Jill Ellis, la seleccionadora de Estados Unidos, a un paso de hacer historia
Nacida en Inglaterra y crecida en Virginia, siempre ha defendido que la adversidad es el mejor aprendizaje; si gana a Holanda repetir¨ªa la haza?a de Vittorio Pozzo, ¨²nico t¨¦cnico en ganar dos Mundiales seguidos (1934 y 1938)
¡°Parte de mi trabajo aqu¨ª ser¨¢ convertir este viaje en algo inc¨®modo para vosotras porque el aprendizaje m¨¢s grande es la adversidad¡±. Esta fue la frase con la que Jill Ellis, seleccionadora de Estados Unidos, se present¨® en la primera charla que tuvo con el vestuario. Era mayo de 2014; ten¨ªa 13 meses para preparar el Mundial de Canad¨¢ 2015, torneo que la selecci¨®n americana no ganaba desde 1999. Acostumbrada a trabajar bajo presi¨®n, Ellis, nacida en Reino Unido en 1966, abandon¨® su pa¨ªs con 14 a?os. Gan¨® el Mundial de 2015 y ahora, a los 52 a?os, est¨¢ cerca de entrar en la historia del f¨²tbol. Si Estados Unidos derrota a Holanda este domingo (17.00, GOL) en la final del Mundial, se convertir¨¢ en la primera entrenadora en ganar dos Mundiales seguidos. Antes de ella s¨®lo lo hab¨ªa conseguido Vittorio Pozzo, seleccionador italiano, que llev¨® a la Nazionale a levantar el t¨ªtulo en 1934 y 1938. Es m¨¢s, si vence Estados Unidos, gran favorita, habr¨¢ ganado cuatro de los ocho Mundiales que se han jugado hasta ahora.
De las 24 selecciones que han disputado el Mundial de Francia, s¨®lo ocho tienen a una mujer en el banquillo. Dos de ellas luchar¨¢n por el t¨ªtulo este domingo en Lyon. Ellis por un lado y Sarina Wiegman, holandesa de 49 a?os, por otro. La Oranje, vigente campeona de Europa bajo la gu¨ªa de Wiegman, se ha clasificado para la final en su segunda participaci¨®n en un Mundial. En Canad¨¢, la holandesa estaba en el banquillo como ayudante.
A Ellis se le ha mirado con lupa en este torneo; y en EE UU ha recibido cr¨ªticas por el juego de su selecci¨®n. Pero ella, hija de un antiguo comandante de los Royal Marines que le inculc¨® la pasi¨®n por el f¨²tbol, siempre ha defendido que sin adversidades no se entender¨ªa el trabajo de entrenador; y tampoco se llegar¨ªa lejos. De ah¨ª que insistiera en ello en su primera charla con el vestuario hace ya cinco a?os. Unos meses despu¨¦s de aquella conversaci¨®n, Ellis decidi¨® llevar al equipo a una gira en Brasil, donde la log¨ªstica les iba a poner a prueba. Eso buscaba. ¡°Uno de los partidos se cancel¨® por el tiempo, hac¨ªa mucho calor, los campos estaban muy secos y nos abuchearon unos 10.000 aficionados¡±, cont¨®.
¡°Al final del viaje expliqu¨¦ a la expedici¨®n que hab¨ªa buscado ese tipo de condiciones porque ten¨ªamos que aprender a enfrentarnos a los baches que se nos pod¨ªan presentar en el camino. Siempre hay adversidades: la diferencia entre ganar y perder en el deporte de ¨¦lite es la capacidad no solo de lidiar con esas adversidades, sino tambi¨¦n de prosperar en esas situaciones. Es algo que tienes que aprender tambi¨¦n como entrenador. Sin esas curvas, no ser¨ªa t¨¦cnico¡±, explic¨® en la web coachesvoice.com.
Las jugadoras la aprecian porque dicen que sabe perfectamente lo que quiere y lo sabe transmitir. En la prensa estadounidense especulaban estos d¨ªas con su futuro: puede que, aunque gane el Mundial, Jill decida marcharse a Europa en busca de nuevos desaf¨ªos en un f¨²tbol que est¨¢ empezando a crecer. Antes de recibir una ¡°sustancial mejora¡±, en palabras de la Federaci¨®n, de su contrato el a?o pasado, Ellis cobraba unos 300.000 d¨®lares al a?o, por debajo de lo que se embolsaba J¨¹rgen Klinsmann, t¨¦cnico de la absoluta hasta 2016 (casi tres millones de d¨®lares).
Ella siempre recuerda el consejo que le dio su padre cuando empez¨® con esta aventura: ¡°Entrena el juego, no entrenes para mantener tu trabajo¡±. Ha aprendido a lidiar con las adversidades, con la presi¨®n ¨Creconoc¨ªa Carli Lloyd antes de los octavos que cualquier cosa que no sea ganar el Mundial, en Estados Unidos es considerado un fracaso- y tambi¨¦n con la larga sombra de su predecesora, Pia Sundhage (2007-2012), extrovertida, graciosa y con mucho carisma.
Al pie de la letra sigui¨® Jill el consejo de su padre, John, que se llev¨® a la familia a Virginia del Norte a finales de los a?os 70. El padre fue embajador de f¨²tbol durante mucho tiempo para el gobierno brit¨¢nico, ayudaba a crear programas de f¨²tbol en todo el mundo (desde Trinidad y Tobago a Singapur) y en 1981 fund¨® la Soccer Academy en Manassas (Virginia). La vida de Jill cambi¨® por completo. Ella nunca hab¨ªa podido jugar al f¨²tbol en Inglaterra (estaba mal visto y no hab¨ªa equipos femeninos). Lo hac¨ªa en el parque con su hermano y con los amigos de su hermano, que no siempre la admit¨ªan.
En Estados Unidos s¨ª pudo. ¡°All¨ª me puse una equipaci¨®n por primera vez. Recuerdo que el entrenador me preguntaba en qu¨¦ posici¨®n jugaba y yo lo miraba divertida y le contestaba: es que no lo s¨¦¡±, cont¨® tiempo despu¨¦s. Las Universidades americanas proporcionan a las futbolistas lo que los clubes europeos a los hombres. Pero no siempre fue as¨ª. Eso empez¨® a desarrollarse a partir de los a?os 80, cuando la joven Ellis aterriz¨® en Virginia.
El programa nacional apenas comenzaba a tomar forma, no hab¨ªa una liga profesional y una vez terminado el ¡®college¡¯, las chicas tambi¨¦n terminaban con el f¨²tbol. Ellis se gradu¨® en literatura inglesa, pero a sus padres siempre le repet¨ªa lo mismo: ¡°Quiero jugar al f¨²tbol¡±. Y ellos siempre intentaron convencerla para que se dedicara a algo m¨¢s sustancial. Mientras se sacaba un m¨¢ster empez¨® a trabajar como entrenadora asistente y fue subiendo escalones hasta convertirse en seleccionadora nacional. ¡°Ser entrenadora no era un trabajo en Inglaterra e incluso en Estados Unidos era visto como algo extra?o cuando llegu¨¦. Lo que me dio EE UU fue la oportunidad de seguir un camino con el que realmente nunca hab¨ªa so?ado¡±. Ese camino la puede llevar este domingo a hacer historia.
Suecia, tercera a costa de Inglaterra
Suecia derrot¨® a Inglaterra por 2-1 y se adjudic¨® el tercer puesto del Mundial. Subcampeonas en 2003, las suecas igualaron en esta edici¨®n el tercer puesto logrado en 1991 y 2011. Kosovare Asllani y Sofia Jakobsson plasmaron el dominio inicial de su equipo con dos goles en los 22 primeros minutos del partido celebrado en Niza.
La selecci¨®n inglesa que dirige Phil Neville reaccion¨® con un tanto de Fran Kirby en el minuto 30, pero no pudo batir por segunda vez a Hedvig Lindahl. Lo impidi¨®, en primer lugar, el VAR al anular por mano un gol de Ellen White; y despu¨¦s Nilla Fischer, que desvi¨® con la cabeza una volea de Lucy Bronze que apuntaba a la red en el minuto 90.
Inglaterra, pese a la derrota, ha demostrado la buena l¨ªnea que ya exhibi¨® en 2015 y en la Eurocopa de 2017, y apunta a ser una de las favoritas en el pr¨®ximo Mundial, en el que ser¨¢ la anfitriona.
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