Mejor que Pel¨¦
El superagente Jorge Mendes es habitual en su gusto por el exceso, cualidad de aquellos que no lo han tenido f¨¢cil
Me parece que llevo media vida escuchando eso de que todo el mundo es mejor que Pel¨¦: mi padre sostiene que Cruyff era mejor que Pel¨¦, Maradona se sabe mejor que Pel¨¦, casi nadie duda que Messi sea mejor que Pel¨¦ y hasta el propio Pel¨¦ -que parece haberse criado sin abuelas- suele creerse mejor que Pel¨¦. El ¨²ltimo en apuntarse al carro ha sido Jorge Mendes, del cual sospecho que tambi¨¦n se cree mejor que el astro brasile?o pero, como decirlo no le reporta ning¨²n beneficio, se ha limitado a se?alar que Cristiano Ronaldo, su gallina de los huevos de oro, es mejor que Pel¨¦. Lo hizo en el rotativo italiano Tuttosport para conmemorar el gol 700 del madeirense, entrevista que aprovech¨® tambi¨¦n para advertirnos de que ¡°lo mejor est¨¢ por venir y ser¨¢ con la Juventus¡±: si yo fuera un directivo del club italiano, aprovechar¨ªa la semana para poner la chequera a remojar.
Las declaraciones del superagente podr¨ªan encuadrarse en su habitual gusto por el exceso, una caracter¨ªstica que suele ser habitual en el car¨¢cter de aquellos que no lo han tenido f¨¢cil, de quienes conocen la otra cara de la moneda: las penurias, las estrecheces, el ahogo. Porque el multimillonario Mendes fue en otro tiempo O Cabanas, un chaval de la colonia Petrogal con el mote heredado de su padre. Su madre, ama de casa, confeccionaba cestos y gorros de paja que el peque?o Cabanas vend¨ªa en la playa de Costa Caparica, un arenal de 30 kil¨®metros de longitud en el que Mendes aprendi¨® a manejarse con las leyes de la oferta y la demanda.
Es dif¨ªcil discernir cu¨¢nto hay de verdad y cu¨¢nto de leyenda en sus inicios como hombre de negocios: vallas publicitarias, una cadena de videoclubes, locales nocturnos, su primer movimiento en el mundo del f¨²tbol apadrinado por Augusto C¨¦sar Lendoiro... ¡°?l me llama Padri?o y yo a ¨¦l afillado¡±, ha confesado el pr¨®cer gallego en diferentes ocasiones. El de Hugo Viana, que dej¨® el Sporting de Portugal rumbo al Newcastle a cambio de 12 millones de euros, fue su primer gran golpe de mano y a partir de ah¨ª comenz¨® Mendes a devorar un mercado que parec¨ªa llevar d¨¦cadas esper¨¢ndolo. Con Cristiano Ronaldo y Jose Mourinho como mascarones de proa, y clientes preferentes como el Real Madrid o el M¨®naco, los tent¨¢culos de Gestifute enraizaron en el f¨²tbol mundial hasta sostener un imperio de representaci¨®n valorado, a d¨ªa de hoy, en m¨¢s de 500 millones de euros.
Hace unos a?os, el Wall Street Journal le dedic¨® un art¨ªculo titulado C¨®mo ser el due?o de un club sin comprarlo. En ¨¦l se analizaba el poder que el agente hab¨ªa alcanzado en algunos vestuarios, incluido el del Real Madrid, y se preguntaba si el modelo de negocio de Jorge Mendes ser¨ªa posible en las grandes ligas profesionales de los Estados Unidos. En realidad, la respuesta no tiene demasiada importancia porque cualquier comparaci¨®n resulta improcedente, aunque cuesta imaginar a un Mendes muy distinto al que conocemos: voraz, implacable, excesivo... Todas esas cualidades que lo convirtieron en el ejecutivo estrella que es y, qui¨¦n sabe, quiz¨¢ la ¨²nica persona del mundo que podr¨ªa convencer a Pel¨¦ de que no es mejor que Pel¨¦.
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