La m¨¢quina universitaria que alimenta el f¨²tbol femenino en Estados Unidos

Enfrentarse a un equipo norteamericano de f¨²tbol no es algo que en general deba inquietar a cualquier selecci¨®n europea. A no ser que se trate de mujeres. Espa?a se enfrenta este lunes a una selecci¨®n que lleva un cuarto de siglo dominando este deporte y que sale, precisamente, de un pa¨ªs que lleva los mismos a?os intentando que su selecci¨®n masculina sea algo m¨¢s que una comparsa en los mundiales. Las razones de esta disparidad hay que buscarlas en un sistema de universidades grandes y clubes peque?os, exactamente lo contrario del sistema europeo para encontrar y entrenar jugadores j¨®venes.

La selecci¨®n de f¨²tbol femenino de Estados Unidos ha conseguido encadenar tres generaciones extraordinarias de futbolistas. La primera parte de la explicaci¨®n es cultural. En un pa¨ªs donde los deportes m¨¢s populares son el f¨²tbol americano, el b¨¦isbol, el baloncesto y el hockey sobre hielo, el f¨²tbol tuvo siempre una fama de deporte blando que le acab¨® convirtiendo en el deporte de las chicas. Su crecimiento fue exponencial durante los a?os noventa. En 1980 hab¨ªa 40.000 chicas jugando al f¨²tbol en los institutos de secundaria de Estados Unidos, seg¨²n las cifras de la Federaci¨®n de Institutos. En 2015 eran 375.000: el 20% de todas las chicas de secundaria que hacen alg¨²n deporte, juegan al f¨²tbol. Seguramente se trate de la cantera de jugadoras m¨¢s grande del mundo.

¡°Aqu¨ª, el f¨²tbol es el deporte de chicas por excelencia¡±, dice Julia Hern¨¢ndez, madrile?a de 22 a?os que ha estudiado jugando al f¨²tbol toda la carrera de Matem¨¢ticas en la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA). Hern¨¢ndez juega de delantera (¡°cualquier sitio arriba, en realidad¡±) y ha sido la capitana del equipo de f¨²tbol de UCLA, uno de los mejores del pa¨ªs. ¡°Aqu¨ª si eres una chica se espera que juegues al f¨²tbol. Nadie te mira mal. En Espa?a es al rev¨¦s¡±.

Hern¨¢ndez recuerda cuando se aficion¨® a jugar al f¨²tbol con 12 a?os en Madrid y ten¨ªa que aguantar comentarios en el patio, en el parque y en las ligas madrile?as. Hasta que no tocaba la bola no la empezaban a respetar en los equipos de chicos. ¡°Hasta los padres en la grada se re¨ªan ¡®uy, tened cuidado con la ni?a¡±. Desde los 14 jugaba en la Segunda Divisi¨®n del f¨²tbol femenino espa?ol. Jug¨® con la selecci¨®n madrile?a, gan¨® tres campeonatos de Espa?a. Cuando lleg¨® el momento de ir a la universidad, se dio cuenta de que en Espa?a era imposible estudiar, jugar y mantenerse econ¨®micamente al mismo tiempo.

Con la beca de f¨²tbol de UCLA, Julia Hern¨¢ndez ha visto en primera persona el poder del f¨²tbol femenino en las universidades de EE UU y la diferencia con Espa?a. La gigantesca cantera de mujeres que han crecido jugando al f¨²tbol en su colegio se ha trasladado a la universidad, de donde luego sale la ¨¦lite del soccer femenino. Primero, por los medios. ¡°Aqu¨ª es obligatorio que haya la misma inversi¨®n para deportes de chicas y de chicos¡±, explica Hern¨¢ndez. Ella se entrena en las mismas instalaciones que han utilizado en pretemporada el Real Madrid, el Barcelona, el Chelsea o el Manchester United, desde el campo hasta los fisioterapeutas. A Hern¨¢ndez le dan un cheque mensual ¡°que es 20 veces lo que me pagaban en Madrid¡±. Y adem¨¢s, le han pagado una carrera en UCLA que le habr¨ªa costado 60.000 d¨®lares al a?o.

Esa ¨¦poca entre los 18 y los 22 a?os es el periodo en el que se decide si una chica va a intentar ser profesional o no. Y en Espa?a, todas las condiciones juegan en contra. El f¨²tbol en Europa est¨¢ en manos de poderosos clubes privados, no de las universidades. La poca inversi¨®n y el poco inter¨¦s de los clubes definen la diferencia de nivel con Estados Unidos. ¡°Aqu¨ª tienes cuatro a?os donde te dan todo y m¨¢s, te tratan como un profesional del Real Madrid. Entrenas todos los d¨ªas con gente de nivel ol¨ªmpico. Ese periodo de cuatro a?os es el espacio perdido en Espa?a, donde la gente se plantea si merece la pena estar jugando sin cobrar y encima no poder estudiar. Aqu¨ª te lo dan todo para que puedas hacerlo¡±.

Es decir, en Estados Unidos el sistema universitario les da a las chicas lo que el sistema de clubes les da a los chicos en Europa. Las canteras que alimentan al Barcelona o al Real Madrid, en Estados Unidos son las universidades. ¡°En ese periodo ente los 18 y los 22, en Espa?a los chicos est¨¢n en tal o cual cantera form¨¢ndose de una manera incre¨ªble y cobrando un past¨®n¡±, apunta Hern¨¢ndez. El sistema universitario permite que las chicas puedan hacer en EE UU lo que no pueden hacer las espa?olas. De ese sistema salen luego las Mia Hamm (Universidad de North Carolina, 1989-1993), Abby Wambach (Universidad de Florida, 1998-2001) o Alex Morgan (Universidad de Berkeley, 2007-2010).

Ese sistema tiene otra cara. Lo que para las mujeres es una ventaja frente a sus rivales europeas, para los hombres es una desventaja. Parte del fracaso de la selecci¨®n masculina de Estados Unidos se explica porque sus jugadores han pasado la ¨¦poca clave de su formaci¨®n en la universidad, jugando a un nivel que no se puede comparar con las canteras o las divisiones inferiores europeas. Esas dos caras del sistema son evidentes en la competici¨®n. El mejor equipo de la liga profesional MLS dif¨ªcilmente aguantar¨ªa en una primera divisi¨®n europea. Mientras, un equipo universitario de chicas como el de Stanford le gan¨® al Espanyol de Barcelona en un partido en 2018. Del equipo de UCLA de Julia Hern¨¢ndez, dos est¨¢n jugando el Mundial de Francia.

Julia Hern¨¢ndez ha acabado la carrera y se vuelve a Espa?a este verano. Est¨¢ empezando a recibir ofertas. Ve movimiento. Advierte que, con el auge del f¨²tbol femenino, van a empezar a cambiar las tornas. ¡°Cuando haya m¨¢s dinero en el f¨²tbol femenino, el sistema universitario de Estados Unidos se va a quedar atr¨¢s¡±. Es decir, si los clubes europeos les dan a las chicas buenas condiciones para formarse en la ¨¦poca clave de su carrera, acabar¨¢n siendo mejores, igual que los chicos. ¡°Si yo tengo 17 a?os y me dan 3.000 euros en Espa?a me quedo all¨ª. Me vendr¨ªa a EE UU por otras cosas, pero no a jugar al f¨²tbol¡±.

El anuncio de que el Real Madrid ha comprado un equipo de f¨²tbol femenino para competir en la Primera Divisi¨®n va exactamente en la direcci¨®n que apunta Hern¨¢ndez. Ella vuelve a un pa¨ªs distinto del que se tuvo que ir. ¡°Ahora me est¨¢n llamando, hay agentes que me buscan. De esto se van a beneficiar las siguientes. Me siento orgullosa de ser de la generaci¨®n que ha abierto puertas¡±. Si hay inversi¨®n de los clubes e inter¨¦s, es decir, si los clubes dan a las jugadoras espa?olas lo que las universidades de EE UU dan a las suyas, el nivel se igualar¨¢, y a largo plazo la diferencia entre Espa?a y Estados Unidos en f¨²tbol femenino ser¨¢ la misma que en el masculino. Desgraciadamente, el partido es este lunes.