Lola Gallardo y la ¡®soledad¡¯ de la portera suplente

Cambi¨® este jueves la rutina Espa?a tras dos d¨ªas libres. En lugar de entrenarse a las seis de la tarde, la hora a la que suele jugar en el Mundial, tuvo sesi¨®n por la ma?ana bajo un chaparr¨®n interminable. El conductor del autocar, adem¨¢s, se perdi¨® por Reims, la capital del champ¨¢n, y las internacionales llegaron al campo de entrenamiento con casi una hora de retraso. El cambio de rutina lo decidi¨® Jorge Vilda porque ayer por la tarde se desplaz¨® a Le Havre ¡ªa tres horas y media de coche¡ª para ver en directo el partido de Estados Unidos contra Suecia.

La sesi¨®n de la ma?ana termin¨® con las internacionales ensayando penaltis. Alguno que otro par¨® Lola Gallardo, campeona de Liga con el Atl¨¦tico y finalista de la Copa de la Reina, que est¨¢ viviendo el Mundial desde el banquillo. Un sitio complicado para una portera porque sabe que salvo lesiones no dispondr¨¢ de minutos. La titular que eligi¨® Vilda es Sandro Pa?os, del Bar?a. ¡°Sabes que tiene que pasar algo muy grave para que la titular no siga jugando. El rol lo tenemos asimilado todas. Est¨¢ claro que siendo ego¨ªsta me encantar¨ªa jugar, pero disfruto de poder estar aqu¨ª. Si entras en un bucle negativo ni vas a estar bien t¨² ni el entrenador va a contar contigo¡±, cuenta la sevillana, de 26 a?os.

?Se entrena igual sabiendo que no va a jugar? ¡°Creo que incluso mejor porque quieres demostrar al entrenador que est¨¢s ah¨ª aunque tu rol sea el de estar en el banquillo. Los porteros al final entrenamos y trabajamos para nosotros, para estar bien nosotros y para intentar ayudar al equipo cuando se nos necesite¡±, contesta Gallardo, que en las calles de Sevilla jugaba siempre debajo del balc¨®n de casa para que su madre la viera. ¡°?Lolaaa parriba a cenar!¡¯, me gritaba. Mi infancia fue pura alegr¨ªa, de mucha calle y de mucho f¨²tbol callejero¡±, recuerda. Empez¨® de central y decidi¨® meterse bajo palos con 12 a?os. ¡°Era una vaga de serie y no me gustaba correr¡±, dice con una carcajada.

Reconoce que la porter¨ªa es una demarcaci¨®n que requiere de un punto de locura y en la que se siente m¨¢s la soledad. ¡°Las porteras estamos un poco pall¨¢: es una posici¨®n muy dif¨ªcil. Est¨¢s sola, cuando llega el bal¨®n tienes que poner tu cuerpo y que te d¨¦ donde sea con tal de que no entre el bal¨®n. La soledad es dura y se siente, cada vez que el equipo marca un gol, jope, eres t¨² la que est¨¢s sola celebr¨¢ndolo y ves a todas tus compa?eras a lo lejos. Cuando vienen los momentos malos es un a¨²n m¨¢s duro¡±, confiesa.

Tuvo varios esta temporada por los errores garrafales que cometi¨® contra el Bar?a en el Wanda y en la final de la Copa de la Reina contra la Real. ¡°Cada vez que intentaba cerrar los ojos esa noche se me ven¨ªa la imagen a la cabeza¡±, cuenta. Escribi¨® una carta pidiendo disculpas. ?Por qu¨¦ se sinti¨® obligada a ello? ¡°No me sent¨ª en la obligaci¨®n, me apetec¨ªa, quer¨ªa que la gente supiera que estaba jodida. Fue un fallo importante que afect¨® al equipo y quer¨ªa pedir disculpas¡±, confiesa. ?C¨®mo se olvida una portera de un error? ¡°Jorge [Vilda] nos dio una semana de vacaciones antes del Mundial y le dije que yo estaba deseando volver para ver qu¨¦ sensaciones ten¨ªa y c¨®mo me pod¨ªa encontrar. Si te ves mejor, se te va olvidando¡±, concluye.