Keylor, Rakitic y los sospechosos
El ¨²ltimo mercado enfri¨® la relaci¨®n entre los aficionados y los clubes porque se vendieron o intentaron vender a jugadores con una trayectoria impecable
Nostalgia, sue?os, emoci¨®n¡ El f¨²tbol no corre peligro ni como espect¨¢culo ni como negocio porque est¨¢ hecho de materiales solo en apariencia delicados, como la nostalgia, los sue?os y la emoci¨®n, que sustentan un fen¨®meno s¨®lido y gigantesco. Si miramos para atr¨¢s, descubrimos que la nostalgia es purificadora. Cuando definimos a un futbolista como ¡°un jugador de los de antes¡±, nos parece que la referencia lo despoja de defectos. Lo enaltece. Adem¨¢s, es en los recuerdos idealizados donde nace el sentido de pertenencia: el amor a un escudo, la lealtad a un ¨ªdolo. Si miramos para adelante, los sue?os tendr¨¢n el poder de renovar las ilusiones y pagar la entrada del pr¨®ximo partido (donde siempre hay algo que confirmar o refrendar), para ir al f¨²tbol con el nerviosismo de la primera vez. La emoci¨®n es de hoy y logra hacernos sentir vivos e igualar a un europeo, un asi¨¢tico y un africano ante la alegr¨ªa o la cat¨¢strofe de un gol a favor o en contra.?
El mercado del desafecto. Son materiales irrompibles, en efecto, pero el dinero, que es poco rom¨¢ntico, los debilita. El ¨²ltimo mercado enfri¨® la relaci¨®n entre los aficionados y los clubes porque se vendieron o intentaron vender a jugadores con una trayectoria impecable. Keylor se march¨® a Par¨ªs entre aplausos del madridismo y a Rakitic intentaron venderlo contra la opini¨®n del barcelonismo. En el Valencia se rompieron m¨¢s cosas porque el verano dej¨® muy claras las diferencias entre la propiedad y Marcelino en la confecci¨®n de la plantilla. Es f¨¢cil deducir que la mecha de esa bomba la encender¨¢n dos malos resultados. Tambi¨¦n los profesionales necesitan un v¨ªnculo afectivo con el club que les paga. Me pregunto: ?Sentir¨¢n la camiseta de la misma manera Rakitic en el Bar?a, Bale en el Madrid o Correa en el Atl¨¦tico despu¨¦s de haber sido empujados hacia afuera por sus clubes? ?Se sentir¨¢ Marcelino igual de identificado con su Valencia? Repita conmigo: No.
Moda oto?o-invierno. Neymar anim¨® el mercado amenazando un d¨ªa con venir al Bar?a y otro d¨ªa con llegar al Madrid. Su fama fue en aumento a lo largo del verano, lo que ya parece un objetivo en s¨ª mismo para el jugador. Pero se terminaron las vacaciones, viene la dura realidad y hay que pagar algunas deudas contra¨ªdas. La primera es con el f¨²tbol, que en verano solo escribe sobre arena, y es en oto?o, invierno y en primavera, al discutirse los grandes t¨ªtulos, cuando escribe sobre piedra. La segunda es con el PSG, con el que rompi¨® los puentes afectivos coqueteando con otros clubes. Como si Francia no estuviera a la altura de su prestigio. La tercera es con ¨¦l mismo y es, sin duda, la m¨¢s dif¨ªcil de pagar. Neymar debe recordar que es futbolista y, como tal, es hora de que hable en el campo.
Solo ante el peligro. Se fue olvidando la funci¨®n del volante tap¨®n, aunque hay centrocampistas, como Casemiro, que a¨²n honran la definici¨®n. El volante tap¨®n coordina sus movimientos con los centrales, dobla la marca de los laterales, obstruye el paso por las buenas (si es que eso es posible)... Ustedes me entienden. El mediocentro tiene una importancia cr¨ªtica en el f¨²tbol posicional porque, solo por estar en el sitio que debe, pone orden en ese hormiguero que es el centro del campo de estos d¨ªas. Cuando el bal¨®n se recupera, su misi¨®n consiste en que el pase que da mejore el pase que recibi¨®, de modo que el compa?ero que reciba tenga m¨¢s tiempo y mejores condiciones para decidir. Un estratega a tiempo completo. Se subestima a Casemiro, pero se ha quedado solo para esa funci¨®n y temo que el d¨ªa que en el Madrid falte ese tornillo la m¨¢quina entera colapse.
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