El ?ibar saca fruto del desplome del Celta
El segundo triunfo consecutivo en Ipurua sit¨²a a los vascos en la zona templada de la tabla a costa de un rival que acumula desastres y cinco jornadas sin ganar
El Celta vuelve a estar en problemas. Ha vuelto a las andadas despu¨¦s de un verano te?ido por la ilusi¨®n de potenciar la confecci¨®n de un plantel repleto de futbolistas que mantienen un v¨ªnculo emocional con el club. ¡°Esto va de coraz¨®n¡±, dice el lema escogido por la entidad como gu¨ªa para la presente campa?a, pero por ahora al Celta le falta esp¨ªritu. Y algo todav¨ªa peor: le falta el f¨²tbol que se le supone a sus mimbres. Todo despu¨¦s de semanas anunci¨¢ndose grandes haza?as celestes. ¡°Hay que tener los pies en la tierra. Nos viene bien esta cura de humildad¡±, resumi¨® al final el capit¨¢n Hugo Mallo. Su equipo se desplom¨® ante un rival que tambi¨¦n deb¨ªa levantarse y que lo hizo en estos ¨²ltimos cuatro d¨ªas al amparo de su fort¨ªn de Ipurua.
Las dos primeras victorias del campeonato, ante Sevilla primero y esta frente al Celta propician que el Eibar escale a la zona templada de la clasificaci¨®n. Sus armas son las consabidas, despliegue, centros, presi¨®n y convertirse en un equipo inc¨®modo. Luego ya llegar¨¢n las sutilezas, como la Edu Exp¨®sito en el primer gol. En cuanto el maquinillo se pone en marcha, en cuanto las incorporaciones se adaptan a las exigencias de su t¨¦cnico y al ritmo que demanda la categor¨ªa (al ?ibar le gusta pescar en Segunda Divisi¨®n) la velocidad de crucero se convierte en sideral para equipos gripados como el Celta.
El ?ibar madur¨® el partido, transit¨® a trav¨¦s de unos minutos sin ritmo, plagados de parones y disputas que impidieron que el Celta esbozase siquiera alg¨²n cap¨ªtulo del libreto que se le supone. Incluso en sus peores minutos acecharon los chicos que prepara Jos¨¦ Luis Mendilibar, que cuando todo se enquista recurren a la tremenda. Una colecci¨®n de centros al ¨¢rea mostraron el cart¨®n de su rival. Pudo marcar Kike Garc¨ªa, que fue el primer delantero y el primer defensa antes de pedir el cambio agotado por su descomunal esfuerzo. El ?ibar llegaba desde los flancos, incluso con dos saques de esquina casi consecutivo que Orellana toc¨® de manera diab¨®lica y que Rub¨¦n Blanco evit¨® que se colasen.
Un tipo capaz de enfilar dos goles ol¨ªmpicos en dos minutos es alguien diferente. Orellana sembr¨® el p¨¢nico entre la defensa celeste, que jam¨¢s consigui¨® ubicarlo. Estuvo en los dos goles y en otro que se anul¨® tras consulta tecnol¨®gica. Dio y marc¨®. Y sobre todo aport¨® variedad al ataque del ?ibar, que de su mano se convirti¨® en imprevisible. Justo lo que menos necesitaba un rival en dudas. Porque en el Celta no solo fracasaron los zagueros. Los dos mediocentros fueron sustituidos cuando empez¨® a apretar la tempestad y en la delantera fue Hugo Mallo el que apunt¨®, al t¨¦rmino del partido, que falt¨® maldad. Mal que bien aguantaron en la primera parte antes de desplomarse tras el descanso. Les da?¨® una combinaci¨®n sin apenas espacio entre Orellana y Exp¨®sito en la que el centrocampista fichado del Deportivo defini¨® como un grande, con una exquisita vaselina armada al borde del ¨¢rea peque?a.
El gol achant¨® a¨²n m¨¢s al Celta, que desapareci¨® del partido mientras su t¨¦cnico estudiaba que agujero tapar. Cuando quiso tapiar la medular ya hab¨ªa encajado dos goles m¨¢s. El primero se anul¨® por una mano previa que el ¨¢rbitro debi¨® ver entre las sombras que se emit¨ªan por la se?al televisiva. Ah¨ª debi¨® vislumbrar algo. Pero nada m¨¢s ponerse el bal¨®n en juego Aidoo se aturull¨® en su manejo y sucumbi¨® a la presi¨®n rival. Orellana record¨®, salvando tant¨ªsimas distancias, a Maradona con Juan Jos¨¦ en el Bernab¨¦u, lembranzas de ochenteros. Como Diego hizo equilibrios ante el gol antes de descorchar el champ¨¢n.
El Celta sigui¨® con encefalograma plano. Sali¨® Rafinha al campo, tambi¨¦n Pape. Fran Escrib¨¢ guard¨® a Toro Fern¨¢ndez hasta el minuto 85, detalle que podr¨ªa aludir a la desconfianza que tiene sobre la aportaci¨®n del delantero que lleg¨® para suplir a Maxi G¨®mez. Y el habitual milagro de Iago Aspas no llega esta temporada. No ha marcado el delantero internacional en lo que va de Liga. Pudo hacerlo en la ¨²ltima acci¨®n del partido, un penalti que provoc¨® y que ejecut¨® como Panenka, pero a las manos del portero. Ah¨ª, en la r¨²brica final, se resumi¨® el partido del Celta. Tan solo ha ganado un partido en lo que va de Liga, lleva cinco sin vencer, se instala en los puestos de retaguardia de la clasificaci¨®n y, en un entorno de gatillo f¨¢cil, empieza a debatirse sobre la continuidad de su entrenador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.