Moncho Fern¨¢ndez, la victoria contra el tiempo
El entrenador de Obradoiro, el m¨¢s longevo de la ACB, cumple el d¨¦cimo curso en su Santiago de Compostela natal con la permanencia como gran t¨ªtulo
Como en cada uno de sus encuentros, el abrazo que se dieron el s¨¢bado Moncho Fern¨¢ndez y Pablo Laso en el Multiusos Fontes do Sar de Santiago fue una oda a la perdurabilidad. Se reun¨ªan dos h¨¦roes tranquilos que han prolongado su f¨®rmula en la ACB sin alharacas ni engolamientos. Nueve temporadas para el entrenador vitoriano, de 52 a?os, en el banquillo del Madrid y 10 para el gallego, de 50, en el del Obradoiro. Ambos tienen contrato hasta 2021. En la ¨¦lite europea, solo Obradovic (siete cursos en el Fenerbah?e) e Itoudis (seis en el CSKA) les siguen el ritmo; en la ACB solo Pesic acumula m¨¢s de dos campa?as. ¡°No reparar en el tiempo es la mejor forma de pasar por ¨¦l. La manera de cumplir objetivos es pensar que se puede ganar siempre y la de cumplir a?os es pensar solo en ma?ana¡±, resume Moncho Fern¨¢ndez antes de repasar su historia, la de un profesor de Geograf¨ªa e Historia al que el hobby del baloncesto le atrap¨® para siempre y le cambi¨® el guion cuando ya ejerc¨ªa en las aulas.
¡°Cuando con 30 a?os le cont¨¦ a mi madre que me iba a Gij¨®n a ser entrenador ayudante en la ACB, lo primero que me dijo fue: ¡®?Y tu carrera?, tantos esfuerzos, tanto trabajo¡¡±. A do?a Mercedes el baloncesto le parec¨ªa una entelequia donde era dif¨ªcil cumplir el objetivo de ¡°ser alguien¡± en la vida. ¡°Yo le expliqu¨¦: ¡®mam¨¢, voy a jugar contra el Madrid, contra el Bar?a¡¡¯ y ella me dec¨ªa: ¡®?pero qu¨¦ Madrid y qu¨¦ Bar?a? ?a d¨®nde vas?¡¯. A la primera divisi¨®n, mam¨¢. Voy a ser profesional y me van a pagar por ello¡±, rememora el entrenador de Obradoiro. Do?a Mercedes, que falleci¨® en 2013, vivi¨® con orgullo el crecimiento de la carrera de Moncho en los banquillos. Un viaje que, sin necesidad de hacer las maletas, le ha llevado lejos. Hasta hacerse perenne en el equipo de casa.
¡°No lo so?¨¦ nunca. Jam¨¢s pens¨¦ que ser¨ªa entrenador y menos a¨²n del Obradoiro. Cuando empec¨¦ mi carrera profesional, como ayudante de Moncho L¨®pez, all¨¢ por el 2000, Obradoiro estaba en la cuarta o quinta divisi¨®n. No hab¨ªa baloncesto profesional en la ciudad¡±, explica el chaval de Pontepedri?a, el mediano entre dos hermanas, ¡°hijo de la plata de Los ?ngeles¡± y admirador de Clyde Drexler, al que descubri¨® siguiendo la aventura de Fernando Mart¨ªn en la NBA con los Portland Trail Blazers.
El Obradoiro Clube de Amigos do Baloncesto regres¨® a la ACB en 2009 tras a?os de batalla judicial, descendi¨® esa temporada, y ascendi¨® en 2011, ya con Moncho Fern¨¢ndez al frente de la pizarra. Ah¨ª sigue, indeleble. Defendiendo cada a?o la permanencia de una de las ciudades y presupuestos m¨¢s peque?os de la Liga. El t¨ªtulo de los modestos. ¡°Nuestro ¨¦xito es recibir cada a?o a trasatl¨¢nticos europeos como el Madrid, competir en su misma liga. La filosof¨ªa que hemos intentado imponer es el reflejo de lo que le gusta a la afici¨®n del Fontes do Sar¡ el valor del colectivo, el esfuerzo, la lucha¡±, sentencia.
Antes de ser profeta en su Santiago natal, Moncho Fern¨¢ndez, curtido en el Breog¨¢n de Lugo y en el Villa de los Barrios andaluz, pudo llegar al Madrid, antes incluso que Laso. En 2009, Messina buscaba un tercer entrenador para completar su equipo junto a Lele Molin, pero los contactos no fructificaron, Jota Cuspinera ocup¨® ese puesto en el staff madridista, y Moncho fich¨® por el Murcia, en su estreno como primer entrenador en la ACB. Solo dur¨® 11 partidos, en el que ha sido su ¨²nico despido en 20 a?os de carrera. ¡°Fue una experiencia corta pero aprend¨ª mucho¡±, reflexiona Moncho, que asume la tiran¨ªa de los resultados como parte de ¡°las reglas del juego¡± y del ¡°entertainment¡±. ¡°El deporte quiz¨¢ es tan fant¨¢stico porque es muy cambiante. Buscarle la racionalidad es absurdo. Si piensas que el baloncesto son 10 t¨ªos en pantal¨®n corto que meten una esfera sint¨¦tica por un aro de hierro le quitas todo. Esto es mucho m¨¢s¡ Son valores, compa?erismo¡ Es pasi¨®n pura y la pasi¨®n es irracional. Esto mueve lo que mueve por las sensaciones qu¨ªmicas que produce en la gente¡±, lanza en una pedag¨®gica argumentaci¨®n.
El profesor ya lleva una d¨¦cada dando clase en el Fontes do Sar, ¡°ense?ando a aprender¡±, con una normalidad cada vez m¨¢s en desuso. ¡°Hay mucho postureo. Todo el mundo quiere venderse y es bueno dar un paso atr¨¢s de vez en cuando y estar con uno mismo mucho m¨¢s¡±, desarrolla el que fuera alumno del colegio Peleteiro, ¡°el m¨¢s basquetero de Santiago¡±. All¨ª don Virgilio, su maestro de Lengua y Literatura en EGB, le ense?¨® la justicia. ¡°A estas alturas, podr¨ªa ser el padre de todos mis jugadores y eso marca una distancia. Pero, la mezcla de diversi¨®n, pasi¨®n y responsabilidad hace que esto sea f¨¢cil¡±. Despu¨¦s, don Laureano, su maestro de Historia en COU, le descubri¨® una vocaci¨®n por la ense?anza que ha acabado ejerciendo con rotulador en lugar de con tiza. Un rotulador que, en Santiago, es indeleble.
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