Bol¨ªvar, Gabo y Egan Bernal
El presidente de Colombia, Iv¨¢n Duque, concede la Orden al M¨¦rito al ganador del Tour de Francia, el nuevo ¡®cacique¡¯ de Zipaquir¨¢
En la entrada de Zipaquir¨¢ hay una estatua enorme que parece una premonici¨®n: el Zipa, el cacique de los ind¨ªgenas que habitaron esta tierra, alza una copa al cielo. Solo a metros de ah¨ª pero a miles de kil¨®metros reales de su pueblo, Egan Bernal, el ni?o maravilla, tambi¨¦n alza una copa azul y dorada. Levanta las manos al cielo y su pueblo enardece, los ni?os lloran, los viejos se extas¨ªan. Este cacique de 22 a?os, primer colombiano que gana el Tour de Francia, ha regalado una de las mayores alegr¨ªas de sus vidas a los cerca de 125.000 habitantes de este municipio del departamento de Cundinamarca, a 42 kil¨®metros de Bogot¨¢, y uno de los centros de explotaci¨®n de sal m¨¢s importantes de Colombia.
¡°Zipaquir¨¢ tiene campe¨®n, se?ores¡±, grita por micr¨®fono un presentador y se disparan los papelitos de colores, se enchina la piel, baila el abuelo de Egan, ?lvaro Bernal; un se?or cubierto con una bandera amarilla se quita los lentes oscuros para llorar libre de cualquier verg¨¹enza y otro viejo levanta su radio, la misma que tiene desde hace 40 a?os, como su forma m¨¢s aut¨¦ntica de agradecimiento y celebraci¨®n.
Un rato antes, vestido con su mejor traje, el abuelo de Egan recuerda aquella vez en que su nieto no ten¨ªa para pagar la inscripci¨®n en la escuela de ciclismo y un amigo les prest¨® el dinero. Otra premonici¨®n, tal vez. Y otro cacique, Efra¨ªn El Zipa Forero, el abuelo de los ciclistas colombianos, cuenta que ¨¦l siempre lo supo y ya lo hab¨ªa advertido: ¡°Hace dos a?os le dije: usted va a llegar muy lejos porque tiene condiciones. Y le aconsej¨¦ que para ser grande ten¨ªa que ser sencillo, muy consciente de sus actos y respetar a los contrincantes. Eso es lo que vale en el deporte¡±, dice El Zipa mientras da entrevistas sentado en una silla como si se tratara de un trono bien ganado a sus 89 a?os. ¡°Ese muchacho, adem¨¢s de buena persona, tiene una cosa que le sirve y es que sube sentado. La mayor¨ªa se para mucho en los pedales y se desgastan¡±, dec¨ªa poco antes de que la euforia tomara el pueblo cuando Egan lleg¨® a la meta y salud¨® a su hermano menor con un acto inolvidable para un pueblo religioso como este: una bendici¨®n entre hermanos, un abrazo a la familia y un beso a la novia.
La misma mirada dulce del hermano menor se repite en muchas caras de Zipaquir¨¢. ¡°Ac¨¢ todos los ni?os quieren ser Egan¡±, dice con orgullo Fabio Rodr¨ªguez, el entrenador de la escuela municipal de ciclismo, quien recibi¨® al campe¨®n cuando era un ni?o. ¡°Me siento feliz porque gracias a ¨¦l les puedo demostrar al pueblo que hay que creer en los procesos y el ciclismo es un proceso¡±, dec¨ªa. El entrenador, 50 a?os, dice que no han hecho m¨¢s que llorar de emoci¨®n desde el viernes cuando gan¨® la etapa decisiva.
Zipaquir¨¢ es una tierra de sal, turismo y ciclismo. El mayor orgullo de sus habitantes es la Catedral de Sal, una capilla a 180 metros de profundidad dentro de una mina, de la que antes se extra¨ªa el mineral. Una construcci¨®n que es considerada la primera Maravilla de Colombia y les permite vivir enteramente del turismo. Es tambi¨¦n un pueblo religioso, tanto como en sus inicios cuando los ind¨ªgenas se consagraban a la sal y despu¨¦s de la conquista, los mestizos a la virgen; un lugar donde Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez tiene su propio centro cultural, para recordar los cuatro a?os que estudi¨® all¨ª y donde seguramente ahora se crear¨¢n rutas para visitar el colegio de Egan, la casa de infancia, los lugares que recorri¨®.
Este domingo, desde muy temprano, en bicicletas o a pie, fue llegando gente a la plaza para homenajear a su nuevo h¨¦roe. La noche anterior muchos imprimieron afiches y los textileros produjeron camisetas amarillas como las del Tour de Francia, que se vend¨ªan a 10.000 pesos en cada esquina. Otros m¨¢s meditaron lo que significaba este triunfo para Colombia y se dedicaron a hacer carteles como el que llev¨® un se?or que resum¨ªa el sentimiento: ¡°Bol¨ªvar en Boyac¨¢, Gabo en Zipaquir¨¢ y Egan en Iseran¡±. ¡°Para m¨ª esta es una haza?a. Bol¨ªvar en la soledad de la monta?a sobre un caballo, Garc¨ªa M¨¢rquez sobre su m¨¢quina de escribir y Egan sobre su bicicleta. Los tres hicieron mucho por nuestra historia¡±, dec¨ªa V¨ªctor Cuervo, un bogotano que viaj¨® con siete personas de su familia para no perderse el momento en que Egan alzara las manos al cielo como el cacique de Zipaquir¨¢.
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