Bolsova cierra un viaje de ensue?o

El sue?o de Aliona Bolsova se cierra, termina, pero en realidad solo acaba de comenzar. Concluye su hermosa andadura en Par¨ªs, porque enfrente se encuentra una jovencita que apunta a fen¨®meno, una ant¨ªtesis llamada Amanda Anisimova que le pega a la bola con una frialdad incre¨ªble, como si en lugar de tener 17 a?itos tuviera los 32 de su admirada Maria Sharapova. 6-3 y 6-0, en 1h 09m. Se acaba el cuento franc¨¦s, las tres semanas que la han hecho creer, crecer y reafirmar la sensaci¨®n de que el tenis no solo puede ser lo suyo, un medio de vida, sino que adem¨¢s puede llenarla y, por qu¨¦ no, hacer cosas importantes.

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Despu¨¦s de tres semanas compitiendo, partiendo de la fase previa y con el doble de partidos que las dem¨¢s, a Bolsova empiezan a pesarle m¨¢s las piernas y por si fuera poco llega un frente en forma de cicl¨®n. Cada pelota que propone Anisimova lleva veneno y limpia los v¨¦rtices. La estadounidense la exige una y otra vez, sin conceder la m¨¢s m¨ªnima tregua. La estadounidense, subida en dos piernas zancudas que la elevan por encima del metro ochenta, se adentra en la pista y dirige su rev¨¦s all¨¢ donde ella quiere, con una suficiencia extraordinaria.

Bolsova resiste el envite los primeros juegos, pero luego va desenganch¨¢ndose porque vienen muy mal dadas y la tormenta no cesa. ?Pam-pam-pam! Embiste Anisimova. L¨ªnea, l¨ªnea, l¨ªnea. Naci¨® en Nueva Jersey, aunque es de ascendencia rusa y reside en Nueva York; gan¨® el US Open j¨²nior el a?o pasado y este empez¨® a emitir se?ales en Melbourne, alcanzando los octavos del Open de Australia. Ahora va lanzada en Par¨ªs, descosiendo a una rival tras otra, y el pr¨®ximo lunes figurar¨¢ entre las 50 mejores del circuito. Tiene car¨¢cter, porque pega un pelotazo feo tras un fallo y se abstrae como si nada de la reprimenda de la grada.

Aspira Anisimova a seguir el camino que abri¨® Sharapova, la ¨²ltima teenager que conquist¨® un grande, en 2006 y en Nueva York, con solo 19 a?os y 132 d¨ªas. Coge relieve su nombre y entra definitivamente en las quinielas. Cuando desequilibr¨® para 4-2 en el primer parcial, se acab¨® la historia. Desfondada y con una tobillera en su tobillo derecho, Bolsova intent¨® replicar a duras penas, pero el desnivel era excesivo. Hab¨ªa m¨¢s gente, casi 5.000 personas. Y, l¨®gicamente, m¨¢s nerviosismo. Se cerr¨® la aventura en poco m¨¢s de una hora y se march¨® de la Simonne Mathieu firmando unos cuantos aut¨®grafos, pese a la mala leche del segundo set.

¡°Llevaba ya unos d¨ªas cansada, sobre todo mentalmente¡±, dec¨ªa ante los enviados especiales. ¡°Es mucha presi¨®n. Lo que estoy viviendo es incre¨ªble, pero tampoco es f¨¢cil estar en esta situaci¨®n y manejarla bien. Soy nueva en esto, me ha venido muy r¨¢pido. Voy a trabajar para estar preparada. Aunque ahora se pongan m¨¢s expectativas sobre m¨ª o se me siga m¨¢s, a m¨ª no me afecta mucho eso... La carrera del tenista tiene altibajos y yo tengo 21 a?os, y acabo de empezar a trabajar en serio. Me queda mucho...¡±. ?Y qu¨¦ es lo que m¨¢s te apetece ahora, despu¨¦s de vivir todo esto? Le pregunt¨® uno de ellos: ¡°?Quiero irme a una cala de la Costa Brava y escuchar el ruido del mar!¡±

Termin¨® Par¨ªs, pero seguramente haya empezado algo bonito.