Higuita se lleva la etapa de los puertos y Valverde recupera el segundo puesto
El colombiano se impone en solitario en Becerril de la Sierra, mientras Roglic mantiene el jersey rojo y Nairo Quintana pierde un minuto
La Morcuera es un t¨®tem y en su descenso el silencio lo rompe la cascada del Purgatorio, cayendo salvaje en un paisaje tan desnudo que ya se entiende por qu¨¦ en el Paular cercano Bu?uel descubri¨® la pureza del Martini m¨¢s puro ¡ªginebra en la copa y solo la sombra de la botella del Martini sobre ella enturbiando m¨ªnimamente su transparencia¡ª y solo el ruido del viento de cara que rasga los radios de la bici acompa?a a Sergio Higuita, que no descubre la pureza del ciclismo m¨¢s puro, la lleva en sus piernas, m¨¢s fuertes que el dolor de su pie, insoportable, sino que la ense?a al mundo cuando se lanza veloz, sin mirar atr¨¢s, donde los grandes se ara?an y persiguen, y Superman descorazona a Pogacar y le arranca el maillot blanco, y Roglic resiste con la boca cerrada.
Higuita no se para a esperarlos. Abajo, en el pueblo, pasado Cotos y otro descenso, 57 kil¨®metros m¨¢s all¨¢, le espera la victoria, la raz¨®n de sus sacrificios, y los pinos tan altos de buena madera le asombran. Tiene un minuto de ventaja, que desciende r¨¢pido hasta estabilizarse en 40s. Los suficientes. Los que le ven pasar, descendiendo tan peque?ito, ascendiendo tan duro Cotos, de nuevo, de vuelta, hasta Navacerrada, se emocionan y le env¨ªan fuerzas. El ciclismo, con Sergio Higuita, regresa a sus or¨ªgenes, encuentra sus ra¨ªces. ¡°La victoria es m¨¢s importante que el dolor¡±, proclama en meta, con su sonrisa enorme de ni?o ya endurecida en su rostro de 22 a?os reci¨¦n cumplido escondido bajo las gafas que le cubren toda la cara y arrugado por el esfuerzo despu¨¦s de 18 etapas de una Vuelta que dicen que es muy dura, pero a la que al final ha doblegado, una Vuelta que, como la vida, cada d¨ªa es una historia nueva. Y la victoria le trasciende. ¡°No ten¨ªa energ¨ªas, pero s¨ª coraz¨®n y sue?os¡±
Entre Miraflores y Rascafr¨ªa, la Morcuera es territorio ciclista, un territorio ¡°descubridor de valores y juez de triunfos¡±, como dice Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, que en sus pendientes vivi¨® y escribi¨® historias de todos los colores con sus Reynolds y sus Banestos, Para Nairo, el aliado del viento, la Morcuera en la que sufre, y no aguanta la rueda de Valverde, Superman, Roglic y Majka, los m¨¢s fuertes, es el primer puerto que subi¨® en Europa, y lo hizo cuando a¨²n estaba en edad juvenil, ten¨ªa 19 a?os, corr¨ªa en el equipo de su Tunja, Boyac¨¢ es para Vivirla, y disput¨® una Vuelta a Madrid en la que Alejandro Valverde, ya el Bala en su vida, qued¨® segundo.
A Valverde, Nairo y Superman solo les queda Gredos
Primoz Roglic logr¨® el liderato en la contrarreloj de Pau, de donde sali¨® con una ventaja en la general de 1m 52s sobre Valverde, 2m 11s sobre Superman, 3m sobre Nairo y 3m 5s sobre Pogacar. Han pasado los Machucos, las monta?as asturianas y la sierra de Guadarrama, las etapas de monta?a que esperaban sus rivales, y la ventaja del esloveno de acero no solo no ha disminuido sino que ha aumentado (2m 50s a Valverde, 3m 31s a Nairo, 4m 17 sobre Superman y 4m 49s sobre Pogacar. Visto que tambi¨¦n en la monta?a es superior el esloveno, los cuatro rivales ya no saben si desean que la Vuelta termine ya o que llegue la ruta de los puertos de Gredos, ma?ana, la ¨²ltima, y grande, etapa monta?osa de la Vuelta, y el recuerdo de Hinault masacrando a Juli¨¢n Gorospe.
Pero los aficionados que esperan Gredos ¡ªdesde Arenas hasta los 1.750 metros de la Plataforma, pasando por Pedro Bernardo, Navatalgordo, Ch¨ªa y Pe?a Negra, e incontables repechos¡ª sue?an con la gran etapa de monta?a que el granizo frustr¨® en Andorra y recuerdan a Julio Jim¨¦nez, el Relojero de ?vila, rey de la monta?a de varios Tours y segundo en el del 67, que los inviernos se concentraba mes y medio en el Parador, al pie de la Plataforma, que se fund¨® para Alfonso XIII para salir a cazar ¡ªlos ciclistas ten¨ªan prohibida la bicicleta en los meses entre temporadas¡ª y ejercitarse andando con la escopeta al hombro. "Pero cuando nevaba, me entraba la locura, cog¨ªa el coche hasta la Plataforma y sub¨ªa hasta la cima con los esqu¨ªs al hombro y descend¨ªa esquiando", recuerda Jim¨¦nez. "Luego, cuando dej¨¦ la bici, hac¨ªa rallies por las carreteras y los puertos de la comarca, por la Paramera y alguno m¨¢s. Ten¨ªa un BMW potent¨ªsimo y un d¨ªa di una buena vuelta de campana en una curva de la Paramera. Y otro d¨ªa apareci¨® all¨ª un chavalillo con un Pandilla y nos dej¨® a todos atr¨¢s, con qu¨¦ facilidad nos ganaba con ese cochecillo. Se llamaba Carlos Sainz".
Para el Astana de Superman, la Morcuera es el recuerdo del ataque de Landa, que con Aru a rueda mat¨® a Dumoulin y le dio al sardo la victoria final. Y, movido por esa historia y por su necesidad (es quinto, quiere podio, quiere el blanco de mejor joven que luce insolente Pogacar), el colombiano de los desaf¨ªos imposibles, que solo tiene 25 a?os pero que ya se siente un veterano viendo c¨®mo llegan los m¨¢s j¨®venes, ataca mediada la ascensi¨®n y fuerza el primer gesto de contrariedad que se ve en Roglic, al que le cuesta, y prefiere no seguirlo y mandar a su Kuss que lo tenga a rueda, y espera, y logra que el Movistar persiga tambi¨¦n. Y Superman, al que todos sus Astanas han lanzado, se resigna a condenar solo a Pogacar y a dejar tocado a Nairo.
La partida por la victoria de la Vuelta est¨¢ condenada a unas tablas de vigilancia entre atacantes y defensores, papel en el que se ve atrapado Valverde, quien podr¨ªa aspirar a ganar la etapa, pero se mantiene a rueda para preservar el puesto en el podio de su compa?ero Nairo, tocado por el esfuerzo del viento hac¨ªa Guadalajara. El vendaval que le llev¨® machac¨® tambi¨¦n las esperanzas en la general de Higuita, que nunca se ha sentido amigo del viento, pero este, compasivo, hacia Becerril inalcanzable deja de ser de cara y le empuja, y perdi¨® m¨¢s de 20 minutos.
Las circunstancias favorecen el esfuerzo de Higuita, que piensa que nunca llegar¨¢ a Becerril, porque siente que el pueblo se aleja y parece que los de atr¨¢s, con tanto nombre y fuerza, m¨¢s que perseguirle le est¨¢n aspirando y rob¨¢ndole el tiempo de su vida. Alcanza la meta con solo 15s de ventaja sobre los cuatro que le siguen, cuyo nombre quita el hipo, Roglic de rojo ¡ªle esprinta a Valverde, a Majka y a Superman agotado¡ª por delante de todos.
Y la victoria le permite a Higuita reivindicar las virtudes de la resiliencia, y a su equipo, el Education First, y a Rigo, su ca¨ªda tan dura, y a su director, Juanma G¨¢rate, y le permite contar su historia, una historia ejemplar, un proceso, diferente a la de los otros fen¨®menos colombianos que reci¨¦n destetados asombran en Europa, desde su infancia en la Comuna Castilla de Medell¨ªn, de donde es tambi¨¦n el portero Ren¨¦ Higuita, y los amigos le llaman, admirativamente, Ren¨¦ al ciclista, su aprendizaje con Fernando y Amparo Saldarriaga en el aer¨®dromo con el club Nueva Generaci¨®n, que a todos acoge y ense?a; su vida en la pista con el pistero Efra¨ªn Dom¨ªnguez, que le revel¨® los secretos de la velocidad y la agilidad; su crecimiento, siempre lejos del radar de la federaci¨®n, que no le convoca para Mundiales ni Panamericanos ni nada, ni de juvenil ni de sub 23, con Luis Fernando Saldarriaga en el Manzana Postob¨®n, el que siempre dice que son m¨¢s importantes, siempre, los principios que todo lo que venga y proclamar, feliz, ¡°los procesos en ciclismo s¨ª existen¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.