Richard Carapaz, el ¡®guagua¡¯ que lidera el Giro
El ciclista ecuatoriano que viste la ¡®maglia¡¯ rosa a cinco d¨ªas de que termine la carrera se forj¨® en una familia de campesinos cuidando del ganado y las tierras
As¨ª madur¨® Richard Carapaz, el ecuatoriano que lidera el Giro. As¨ª lo cuenta ¨¦l con su voz lenta y clara: ¡°Hubo una temporada en la que cuando ya hac¨ªa bici mi madre sufri¨® c¨¢ncer de seno, y mis padres tuvieron que marchar al hospital porque la ingresaron. Yo qued¨¦ al cargo de la finca con mi abuelo, y ten¨ªamos como ocho o nueve vacas de orde?o, y ten¨ªa que levantarme muy temprano, cuatro, cinco de la ma?ana, sacar la leche antes de que pasara el cami¨®n de recogida y luego ten¨ªa que ir a estudiar al colegio; venir de estudiar, preparar la comida, prepararme para ir a entrenar e ir a entrenar; cuando ven¨ªa ten¨ªa que comer, cambiar de terreno al ganado, a otro prado, darles de comer, el agua... que no les haga falta de nada. Ten¨ªa 14, 15 a?os ya. Ten¨ªa que hacerlo bien, porque si se te muere una vaca pierdes un mont¨®n. Eso es parte de mi aprendizaje de la responsabilidad. Cuando me toca hacer algo, trato de hacerlo lo mejor posible, que quede muy bien. Es la formaci¨®n que hemos tenido¡±.
Cuando se le mida, pues, cuando se calculen sus posibilidades en el Mortirolo el martes, de resistir a Nibali; de superar todas las intrigas, tramas y conspiraciones que rodean siempre el Giro, la carrera m¨¢s imprevisible; cuando se pronostique sobre sus posibilidades de llegar de rosa el domingo a Verona y mantenerse despu¨¦s de la contrarreloj de 17 kil¨®metros, habr¨¢ que valorar que ning¨²n europeo en el pelot¨®n ha tenido una experiencia como la suya. Una cultura campesina compartida con la mayor¨ªa de ciclistas colombianos que dice m¨¢s de su paciencia, aplicaci¨®n, determinaci¨®n y constancia que todo su palmar¨¦s, su cuarto puesto en el Giro pasado o su victoria en la Vuelta del Futuro sub-23 colombiana, el ¨²nico extranjero que la ha conseguido.
Carapaz se hizo ciclista en Ecuador, un pa¨ªs que, pese a estar tan cercano a Colombia, donde el ciclismo es la vida, nunca ha tenido cultura ciclista. ¡°Supe que el ciclismo exist¨ªa porque en mi casa, a 10 kil¨®metros de la frontera, se o¨ªan las emisoras colombianas, y mi padre y mi abuelo escuchaban las transmisiones de la Vuelta a Colombia y el Cl¨¢sico RCN, y as¨ª me enter¨¦ de que los que ganaban carreras eran importantes¡±, dice Carapaz, que ma?ana cumplir¨¢ 26 a?os. ¡°Hubo algunos ciclistas en Ecuador, como Juan Carlos Rosero, que lleg¨® a correr en el Pepsi Fanini de Italia, que cuando dejaron la bici se hicieron instructores, y un d¨ªa vino Rosero a mi colegio promocionando una escuela de ciclismo que hab¨ªa creado. ?ramos tantos que no hab¨ªa bicis para todos y ten¨ªamos que turnarnos para usarlas. De los 60 que empezamos solo sigo yo como ciclista¡±.
Carapaz tiene dos hermanas mayores, que estudiaron y trabajan en oficinas: ¡°A mis hermanas mis padres les dieron estudios y ellas son profesionales en un trabajo de oficina. Mis padres vienen de familia extensa y ten¨ªan la experiencia, porque tengo t¨ªos que ni siquiera han ido a la escuela, y ya aplicaron esa experiencia a los propios hijos. Decidieron tener pocos para que todos tuvi¨¦ramos oportunidades. Yo pude elegir entre hacer bicicleta o estudiar. Me inclin¨¦ un poco m¨¢s por la bicicleta. Con los viajes y eso dej¨¦ un poco el estudio, y le dije a mi padre que iba a probar hasta los 23 a?os, que si a esa edad no hab¨ªa podido conseguir un equipo bueno o que me remunerara yo me iba a inclinar por el estudio. Me apoyaron mis padres y a los 23 pude ser campe¨®n Panamericano y mucha gente me conoci¨® y me quer¨ªan fichar muchos equipos¡±.
Para hacerse ciclista, a los 15 a?os, en 2009, Carapaz emigr¨® a Bogot¨¢, donde hab¨ªa muchos equipos juveniles y sub-23. Creci¨® sin parar hasta 2014, que fue un a?o en blanco: ¡°En 2014 no corr¨ª mucho porque tuve una lesi¨®n, me atropell¨® un coche, y estuve casi todo el a?o parado...¡±. Pero en 2015, cambi¨® todo. Gan¨® el Futuro. Su nombre lleg¨® a Europa. Lo fich¨® Unzue, que le hizo pasar unos meses por su cantera del Lizarte amateur antes de dar el salto al WorldTour.
En Europa triunfa. Su padre ya no es campesino, sino comerciante. Compr¨® una furgoneta y transporta las papas y las hortalizas de todos a la feria. A su casa, a 3.000m de altitud, se llega ya por autov¨ªa y no por el camino de yeguas y mulas que hab¨ªa cuando naci¨®. Cuando sale a entrenar cruza tantas veces la frontera, el Carchi, en bicicleta, que a veces no sabe si est¨¢ en Colombia o Ecuador. Aguanta que Nairo le llame pastuso, como los habitantes de Pasto, la regi¨®n colombiana colindante, de donde salieron ciclistas como Darwin Atapuma. Y nunca olvida sus or¨ªgenes aunque la modernizaci¨®n, la globalizaci¨®n, haya matado las diferencias. ¡°La cultura se olvid¨® mucho pero pasaron al vocabulario muchas palabras quichuas, el lenguaje inca. Hay veces que en mi pueblo es la mezcla del quichua y el espa?ol. Cuando hace fr¨ªo decimos achicha, ni?o es guagua...¡±.
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