El Atl¨¦tico hace trizas al Real Madrid: 3-7
El equipo de Simeone se impone con enorme superioridad en el derbi con cuatro goles de Diego Costa, y averg¨¹enza al cuadro de Zidane, que contin¨²a con los fantasmas de la temporada pasada
Seguramente, por tratarse de un derbi, la amplitud del resultado obviar¨¢ en el coraz¨®n del Atl¨¦tico el hecho de que de los partidos de pretemporada se espera algo de complicaci¨®n, por aquello de engrasar el funcionamiento del equipo antes de que arranque la temporada oficial. Se aprende m¨¢s cuando las cosas salen mal dadas, por lo que el Madrid se gradu¨® cum laude en todo lo que un equipo no debe hacer nunca si no quiere irse con la camiseta hecha trizas y la cara colorada.
En realidad, lo que los aficionados que se desplazaron al MetLife Stadium de Nueva Jersey contemplaron no fue ni siquiera un partido, sino m¨¢s bien a un entrenamiento con tintes de combate de boxeo, en el que el Madrid se comport¨® como un p¨²gil juvenil, perdido, carente de pasi¨®n, ap¨¢tico y mediocre, que se llev¨® como recuerdo un carro de goles de un rival que le propin¨® un notable repaso en todas las facetas. Y eso que el resultado no reflej¨® con exactitud lo que fue el partido, sino que se qued¨® corto a la hora de ponderar el desprop¨®sito del equipo de Zinedine Zidane, que contin¨²a presentando unas credenciales que no alejan los fantasmas de la temporada pasada, sino que lejos de quedarse en Estados Unidos viajar¨¢n con su maleta facturada a Madrid con mejor color que nunca.
De los siete tantos que le endos¨® el Atl¨¦tico cuatro llevaron la firma de Diego Costa, un jugador que no entiende de qu¨¦ va ese concepto de amistoso, y que de haber tenido 10 ocasiones m¨¢s hubiera colado una tras otra porque no hay bolo que pueda aguar el placer de triturar a tu enemigo. Las ganas de burreo llegaron hasta tal punto que el hispano-brasile?o se agarr¨® del cuello con Carvajal a falta de media hora para el final y ambos terminaron expulsados confirmando lo que todo el mundo sab¨ªa: que a los derbis se va siempre con pistola. El Atl¨¦tico vivi¨® instalado en la superioridad desde el primer minuto del encuentro porque no necesit¨® m¨¢s tiempo para soltar su primer mandoble. Entre?Jo?o F¨¦lix y Costa generaron la primera ocasi¨®n de gol y el primer tanto del delantero del Atl¨¦tico con un remate cruzado. Morata fue su compa?ero en la punta del ataque, aunque el excanterano del Madrid tuvo que retirarse a los 12 minutos lesionado.
Zidane: ¡°Para nosotros ha sido un amistoso y para el Atl¨¦tico no¡±
La cara de pocos amigos con la que se present¨® Zinedine Zidane en la rueda de prensa tras el partido fue acorde a lo que ocurri¨® sobre el campo. L¨®gicamente, nada de lo que vio desde el banquillo le gust¨®, aunque, a su manera, trat¨® de quitarle hierro. "Entramos muy mal en el partido, y es verdad que tras ocho minutos est¨¢bamos con 0-2. Nos ha faltado todo, pero intensidad sobre todo", analiz¨® Zizou.
"Nos metieron siete goles y es algo que no puede pasar aunque sea un amistoso. Los jugadores lo saben, est¨¢n decepcionados, pero no hay que darle m¨¢s vueltas. Es un partido de pretemporada, ellos han sido mejores en todo, y ya est¨¢. No hay m¨¢s que hablar", prosigui¨®.
"Tenemos que estar preparados para el d¨ªa 17 de agosto, cuando jugamos el primer partido de Liga. Nosotros vamos a estar motivados. Nuestra temporada va a ser buena. Hoy no podemos estar contentos. Tengo un equipo que va a competir muy bien y ya est¨¢, ahora tenemos que volver y descansar un poco. Tenemos motivaci¨®n y hambre para sacar esto adelante. Para nosotros ha sido un amistoso y para el Atl¨¦tico no", zanj¨® el t¨¦cnico del Madrid.
Antes de que eso sucediera le dio tiempo a celebrar el segundo gol de su equipo, obra de?Jo?o F¨¦lix tras una recuperaci¨®n de Sa¨²l sobre Vinicius. El brasile?o no tiene interiorizado todav¨ªa que tan productiva puede ser una bicicleta en ataque como una cobertura en defensa. Aun as¨ª, fue el ¨²nico rebelde que trat¨® de plantarle cara al Atl¨¦tico, aunque resultase incapaz de generar ning¨²n incendio por mucho que cada vez que coge la pelota parezca que lleva cerillas en las botas. El chaval fue el ¨²nico futbolista del Madrid al que pareci¨® molestarle lo que estaba pasando. En la miscel¨¢nea de fijos, variables y nuevos que present¨® Zidane como alineaci¨®n titular, nadie agarr¨® el tim¨®n de un barco que sigui¨® hundi¨¦ndose sin remedio ni orgullo.
El Atl¨¦tico traslad¨® el partido a ese patio del colegio donde los mayores marean a los peque?os hasta que estos se aburren y abandonan. De haber podido irse del campo lo hubiera hecho el Madrid. Lo hizo figuradamente, eso s¨ª, acosado como estaba por un Atl¨¦tico inmenso, que en ning¨²n momento pareci¨® un equipo en reconstrucci¨®n. Nada sucedi¨® porque s¨ª. Los goles del Atl¨¦tico, todos, fueron consecuencia directa del acierto de sus futbolistas. Sa¨²l y Koke fueron una fuente permanente de recuperaciones por colocaci¨®n, garra y entusiasmo. Que ninguno de sus rivales estuviera dispuesto a pon¨¦rselo dif¨ªcil no desmerece su actuaci¨®n, sino que minimiza todav¨ªa m¨¢s a la de un Madrid que se arrastr¨® como lo hacen los equipos cuando pierden el alma, huyendo de la pelota. Para colmo, a las lesiones de Marco Asensio y Mendy (que tiene para un mes), se uni¨® la de Jovic, que contin¨²a gafado y sin minutos a lo largo de la pretemporada.
La secuencia de goles sigui¨® cayendo, y al p¨®ker de Diego Costa y el estreno de Jo?o F¨¦lix se a?adieron los tantos de Correa y Vitolo, este ¨²ltimo ya en la segunda mitad, cuando incluso tras el carrusel de cambios (posterior a la t¨¢ngana) y la entrada de canteranos y meritorios, el Atl¨¦tico pudo alcanzar la decena de goles. Nacho, de rebote; Benzema, de penalti; y Javier Fern¨¢ndez tras un rechace recortaron la diferencia en el marcador para el Madrid, pero no el relato del partido. Un relato demoledor para los blancos y estimulante para el Atl¨¦tico, que ninguno de los dos, por mucho que se haya producido en pretemporada, olvidar¨¢ f¨¢cilmente.
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