Mundiales de Doha: maratones a medianoche y un estadio con aire acondicionado

So?aba hace a?os Chuso Garc¨ªa Bragado con la marcha de Doha, y se ve¨ªa como un Lawrence de Arabia atravesando el desierto, pa?uelo en la cabeza, cantimplora en la cintura, arrastr¨¢ndose por la arena casi durante cuatro horas para andar 50 kil¨®metros a sus casi 50 a?os. Cuando llega el momento de su 13? Mundial, el atleta m¨¢s viejo en toda la historia de los Mundiales sabe que la civilizaci¨®n mata a la aventura y que no habr¨¢ romanticismo, ni arena ni desierto ni sol abrasador, sino un paseo mar¨ªtimo curvo como la Concha a medianoche, 30 grados de temperatura y 80% de humedad, tanto vapor de agua diluido en el aire como niebla que se suda solo al pensarlo.

Bienvenidos a Doha, donde el atletismo busca desde este viernes en los Mundiales su alma perdida y sus estrellas con pruebas de ruta a medianoche y de pista en un estadio enfriado artificialmente por 3.000 toberas que rodean a tres niveles de altura y di¨¢metro gradas y pistas lanzando chorros turbulentos de aire helado transportado por tuber¨ªas subterr¨¢neas desde una central situada a un kil¨®metro donde congelan agua. En un plispl¨¢s, los 40 grados del mediod¨ªa de Doha se transforman en 23, y los torrentes de aire helado son tan fuertes que asustan y despeinan a quien pasea por la pista con un sobresalto, pero desde la organizaci¨®n ya advierten que solo estar¨¢n as¨ª, a plena intensidad, hasta que comiencen las competiciones (todas por la tarde-noche, entre las 16.30 y las 23.00), y que ya entonces la temperatura ser¨¢ tan agradable que no har¨¢ falta viento, y lo apagar¨¢n.

A la espera de Noah Lyles

Mantendr¨¢n aireadas las gradas del Khalifa Stadium, que no estar¨¢n tan vac¨ªas como muchos hab¨ªan previsto. Una buena parte est¨¢ cubierta con lonas de colores, y las restantes (unos 20.000 asientos) se espera que las llenen (espectadores pagados por asistir) los trabajadores, alba?iles, encofradores, paletas, que construyen y reconstruyen constantemente la Perla del Golfo, africanos de Somalia, Etiop¨ªa o Kenia, pa¨ªses de gran tradici¨®n con el atletismo.

En un ambiente tan artificialmente atl¨¦tico, no es extra?o que el organizador del campeonato, Sebastian Coe, diga que basta ya de llorar por Usain Bolt (el sol del sprint que hizo brillar al atletismo la ¨²ltima d¨¦cada, presente en todos los Mundiales desde 2005 hasta 2017) y que hay que abrir los ojos y disfrutar de lo que llega, que es muy bueno. Tan bueno como Noah Lyles, dice.

Y habla del espr¨ªnter de Florida de 22 a?os, rapero y bailar¨ªn a lo Michael Jackson que este verano ha corrido los 200m en 19,50s (la cuarta marca mejor de la historia) y que recuerda que hace a?os, cuando, juvenil prodigio, pas¨® del instituto a profesional salt¨¢ndose la universidad, ya dijo que en los Juegos de Tokio batir¨ªa el r¨¦cord del mundo de Bolt, los 19,19s que acaban de cumplir 10 a?os.

¡°Ah, y estoy harto de que siempre que se habla de m¨ª aparezca al lado el nombre de Bolt¡­¡± suele decir Lyles, que deja los 100m a su compatriota Christian Coleman, otro etiquetado como futuro Bolt, que llega a Doha con la cara triste y el desprecio de muchos rivales, que no olvidan que se libr¨® gracias a las rendijas de la ley de una sanci¨®n por no cumplir sus obligaciones contra el dopaje.

Yulimar Rojas tambi¨¦n baila cuando gana, pero no como Michael Jackson, prefiere los ritmos latinos y su swing, y sue?a con los 16 metros, la frontera del triple salto femenino de la que nadie se atreve a hablar (bastante tienen con so?ar con los 15 metros la mayor¨ªa de sus rivales), pero antes debe pasar por encima del r¨¦cord del mundo, los 14,50m de la ucraniana Inessa Kravets, que ya ha cumplido 24 a?os. La venezolana, triple campeona del mundo a los 23 a?os, ya se acerc¨® a un suspiro hace un par de semanas en And¨²jar, Ja¨¦n, donde lleg¨® a 15,41m. ¡°Pero antes tengo que asegurar el Mundial¡±, dice. ¡°Si fallo, me mata Iv¨¢n [Pedroso, su entrenador en Guadalajara], que dice que yo soy ahora sus piernas y que ¨¦l nunca fall¨®, que gan¨® nueve Mundiales¡±.

Lyles y Rojas no formar¨ªan mala pareja como nuevas caras de un atletismo mundial cada vez menos keniano (entre el dopaje y el marat¨®n, los de Kenia est¨¢n despoblando sus pruebas tradicionales, empezando por los 3.000m obst¨¢culos, carrera en la que ya consideran un peligro a uno de Madrid, Fernando Carro) y cada vez m¨¢s joven y m¨¢s europeo, y con las figuras de Berl¨ªn 18, el sueco Armand Duplantis y su p¨¦rtiga y el noruego Karsten Warholm y sus vallas, un a?o mayores y un a?o mejores.

Al pertiguista (6,05m a los 18 a?os) le fastidia la mala forma en la que las lesiones han dejado a su hombre inspiraci¨®n, el franc¨¦s Renaud Lavillenie, el del r¨¦cord mundial de 6,16m, pero el vallista no podr¨¢ quejarse de sus compa?eros de baile, Abderram¨¢n Samba y Rai Benjamin, dos que como ¨¦l han bajado de 47s. Si los tres llegan a la final esta ser¨¢ quiz¨¢s la prueba del Mundial: por primera vez en la historia tres con esa marca pelear¨ªan por el oro. Solo han bajado de 47s cuatro en la historia: el cuarto es el norteamericano Kevin Young, el de los 46,78s en Barcelona 92, r¨¦cord.

Le duele al atletismo la ausencia de Usain Bolt y le duele m¨¢s la de su gran estrella femenina, la Caster Semenya dominadora mundial y ol¨ªmpica de los 800m la ¨²ltima d¨¦cada, desde Berl¨ªn 2009. A la Federaci¨®n Internacional no le gustaba que ganara siempre porque le parece muy masculina y dict¨® una norma prohibi¨¦ndola competir en sus pruebas alegando que se beneficia de que su cuerpo produce m¨¢s testosterona que sus rivales. La sudafricana estaba invitada a Doha a recibir la medalla de oro del Mundial de Daegu 2011, que termin¨® segunda, tras la descalificaci¨®n por dopaje de la ganadora, la rusa Savinova. Semenya declin¨® la invitaci¨®n.

La compacta Espa?a

Ra¨²l Chapado, el presidente de la Federaci¨®n, dio con la palabra, ¡°compacto¡±, y la utiliz¨® para describir al equipo que lleva Espa?a a Doha: 38 atletas; 27 hombres y 11 mujeres, la menor participaci¨®n espa?ola desde Helsinki 83, los primeros Mundiales, que Espa?a compiti¨® con 28. Las m¨ªnimas tan duras y una temporada extra?a, tan larga (habitualmente los Mundiales se disputan a mediados de agosto, mes y medio antes de la Doha calurosa), son las causas de la reducida participaci¨®n espa?ola en una competici¨®n en la que hist¨®ricamente no ha disfrutado (en las 16 ediciones disputadas solo consigui¨® siete oros, tres en marcha, Massana, Bragado y L¨®pez; tres en marat¨®n, dos de Ant¨®n y Fiz, y uno en longitud, Montalvo).

Compacto y pele¨®n, podr¨ªa haber a?adido Chapado, y de calidad. Cinco de los 38 figuran entre los cinco mejores del mundo este a?o, con aspiraciones de medalla: Orlando Ortega, el vallista subcampe¨®n ol¨ªmpico, que se entrena en Chipre y llega con la tercera mejor marca en los 110m (13,05s); Ana Peleteiro, la triplista gallega que se entrena con Yulimar Rojas y gan¨® en marzo el Europeo en pista cubierta, y llega con la quinta mejor marca mundial (14,73m); la marchadora J¨²lia Takacs, bronce europeo y tercera mejor marca mundial en los 50 kil¨®metros marcha; el martillista de Montijo, Badajoz, Javier Cienfuegos, quien a los 29 a?os lanza 79,38m, y se acerca al esplendor que promet¨ªa hace 10, cuando era uno de los mejores j¨²nior del mundo. Y tambi¨¦n pelear¨¢, porque es su vida, Fernando Carro, el obstaculista de Canillejas, Madrid, que a mediados de julio bati¨® el r¨¦cord de Espa?a con una marca de 8m 5,69s, la cuarta mundial del a?o, y ya sale a la pista y mira a su alrededor y se ve temido, y sabe que est¨¢ donde tiene que estar.