El City se adelanta al Liverpool por un cent¨ªmetro
El equipo de Guardiola recupera el liderato de la Premier derrotando al Burnley gracias a un tanto (0-1) convalidado por la tecnolog¨ªa de la l¨ªnea de gol tras una genialidad de Ag¨¹ero
La luz del sol del mediod¨ªa en Burnley es como la luz del alba en el Mediterr¨¢neo. Los 50 kil¨®metros que separan Manchester de esta poblaci¨®n de Lancashire son un peque?o viaje al extremo septentrional de Inglaterra, a los vestigios de la revoluci¨®n industrial, y al interior profundo de un pa¨ªs que todav¨ªa alberga restos del viejo f¨²tbol brit¨¢nico. Los techos voladizos del estadio centenario de Turf Moor est¨¢n pensados para proteger al p¨²blico del fr¨ªo y la lluvia, pero en la tarde de este domingo de abril tambi¨¦n sirvieron para sostener las antenas que transmiten la noticia m¨¢s importante que un ¨¢rbitro debe saber: si fue gol o no fue gol. Es la irrupci¨®n de la modernidad en el n¨²cleo m¨¢s conservador de la industria. Porque la Premier todav¨ªa no admite VAR pero s¨ª acepta DAG: el sistema de detecci¨®n autom¨¢tica de goles. Y el DAG pudo decidir el campeonato en Burnley.
Guardiola, que a?ora los cielos del sur, hace ejercicios de adaptaci¨®n. Transcurrida una hora de partido ya no sab¨ªa qu¨¦ inventar para que sus jugadores consiguieran posiciones limpias de tiro frente a un adversario que se apelotonaba alrededor de su portero. El partido se jugaba en un rinc¨®n del campo y el resto era un parque vac¨ªo. Hasta 20 veces hab¨ªa disparado el Manchester City contra dos del Burnley. La pelota rebotaba en la mara?a de medias blancas. El acceso parec¨ªa imposible, el tiempo se agotaba y la Premier se perd¨ªa. A falta de dos jornadas, la victoria del Liverpool (5-0) ante el Huddersfield, el viernes, le colocaba como l¨ªder provisional con 91 puntos frente a los 89 del equipo que sufr¨ªa por hacer un gol en Burnley.
Entonces apareci¨® el jugador m¨¢s importante del City esta temporada. Bernardo Silva se llama y pidi¨® la pelota en el carril del ocho. Levant¨® la mirada cerca del pico del ¨¢rea y ah¨ª donde todo parec¨ªa oscuridad, entre el ¨¢rea chica y el punto de penalti, ¨¦l vio que se abr¨ªa el cielo. Hasta seis defensas y el portero se interpon¨ªan entre la pelota y el Kun Ag¨¹ero. No hab¨ªa espacio para pasar pero Bernardo Silva gir¨® el tronco hacia la izquierda y movi¨® la cadera hacia la derecha para soltar el pie y enviar la pelota al pie de Ag¨¹ero. Encimado por Tarkowski y escoltado por Taylor y Cork, el delantero argentino obr¨® el segundo prodigio de la maniobra. Se revolvi¨® apoy¨¢ndose en Tarkowski como si el defensa central fuera un aparato ortop¨¦dico y la pelota una bola de goma embadurnada en pegamento. Perfil¨¢ndose para la zurda en lo que dura un parpadeo, remat¨®. La pelota super¨® al portero Heaton y fue despejada por Lowton, ep¨ªtome del defensor que mete el culo en la cueva. Tan atr¨¢s se acul¨® que jug¨® desde el interior de su propia porter¨ªa. Por un cent¨ªmetro, la circunferencia del bal¨®n rebas¨® por completo la l¨ªnea de meta. Algo invisible al ojo humano pero detectado por las c¨¢maras y el campo magn¨¦tico integrado. Lo anunci¨® el DAG despu¨¦s de un segundo, con un pitido en el reloj del juez Paul Tierney.
Corr¨ªa el minuto 63 y el City sumaba un punto m¨¢s que el Liverpool. En total, 92. Apenas un clavo en la interminable pared de roca de la liga m¨¢s disputada del planeta. Guardiola se alter¨® tanto ante la necesidad de proteger la exigua ventaja que quit¨® a Ag¨¹ero y Sterling para meter a Stones y Otamendi, y acab¨® jugando con cuatro centrales. El levantamiento del doble muro coincidi¨® con los ¨²ltimos minutos del partido. Los m¨¢s ag¨®nicos. Los que vieron encogerse al City, condenado a despejar pelotas. Los que asistieron al alzamiento del Burnley, impetuosa reliquia del viejo f¨²tbol brit¨¢nico derrotada por dos genios con la ayuda del DAG.
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