El Granada se aferra a la cabeza de LaLiga tras empatar en Valladolid
El equipo andaluz se rehace tras un mal inicio y rescata un empate ante un rival que fue a menos
Sigue imbatido a domicilio el Granada y sigue en todo lo alto del campeonato. No frena el reci¨¦n ascendido, que hace granero por si llega el general invierno y sum¨® un punto m¨¢s en Valladolid (1-1) que le acuesta en la cabeza de la tabla a la espera de que se complete la jornada intersemanal. Sum¨® en una de esas citas que ahora es importante, pero que al final de la temporada puede revelarse vital. Para el cuadro castellano el inicio es complicado despu¨¦s de abrir el campeonato con tres salidas consecutivas mientras se culminaban obras en su estadio. No logra ganar en ese remodelado feudo, donde han empatado ya Osasuna y ahora Granada. Nada le sobra al Valladolid, pero poco le falta en cuestiones que tienen que ver con el alma, la laboriosidad y la pujanza. Por ah¨ª puede llamar a la efectividad.
Ese vigor le dio ventaja de inicio en un partido que luego se le oscureci¨®. Marc¨® en una jugada que result¨® tan impoluta que hasta pareci¨® f¨¢cil. No lo es buscar y encontrar superioridades desde el ¨¢rea propia y llegar a la l¨ªnea de fondo rival. Lo hizo despu¨¦s de una maniobra coral en la que Guardiola desequilibr¨® a la zaga del Granada al caer hacia el flanco izquierdo y arrastrar al central Domingos Duarte. Toni Villa aprovech¨® el pasillo interior que qued¨® en el intercambio de posiciones para entrar como un cuchillo. Todo lo concluy¨® Oscar Plano, que supo interpretar lo que suced¨ªa desde su posici¨®n m¨¢s alejada, en la banda diestra. Desde all¨ª supo ganar primero una posici¨®n de remate y, despu¨¦s, acertar.
A esa temprana altura, apenas iban doce minutos, el Granada parec¨ªa despistado, como resacoso tras la fiesta que se dio el s¨¢bado pasado contra el Barcelona. Como deslumbrado por la opci¨®n de volver a acostarse l¨ªder, el Granada parec¨ªa m¨¢s accesible que de costumbre, tambi¨¦n con cinco variantes respecto al once que abri¨® ante los cul¨¦s. El gol en contra le invit¨® a entrar en el partido. Lo hizo con tiento, pero tambi¨¦n con constancia en un contexto que no era sencillo, porque todo se trab¨® y adem¨¢s se jug¨® sobre una pastilla de jab¨®n, sobre un c¨¦sped poco asentado y seguramente m¨¢s empapado de lo aconsejable que propici¨® frecuentes resbalones e imprecisiones.
Todo se empez¨® a mascar, entonces, en el campo del Valladolid. Y apareci¨® el talento del Granada, el de Carlos Fern¨¢ndez, uno de los mejores atacantes espa?oles de su generaci¨®n, una joya que pule el Sevilla a fuego lento (igual demasiado lento) y que mostr¨® su amplio repertorio, el apoyo, el tac¨®n, la llegada al ¨¢rea, la capacidad para enhebrar f¨²tbol entre l¨ªneas. Carlos marc¨® cuando el partido caminaba hacia el descanso tras pifia del meta Masip, al que tambi¨¦n se le enjabon¨® la pelota. Como Guardiola en el gol local, la luz se prendi¨® lejos de la porter¨ªa y el interruptor lo toc¨® Antonio Puertas, descarado para encarar y ganar as¨ª espacios para propiciar un nuevo centro atr¨¢s, en esta ocasi¨®n del lateral V¨ªctor D¨ªaz.
Los goles hab¨ªan venido cuando los peones llegaron al fondo del tablero. Pero esa profundidad fue epis¨®dica en un partido que vir¨® a espeso. Al Valladolid le doli¨® el punto de precipitaci¨®n que le acompa?¨® y el Granada, trabajad¨ªsimo, no es buen cliente cuando se trata de darle ritmo al partido. Y es intr¨¦pido porque a d¨ªa de hoy le propulsa la confianza. Por eso nunca volvi¨® la cara cuando se le puso el caramelo del triunfo delante. Lo tuvo cerca en un gol anulado a Yangel Herrera porque el central Duarte operaba cerca de Masip en posici¨®n ilegal. Los responsables del arbitraje interpretaron que el jugador luso interrump¨ªa el campo visual del portero.
El ep¨ªlogo trajo nuevos protagonistas en el ataque pucelano. Entr¨® Enes ?nal, que pudo marcar tras ¨¢gil desmarque entre los centrales visitantes, poco dados a las desatenciones. Herv¨ªas trat¨® de darle una marcha m¨¢s al equipo de Sergio, que decay¨® con el paso de los minutos. Pero el Granada no dej¨® de acechar y el Valladolid no pudo mirar tan s¨®lo en una direcci¨®n. As¨ª que el empate pareci¨® agradar a ambos.
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