Del oro de Abramovich a la quinta de Abraham

La cultura de un club es el c¨®digo que descifra su funcionamiento. Roman Abramovich compr¨® el Chelsea en 2003 y desde entonces adquiri¨® 13 delanteros de referencia por 380 millones de euros. Sucesivamente Crespo, Drogba, Shevchenko, Anelka, Fernando Torres, Lukaku, Salah, Diego Costa, Falcao, Batshuayi, Morata, Giroud e Higua¨ªn. Salvo Drogba y Costa, una hilera de decepciones.

En los siete primeros partidos que disputaron todos ellos de azul solo Diego Costa consigui¨® meter m¨¢s de seis goles. El brasile?o hizo ocho en 2014. Uno m¨¢s que Tammy Abraham, el delantero revelaci¨®n de esta temporada en Inglaterra: suma siete en sus primeros siete partidos de Premier. Un fen¨®meno de eficacia de apenas 21 a?os que, a diferencia de todos sus predecesores en el v¨¦rtice del equipo titular, no cost¨® nada: ni por cesi¨®n ni por traspaso. Abraham es el primer canterano que se adue?a de la punta del ataque del Chelsea desde la llegada de Abramovich. El primero que llega al vestuario con el c¨®digo del club aprendido ya es el m¨¢ximo anotador de la Premier.

El Chelsea que recibe al Valencia este martes en Stamford Bridge (21:00 horas, Movistar Champions) en la primera jornada de la Champions, se parece poco a la idea fundacional de Abramovich. Encogido por el desencanto del propietario ruso, que ha dejado de invertir lo que sol¨ªa, y penalizado por un embargo de la FIFA que le ha impedido hacer contrataciones en el ¨²ltimo mercado de verano, el equipo navega hacia una nueva era. En plena incertidumbre, a sus administradores no les ha quedado m¨¢s remedio que aferrarse a las ra¨ªces. Inesperadamente ¡ªl¨®gicamente¡ª la apuesta ha iluminado la casa. El veterano Lampard se ha ocupado del banquillo, y en lugar de fichajes millonarios ha subido a tres canteranos que son la gran novedad del campeonato ingl¨¦s. El mediapunta Mason Mount, de 20 a?os; el espl¨¦ndido central Fikayo Tomori, de 21; y el ya c¨¦lebre Tammy Abraham.

¡°Nos tomamos un par de pintas durante la semana con Neil Bath [jefe de formaci¨®n del club] y la gente de la academia porque creo que es importante para el club que los chicos se sumen al proyecto¡±, explic¨® Frank Lampard el s¨¢bado pasado, cuando le preguntaron por el efecto revitalizante de los canteranos en el equipo, tras la victoria ante el Wolverhampton.

Lampard respondi¨® a una cuesti¨®n inevitable. Pocos resultados han sido tan significativos del empuje de los j¨®venes como el 2-5 que obtuvo el Chelsea este s¨¢bado en su visita al estadio Molineux. El 0-1 fue un trallazo de Tomori; el 0-2, el 0-3 y el 0-4 fueron obra de Abraham, asistido en uno de ellos por Tomori y Mount; y el ¨²ltimo gol de la tarde, el 2-5, lo meti¨® el propio Mount.

Cedido al Bristol, al Swansea y al Aston Villa, el largo Abraham (mide 1,90) ven¨ªa de un largo periplo de aprendizaje. Cuandon acab¨® la ¨²ltima primavera no aparec¨ªa en las grandes proyecciones, a pesar de sus 26 goles en 40 encuentros en Segunda. Su destino estaba se?alado por dos estigmas: la multitud de canteranos del Chelsea que se quedaron por el camino bloqueados por la monta?a de fichajes de las ¨²ltimas d¨¦cadas, y la elevad¨ªsima proporci¨®n de fracasos que pesaba sobre los nueves del equipo desde 2003. Una n¨®mina intimidante. Salvo Drogba y Costa, una hilera de brillantes decepciones.

La sensaci¨®n de maldici¨®n se acentu¨® el d¨ªa de la final de la Supercopa de Europa. Llegados a la tanda de penalti con el Liverpool, los jugadores del Chelsea solo cayeron cuando Abraham fall¨® su tiro. Se arm¨® un esc¨¢ndalo. Las redes sociales se infectaron de insultos racistas contra el muchacho. ¡°Recuerdo que llam¨¦ a mi mam¨¢ desde el vestuario¡±, dijo el futbolista; ¡°y estaba llorando. Ella solo pensaba: ¡®?por qu¨¦ a ¨¦l?¡±.

Otro se habr¨ªa derrumbado. Lampard advirti¨® que este no ser¨ªa el caso de una depresi¨®n. ¡°Si consideras el car¨¢cter que hay que tener para ponerse esta camiseta, Tammy est¨¢ exactamente donde le corresponde¡±, dijo el entrenador.

Abraham se qued¨® en blanco contra el United y el Leicester. Luego empez¨® su recital. Dos goles al Norwich. Dos goles al Sheffield. Y tres goles al Wolves en una exhibici¨®n de cualidades: buenos desmarques en profundidad, dominio del cuerpo, agilidad, potencia, desborde, sencillez para tocar y rematar¡­ Lo pag¨® el pobre Conor Coady, l¨ªder de la zaga del Wolves. El central fue incapaz de ganarle la posici¨®n cuando le puso el cuerpo, se mostr¨® impotente para cabecear ante la estatura y el timming de su rival, y no pudo acercarse a la marca cuando Abraham control¨®, fren¨®, amag¨® y despeg¨®. Si la definici¨®n se cotiza a precio de oro, la aceleraci¨®n a partir de la inmovilidad total es la plata de las virtudes. El 0-4 lo resumi¨® todo.

La sanci¨®n de la FIFA y el agotamiento financiero se sumaron como una doble plaga. Privado de la l¨®gica de gastos que le encumbr¨® en la ¨²ltima d¨¦cada, el Chelsea parec¨ªa desahuciado cuando los j¨®venes le devolvieron la esperanza. Si hay un camino hacia la redenci¨®n, la respuesta est¨¢ en la quinta de Tommy Abraham.