El Celta brilla ante un Valencia despistado
Un gran gol del Toro Hern¨¢ndez sirve para derrotar al equipo de Marcelino
Acostumbrado a navegar entre una marejada que le confiere un car¨¢cter m¨¢s atl¨¢ntico que mediterr¨¢neo, el Valencia ha empezado el campeonato con alguna v¨ªa de agua m¨¢s de las aconsejables. En Bala¨ªdos no naufrag¨®, pero emiti¨® se?ales preocupantes. Un punto de seis posibles lleva el equipo que dirige Marcelino, donde tantos debates casi convierten los partidos del fin de semana en una an¨¦cdota, un receso para que de nuevo regresen las disquisiciones. El Celta le gan¨® bien, con m¨¢s brillo del que mostr¨® el marcador final, con un gol de bandera eso s¨ª y una noticia alentadora para los gallegos, que no ofrecieron concesiones en defensa, uno de sus objetivos para esta campa?a.
El gol tuvo una factura impecable de principio. Desde la salida de bal¨®n tramitada por el flanco derecho entre Beltr¨¢n, Brais M¨¦ndez y Kevin, la progresi¨®n por la banda del lateral la mejor¨® Iago Aspas, que prendi¨® la luz en la mediapunta para darle ventaja a Denis Su¨¢rez, que hab¨ªa progresado por el costado opuesto para centrar la pelota al coraz¨®n del ¨¢rea. La r¨²brica a¨²n fue mejor: un taconazo de Toro Fern¨¢ndez, un delantero que no hab¨ªa dejado buenas sensaciones en el estreno contra el Real Madrid. Tampoco se esperaban sutilezas, a la vista de su apodo. Error porque traz¨® una belleza con el tac¨®n.
El Valencia no espabil¨®. Hab¨ªa empezado al trantr¨¢n en un partido de ritmo bajo, que en la primera media hora s¨®lo aceler¨® el Celta, un duelo que se trab¨® entre continuas interrupciones, choques, golpes o amagos de lesi¨®n. Los locales se acomodaron con bal¨®n, pero tambi¨¦n sin disfrutarlo, vivos como estaban para da?ar al rival en las transiciones.
El cuadro che transit¨® durante largos intervalos del partido con un cierto aroma a equipo peque?o, sobre todo si se considera su pedigr¨ª de integrante de la Liga de Campeones. No fue as¨ª en el final de la primera parte. Entonces encontr¨® su lugar el Valencia, con las l¨ªneas adelantadas y codicioso para propiciar el error del Celta en zonas sensibles. Wass avis¨® al ejercer de llegador, pero Rub¨¦n Blanco le frustr¨® con un prodigioso despeje que acab¨® de repeler el larguero.
Pero el Valencia estaba superado, apenas dej¨® de estarlo cuando el final le oblig¨® a la ¨¦pica. Sufr¨ªa cuando el talento celeste juntaba pases, con los enganches de Aspas, Brais M¨¦ndez o Denis Su¨¢rez, que parten de un punto desde la pizarra, pero disfrutan de libertad para recorrerla. Y defend¨ªa el Celta, con bal¨®n y sin ¨¦l, detalle nada menor en un equipo que anhela ser robusto. Consciente de la incapacidad de su equipo para gobernar el partido, Marcelino maniobr¨® sin demoras. Con media hora por jugar ya hab¨ªa agotado los tres cambios para barnizar el equipo con futbolistas de ataque. Entr¨® Rodrigo para hacer en el Valencia el trabajo que hac¨ªa Aspas en el Celta. Para transgredir, en definitiva. No lo logr¨®.
Toro Fern¨¢ndez hab¨ªa podido dejar al Celta cerca del triunfo con un remate en el que s¨ª hizo honor a su mote y emple¨® la contundencia cuando volv¨ªa a ser aconsejable la levedad. As¨ª que el partido se aboc¨® a un cara o cruz de piernas cargadas entre sudores estivales. Apunt¨® el Valencia con bastantes hombres por delante de la pelota, destapado, a merced casi siempre del Celta, que pudo sentenciar antes de tiempo si Cillesen no responde en dos ocasiones como un grande ante Denis Su¨¢rez, la primera al desviar un remate envenenado, la segunda al repeler un lanzamiento de penalti sobre la bocina. Se reafirm¨® el Celta, bien sostenido por Rub¨¦n Blanco, un portero que si logra la continuidad que no ha tenido hasta ahora por m¨²ltiples percances promete ser la primera piedra para edificar la solidez que persigue su entrenador.
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