar dos goles m¨¢s para ponerse por delante.
El periodo de enajenaci¨®n transitoria de las defensas se prolong¨® un minuto m¨¢s. Lo verific¨® Bernardo Silva en el minuto 11. La defensa del Tottenham se dej¨® arrastrar por la amenaza de Ag¨¹ero y le dio la espalda al portugu¨¦s. Cuando Rose se gir¨® ya era tarde. Bernardo Silva remat¨® entre las piernas del lateral y meti¨® el 2-2.
La resistencia del Tottenham fue desesperada en la medida en que le falt¨® creatividad para defenderse con la pelota. Cuando Sissoko pidi¨® el cambio por lesi¨®n, su lugar lo ocup¨® Alli y el blindaje se fractur¨®. Desmelenado, el City descolg¨® a todos sus volantes en posiciones intermedias para dar continuidad a las construcciones. De Bruyne, Sterling y Silva entraban y sal¨ªan de la zona caliente y le ganaban las espaldas a los centrocampistas rivales. Sin referencias claras, los centrales no pod¨ªan controlar a Ag¨¹ero, cada vez m¨¢s c¨®modo en la refriega. En este escenario reapareci¨® Sterling para empujar un centro de De Bruyne desde la derecha. Una vez m¨¢s, Trippier lleg¨® tarde a cerrar el segundo palo.
El descanso alivi¨® al Tottenham en pleno asedio. La reanudaci¨®n lo redobl¨®. Bernardo Silva y De Bruyne tomaron las riendas del equipo para medir los tiempos de cada maniobra. El retroceso del equipo de Londres anunci¨® calamidades sobre Lloris. Bernardo Silva pidi¨® penalti al sentirse derribado por Rose en el ¨¢rea chica, justo al controlar el bal¨®n; Lloris sac¨® a mano cambiada un ca?onazo de De Bruyne; y cumplida la hora de partido Ag¨¹ero meti¨® el gol que desat¨® la euforia en la hinchada del Etihad.
Un pase de G¨¹ndogan parti¨® por el medio la debilitada presi¨®n del Tottenham. Recibi¨® De Bruyne entre l¨ªneas perfil¨¢ndose como los ¨¢ngeles y habilit¨® a Ag¨¹ero. El argentino se revolvi¨® entre Wanyama, Rose y Alli antes de batir a Lloris. Fue el 4-2. El tanto que puso al City por primera vez, por delante en la eliminatoria.?
La cara de Pochettino, p¨¢lido en el fondo del banquillo, reflejaba la tensi¨®n extrema del que busca soluciones y no encuentra ninguna medio satisfactoria. Con el Tottenham agotado por el esfuerzo que requer¨ªan las constantes basculaciones, el partido parec¨ªa propiedad de los administradores pausados del City. Fue una jugada que, a la postre, adquiere tintes heroicos, la que cambi¨® la historia. Vertongen se descolg¨® y meti¨® un pase al hueco que Son supo encontrar a punto para provocar el c¨®rner. De esa acci¨®n deriv¨® un segundo c¨®rner. Y del segundo c¨®rner el gol que Fernando Llorente meti¨® con la cadera. El VAR revis¨® que no hubiera mano antes de convalidarlo. El City pudo revertirlo. Pudo meter el 5-3. Lo meti¨® Sterling, lo celebr¨® Guardiola desaforado y lo anul¨® el VAR por fuera de juego de Ag¨¹ero por cent¨ªmetros.
La multitud pas¨® del delirio a la depresi¨®n en lo que va de un minuto al siguiente. Cuentan que el VAR atenta contra el espect¨¢culo. Que se lo digan a los hinchas del Tottenham.
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