Los All Blacks intimidan con su versi¨®n m¨¢s letal
Nueva Zelanda arrolla (46-14) a una err¨¢tica Irlanda, su incordio m¨¢s reciente, y logra el pase a semifinales con un despliegue defensivo y ofensivo de primer orden
Los All Blacks representan su haka en Tokio y miles de aficionados irlandeses entonan su himno de rebeld¨ªa, The Fields of Athenry. Su desaf¨ªo al gendarme mundial, al que hab¨ªan derrotado el a?o pasado en Dubl¨ªn sin permitir siquiera un ensayo, se qued¨® ah¨ª. Nueva Zelanda disip¨® este s¨¢bado cualquier s¨ªntoma de vulnerabilidad con su mejor despliegue reciente ante una Irlanda err¨¢tica, incapaz de refrendar las expectativas de 2018. Los oce¨¢nicos, letales, esgrimen una delantera engrasada, una trasera terrible pese a su biso?ez, dos playmakers de primer orden como Mo¡¯unga y Beauden Barret y un hambre innegociable en pos de su tercer Mundial consecutivo. Inglaterra ser¨¢ su cita en semifinales.
La tercera neozelandesa, superada 11 meses atr¨¢s en Dubl¨ªn, se redimi¨® desde el primer bal¨®n que ensuci¨® su capit¨¢n, Kieran Read. El reto de tumbar a los All Blacks exige una hoja sin m¨¢culas y los irlandeses salieron muy fil¨¢ntropos. El XV del Tr¨¦bol necesitaba la posesi¨®n para anestesiar a las gacelas rivales, pero sus manos eran de mantequilla. En apenas cuarto de hora, dos balones sueltos de sus centros, Ringrose y Henshaw, una patada alta sin embolsar en su propia 22 y un manotazo imprudente de Stockdale que termin¨® golpe por avant voluntario.
Nueva Zelanda no se caracteriza por dejar el ¨²ltimo filete en el plato. En su c¨®digo, un bal¨®n controlado en campo rival con tiempo para desplegar sus piezas es una ocasi¨®n propicia. No tardaron en percutir los delanteros oce¨¢nicos, forzando a los irlandeses a acumular cuerpos en las trincheras. En esas, descuidaron su retaguardia central. La picaresca de Aaron Smith hizo el resto. El fugaz suministrador de balones a sus delanteros olvid¨® su rol de asistente y se escabull¨® para posar junto a los palos.
No aprendi¨® la lecci¨®n Irlanda, que perdi¨® la rueda rival tras otro fallo grosero. Un error de manos de Furlung en un saque de touch de su equipo concedi¨® a los neozelandeses una mel¨¦ propicia. Los dos alas armaron entonces la secuencia por el lado izquierdo. Reece, muy h¨¢bil de manos, gest¨® la superioridad y asisti¨® a Bridge, placado en la frontera del ensayo. Entre ambos suman 12 internacionalidades, todo un s¨ªntoma de que la f¨¢brica no deja de producir. De nuevo, Smith fue el m¨¢s listo de la clase, recogi¨® el oval y lo pos¨® junto al bander¨ªn. Y los All Blacks castigaron sin piedad la en¨¦sima torpeza verde.
Depresi¨®n en el banquillo irland¨¦s
Irlanda, enfrentada ya a la utop¨ªa, hab¨ªa perdido la batalla por el tempo y la melod¨ªa, que ellos quer¨ªan tocar en redondas, era una sucesi¨®n de corcheas. Su delantera estaba desnortada y el marcador ya no permit¨ªa agotar el reloj retrasando la liberaci¨®n del bal¨®n. Los balones segu¨ªan escurri¨¦ndose, incluso de manos tan notables como las del medio-mel¨¦ Conor Murray. Ayudaron placajes ganadores como el de Reece a Sexton. Con el oval suelto, los dos aperturas neozelandeses cabalgaron hacia el tercer ensayo. Pate¨® Mo¡¯unga y pos¨® Beauden Barrett. Nadie tiene esa facilidad para transformar defensa en ataque en un suspiro.
El seleccionador neozeland¨¦s de Irlanda, Joe Schmidt, no pod¨ªa esconder su depresi¨®n en la zona t¨¦cnica. Con todo, sus pupilos pelearon el ensayo en su ¨²nica incursi¨®n destacable en campo rival tras el gong que anunciaba el tiempo cumplido. Pero los All Blacks, cuya defensa no desmerece, lo impidieron. Una carga ilegal de O¡¯Mahony, el h¨¦roe de la batalla de Dubl¨ªn, puso pausa a la masacre y dio paso al intermedio (22-0). Termina el ciclo de Schmidt con una sensaci¨®n contradictoria. Sus tres t¨ªtulos del Seis Naciones en seis a?os quedan ensombrecidos por la s¨¦ptima derrota en otros tantos cuartos de final. La maldici¨®n contin¨²a para la ¨²nica grande que jam¨¢s ha ganado un cruce. Su capit¨¢n, Rory Best, un torbellino de emociones durante el himno, se march¨® cabizbajo en el d¨ªa de su adi¨®s. Stockdale, el pichichi del pasado Seis Naciones, deja el Mundial sin un solo ensayo.
La certidumbre en el marcador aument¨® la cadencia neozelandesa. As¨ª lleg¨® el cuarto ensayo, con Read, soltando el bal¨®n desde el suelo con tres irlandeses encima para Codie Taylor. Qued¨® completada la rehabilitaci¨®n del gran tren de mercanc¨ªas, Brodie Retallick, que apenas hab¨ªa jugado media hora en la fase de grupos. Y el infierno austral sigui¨® cayendo sobre el XV del Tr¨¦bol ante el portentoso banquillo rival. Henshaw quit¨® el rosco del marcador irland¨¦s poco despu¨¦s de pifiar un ensayo propicio. Apenas una pincelada discordante para otro lienzo inmaculado de los All Blacks m¨¢s letales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.