La gran carrera de Adiaratou
Una albina africana adoptada por una madre gallega compite al nivel de las mejores velocistas espa?olas a pesar de su severa discapacidad visual
¡°Me siento diferente, pero eso no es malo. Lo soy en el buen sentido porque soy ¨²nica¡±, anticipa Adiaratou Iglesias, de 20 a?os, atleta y campeona gallega de 100 y 200 metros, su prueba favorita y en la que se clasific¨® para la final del ¨²ltimo campeonato de Espa?a. All¨ª, entre la ¨¦lite nacional, parec¨ªa una m¨¢s. Pero no lo es. Tras ella tiene una historia y con ella una limitaci¨®n porque su capacidad visual llega apenas al 21%. Todo se deriva de un trastorno gen¨¦tico que le pudo haber costado la vida, pero no por su salud sino por la ignorancia ajena. Adi, como le gusta que le llamen, es albina y naci¨® en Bamako, la capital de Mali, una mezcla peligrosa en un entorno de supersticiones y prejuicios. ¡°All¨ª dicen que damos mala suerte. Hay gente al vernos que hace un gesto como para espantarnos¡±, explica. Pero hay incluso situaciones peores, dramas macabros a los que estaba expuesta hasta que con 11 a?os dej¨® ?frica para recalar en Espa?a.
A Lina Iglesias que no le digan que Adi trae consigo la mala suerte. ¡°Ella es un regalo que me ha dado la vida¡±. Hace ahora seis a?os que Lina, profesora de la Escuela de Magisterio de Lugo, buscaba el certificado de idoneidad para convertirse en madre. Soltera, cuarentona, se imaginaba con un peque?o en brazos. Encontr¨® casi una mujer. ¡°Pensaron que pod¨ªa ser adecuada para ella¡±. Adi hab¨ªa llegado a La Rioja para vivir con un hermanastro. ¡°No sali¨® bien¡±, zanja. Acab¨® acogida en un centro de menores. A Lina le dijeron que su comportamiento era excelente, que era buena estudiante, que ten¨ªa una discapacidad visual porque era albina¡ ¡°Y sent¨ª v¨¦rtigo¡±, recuerda. ¡°No puedo negar que tuve mis miedos¡±. Busc¨® informaci¨®n y se conmovi¨®. ¡°Entend¨ª que los albinos son seres de luz¡±. Y encontr¨® una banda sonora para ganar sus batallas, la de otro mal¨ª, Salif Ke?ta, un albino que es la voz de oro del continente negro.
Por ah¨ª se gener¨® un v¨ªnculo. Adiaratou hab¨ªa visto cantar a Ke?ta en directo. Le cont¨® a Lina c¨®mo se preocupaba por proporcionar a ni?os albinos cremas para cuidar la piel, hu¨¦rfana de melanina. Se sintieron c¨®modas y, tras un periodo de maduraci¨®n, Adi acab¨® por visitar Lugo. En el oto?o de 2014 se instal¨® en la ciudad, en casa de Lina.
Todo ha ido deprisa desde entonces. Ser¨¢ el atletismo, pero Adi esprinta en todos los ¨®rdenes de la vida. Lina lo sabe. En una de sus primeras conversaciones sali¨® a relucir la pasi¨®n por correr, pero tambi¨¦n una cierta verg¨¹enza por mostrarse. La maestra de maestros tom¨® entonces los mandos. ¡°Lo que m¨¢s trabaj¨¦ con ella fue la autoestima¡±, rememora. Encontr¨® ayuda en un entrenador que sab¨ªa lo que le confiaban, Maxi Rodr¨ªguez, tambi¨¦n velocista con discapacidad visual y con experiencia en Mundiales y Juegos Paral¨ªmpicos.
Se cre¨® otro lazo que Adi mantiene, el de defender los colores del Lucus Caixa Rural Galega ahora a las ¨®rdenes de otro t¨¦cnico, Adolfo Vila, que no deja de sorprenderse ante lo que tiene ante s¨ª: ¡°Es humilde, muy comprometida con la tarea, disciplinada y organizada¡±. S¨®lo con esa ¨¦tica de trabajo puede una atleta paral¨ªmpica competir e incluso ganar en categor¨ªa absoluta, minimizar h¨¢ndicaps como el de la final del ¨²ltimo campeonato de Espa?a cuando en la final de 200 ante las mejores atletas del pa¨ªs sali¨® a correr por la calle uno, la peor para sus condicionantes. ¡°No ve las l¨ªneas cuando corre, lo hace por referencias y la mejor calle para eso es la opuesta, la ocho¡±, describe Vila. ¡°Veo de lado y de frente, pero veo poco. No aprecio la meta, as¨ª que nunca me tiro para ara?ar las ¨²ltimas cent¨¦simas. Las referencias ayudan, pero buscarlas en carrera me despista¡±, apunta Adi. Vila y ella decidieron que el mejor plan era correr unos metros m¨¢s que las dem¨¢s. ¡°Se dice pronto, pero con su visi¨®n y apenas veinte a?os est¨¢ a punto de bajar de 12 segundos en los 100 metros [su mejor marca es de 12,12s; y 24,73m en 200m] ¡±, completa el entrenador. La plusmarca nacional en 100m, de Sandra Myers, data de 1991 y est¨¢ en 11,06 segundos. En el campeonato de Espa?a se qued¨® a tres cent¨¦simas de entrar en la final entre las ocho mejores velocistas del pa¨ªs. Lo logr¨® en el 200, donde acab¨® s¨¦ptima y corri¨® casi 20 metros m¨¢s para asegurarse de que hab¨ªa entrado en la meta.
¡°?La admiro tanto!¡±, exclama Lina Iglesias Forneiro. Adi lleva ahora sus apellidos, pero, madre y maestra como es, dice que ha recibido de su hija adoptiva m¨¢s de lo que ella le ha dado. ¡°La vida nos dio una oportunidad a las dos¡±, resume. Adiaratou acelera, se expresa en gallego y en perfecto castellano y supera los rigores del nistagmo, la patolog¨ªa ocular que hace que sus ojos se muevan de manera involuntaria y sufra fatiga visual. Las lentes han mejorado su visi¨®n un diez por ciento. En Mali no llevaba gafas. ¡°Aprend¨ª a espabilar¡±, dice. All¨ª no sal¨ªa de su barrio, ahora no teme a nada y acumula sue?os, quiere ser medallista en los Mundiales paral¨ªmpicos de Dubai el pr¨®ximo mes de noviembre, llegar con ambiciones a los Juegos de Tokyo, aprobar selectividad y prepararse para ser fisioterapeuta o psic¨®loga. Adiaratou corre y Lina cuida de que nadie la frene. ¡°Porque la igualdad consiste en ayudar a desarrollar las capacidades¡±, explica.
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