Viento a favor para Keylor en Par¨ªs
El portero del PSG, por primera vez indiscutible nada m¨¢s llegar a un club, se estrena en Europa contra su exequipo
Viendo a lo que lo ten¨ªa acostumbrado su carrera, Par¨ªs result¨® un destino ex¨®tico para Keylor Navas a sus 32 a?os: cuando el ¨²ltimo d¨ªa del mercado lleg¨® al PSG, nadie se interpon¨ªa entre ¨¦l y la porter¨ªa. A diferencia de lo que le sucedi¨® en el Albacete, el Levante y el Madrid, en cuanto hubo un partido apareci¨® en el once titular. Y cuando el s¨¢bado por la tarde, en los proleg¨®menos de su primera vez se arrodill¨® a rezar sobre la l¨ªnea de meta, brazos en cruz, la grada a su espalda, el fondo de los ultras, ya le aclamaba: ¡°?Navas, Navas!¡±.
Despu¨¦s de una vida empezando en desventaja, Par¨ªs lo ha recibido con el alivio de quien ha encontrado justo lo que buscaba. ¡°Su llegada ha sido importante, es un gran plus para nosotros¡±, dicen desde las oficinas de un club que, sin amenazas en Francia, vive con la obsesi¨®n de ocupar, a trav¨¦s de la Copa de Europa, un lugar en el panorama internacional acorde a sus gigantescas inversiones. ¡°Es dif¨ªcil ganar la Champions sin un portero que transmita lo que ¨¦l transmite, confianza y seguridad¡±, explica Santiago Ca?izares, exportero del Real Madrid y doble subcampe¨®n de Europa con el Valencia.
Lo inmediato del efecto en el grupo lo resumi¨® Abdou Diallo despu¨¦s de la victoria del s¨¢bado contra el Estrasburgo en el Parque de los Pr¨ªncipes (1-0): ¡°Oh, s¨ª, es bueno. Es tranquilizador. Nos da confianza a todos, es genial¡±, dijo el central del PSG. ¡°Los jugadores tienen un gran respeto por ¨¦l¡±, dicen desde el club.
¡°Para ellos es importante que llegue un jugador del Real Madrid despu¨¦s de los a?os que ha hecho y lo que ha ganado¡±, explica uno de los profesionales que mejor conoce al costarricense, Luis Llopis, entrenador suyo en el Levante y el Madrid; ahora preparador de porteros de la Real Sociedad.
Coincidieron por primera vez en la temporada 2013-2014 en Valencia con todo por hacer. Joaqu¨ªn Caparr¨®s empez¨® por entonces a confiar en Navas para la titularidad y Navas, sin experiencia en el puesto, estaba empe?ado demostrar que era un portero a la altura de LaLiga. ¡°Llamaban la atenci¨®n su intensidad, su concentraci¨®n y su velocidad¡±, recuerda Llopis de aquellos primeros d¨ªas con el costarricense. ¡°Ten¨ªa ganas de crecer, de aprender, de dar un paso importante, incluso de cambiar su t¨¦cnica¡±, explica.
Hasta el punto de estar dispuesto a renunciar a la revelaci¨®n inicial que le hizo querer ser portero. Cuando ten¨ªa unos cinco a?os lo llevaron un d¨ªa a ver un partido de su padre, futbolista de ¨¦xito insuficiente. El instante decisivo se produjo antes de que empezara, mientras jugaban unos ni?os: uno de los porteros sac¨® una pelota con un despeje a mano cambiada. Despu¨¦s de ver eso, pidi¨® a su padre que le apuntara a una escuela para ser guardameta. Con esa fascinaci¨®n por el despeje a mano cambiada cuando se lanzaba a un costado, lleg¨® hasta Valencia, donde Llopis le convenci¨® de trabajar contra ese instinto infantil.
Revisando los v¨ªdeos de las sesiones una y otra vez, pulieron cada detalle: el paso cruzado con el que empezaba los desplazamientos laterales, la aportaci¨®n al comienzo del ataque, el peso que le sobraba (baj¨® entre cuatro y cinco kilos). Navas termin¨® el curso como mejor portero de LaLiga y acab¨® el verano como guante de oro del Mundial de Brasil, donde alcanz¨® los cuartos de final con Costa Rica. Ese escaparate lo catapult¨® al Real Madrid, donde, como siempre, empezaba como secundario: Iker Casillas manten¨ªa la propiedad de la porter¨ªa.
La fe y la biblia
La temporada siguiente, la que termin¨® con la primera de sus tres Champions, lleg¨® tambi¨¦n al Madrid Llopis. All¨ª sigui¨® afilando al portero, y all¨ª vio desde primera l¨ªnea los recelos de la c¨²pula que les hicieron vivir de manera permanente bajo el runr¨²n de otros metas: De Gea, Kepa, Courtois. Vio eso y la ¡°capacidad mental¡± de Navas, que en su paso por el club blanco dej¨® un 73% de paradas por el 65% que lleva Courtois.
Su resistencia estaba alimentada por una profunda fe que creci¨® sobre todo a partir de cuando con 19 a?os empez¨® a acudir en Costa Rica a un grupo de estudio de la biblia donde conoci¨® a su esposa, Andrea Salas. Cuando lleg¨® al Madrid y conoci¨® la sala de la colecci¨®n de copas de Europa, pidi¨® a dios contribuir a esa historia. Cuando en el verano de 2015 aguardaba en Barajas el final del papeleo para mudarse a M¨¢nchester, rez¨® con su mujer y confi¨® su destino al cielo. Y cuando el pasado 2 de septiembre aterriz¨® en Par¨ªs, le puso la misma m¨²sica con un mensaje en Twitter: ¡°Si Dios cambia nuestros planes es porque algo va a mejorar¡±, escribi¨®.
En esta nueva etapa, Llopis sigue cuidando de ¨¦l desde la distancia. Ha hablado con el preparador de porteros del PSG, Gianluca Spinelli, antiguo preparador de Buffon en la selecci¨®n italiana. Le ha dado pistas sobre c¨®mo empezar a trabajar y c¨®mo pueden exprimirlo m¨¢s. ¡°Puede ofrecer variantes en el inicio del juego, sobre todo en las contras, con Mbapp¨¦, Neymar y Cavani¡±, explica Llopis.
La primera gran cita de la competici¨®n que obsesiona a la c¨²pula catar¨ª del PSG es la noche de este mi¨¦rcoles, precisamente contra el Madrid, donde forj¨® su reputaci¨®n. La coincidencia no le distrae: ¡°Muchos recuerdos, muchas vivencias y mucho cari?o, pero s¨®lo un objetivo: ganar¡±, tuite¨® este martes.
Vive sus estrenos de manera ins¨®lita, por primera vez con viento a favor. El s¨¢bado al acabar el partido, su nuevo entrenador, Tuchel, lo abraz¨® de manera especialmente efusiva. ¡°Estoy feliz de que est¨¦ con nosotros¡±, subray¨® este martes el t¨¦cnico.
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