Fernando Carro, el mandam¨¢s espa?ol del Bayer Leverkusen
El CEO del club alem¨¢n, rival del Atl¨¦tico en Champions, naci¨® en Barcelona, cree en las grandes coaliciones pol¨ªticas y dice que procura aunar las culturas ib¨¦rica y germ¨¢nica
El f¨²tbol ha cambiado. Donde antes se facturaban 20 millones ahora se ingresan 200, y en el sill¨®n presidencial del Bayer Leverkusen que hasta 2018 ocupaba el campechano Michael Schade, se?or de mirada l¨¢nguida, grandes bigotes y flequillo decimon¨®nico formado en el Instituto de Deportes de Colonia, ahora se revuelve un elocuente ejecutivo de ojos chispeantes que responde al acr¨®nimo de CEO, titulado ingeniero econ¨®mico por la Universidad de Karlsruhe y t¨¦cnico superior en administraci¨®n y finanzas. ¡°Muy orgulloso de ser espa?ol¡±, dice el barcelon¨¦s Fernando Carro de Prada, que as¨ª se llama el sucesor, porque en este mundo de intercambio y tr¨¢fico se puede ser muy espa?ol y al mismo tiempo ejercer de m¨¢xima autoridad del Bayer Leverkusen, un club tan alem¨¢n como la aspirina, que este martes se enfrenta al Atl¨¦tico de Madrid en el Wanda, en la tercera jornada de la Liga de Campeones.
Schade pasaba desapercibido. Cuando el Madrid o el Atl¨¦tico jugaban contra el Leverkusen en Champions apenas se presentaba para apretar las manos a sus hom¨®logos y dedicarles una sonrisa sol¨ªcita. Al visitante ocasional de las calmosas oficinas del BayArena no le llamaba la atenci¨®n su presencia, si es que estaba all¨ª. Schade, que lleg¨® al club con un amplio recorrido en relaciones p¨²blicas, se hizo c¨¦lebre en los despachos del Leverkusen por acalorarse y declarar el despido de Tayfun, el entrenador, en una rueda de prensa espont¨¢nea despu¨¦s de un partido, antes de comunic¨¢rselo al propio interesado. Cosas del f¨²tbol antiguo.
Con el f¨²tbol moderno llegaron los cient¨ªficos. Primero a las canchas, luego a los despachos. As¨ª fue que Werner Wenning, expresidente de la multinacional Bayer y actual presidente del consejo de supervisi¨®n del club que la compa?¨ªa posee al 100%, concibi¨® el fichaje de Carro.
Wenning sinti¨® que en un negocio tan pr¨®spero era menester ponerse al d¨ªa. Pens¨® que, puesto que la industria de la pelota cada vez se aproximaba m¨¢s a la industria de los analg¨¦sicos, deb¨ªa colocar a un empresario convencional al frente de su administraci¨®n. Para elegir al mejor candidato se puso en manos de una empresa de cazatalentos. En la lista destac¨® Carro, graduado en el Colegio Alem¨¢n de Barcelona en 1982, licenciado en Econ¨®micas y avalado por su trayectoria como ejecutivo de Bertelsmann. En la gran editora alemana, dice Werner, ¡°destac¨® extraordinarias cualidades de liderazgo¡±.
A Carro, que este lunes celebr¨® una conferencia con medios espa?oles en la sede central de la Agencia EFE, en Madrid, le gusta decir que en Bertelsmann tuvo 70.000 empleados a su cargo. Tambi¨¦n le agrada recordar que el mundo de los deportes no le pilla descolocado. A modo curricular, indica que se hizo amigo de Hans Krankl cuando el exfutbolista del Bar?a daba clases de espa?ol bajo la tutela de su madre.
El Bayer, advierte el ejecutivo, quer¨ªa para su club ¡°el top¡± del management. Alguien creativo, innovador, vers¨¢til, pol¨ªglota. Alguien con capacidad de despachar ¡°temas importantes¡± con la empresa matriz lo mismo que de arbitrar conflictos triviales con los ultras, sentarse a almorzar a diario en el comedor de los jugadores, o reunirse cada ma?ana con el director general, el veterano internacional alem¨¢n Rudi V?ller, o el director deportivo, Simon Rolfes. Una persona, en suma, como ¨¦l, convencido de que tiene lo que hay que tener para comprometer al personal a emprender un proyecto cuyo objetivo, en sus palabras, es situar al Leverkusen entre los 16 clubes m¨¢s prominentes de Europa.
Preguntado por el plan que le llevar¨¢ a tan alta cota, partiendo de una ciudad de apenas 100.000 habitantes, Carro enumera los pilares de su actuaci¨®n. Primero, cantera, despu¨¦s, marca; y finalmente, infraestructura. Respecto a la infraestructura, lamenta decir que necesitar¨ªan ampliar el estadio porque actualmente no entran m¨¢s de 30.000 personas. En lo referente a la marca tiene otro h¨¢ndicap: la camiseta ya est¨¢ ocupada por Bayer, primer patrocinador y due?o del club. Queda la cantera, dice, fuente indispensable de financiaci¨®n de los clubes que no pueden permitirse fichar futbolistas de 100 millones de euros. Su idea es desarrollar la academia para que forme m¨¢s jugadores como Havertz, que a sus 20 a?os es la nueva estrella del f¨²tbol alem¨¢n, pero que fue captada por el Leverkusen en Aquisgr¨¢n con solo diez a?os. Con las ventas de productos de calidad como Havertz es como se crece econ¨®mica y deportivamente. Ya lo demostraron el Sevilla, el Ajax, o el Lille.
Carro se muestra orgulloso cundo dice que ¨¦l est¨¢ por encima de "todo" el organigrama del Leverkusen. Tambi¨¦n se ufana de ser el representante del f¨²tbol alem¨¢n en el Comit¨¦ de Competiciones de Clubes de la UEFA, un cargo consensuado en un pa¨ªs que ¨¦l percibe culturalmente proclive a pactar. El hombre cree que la gran coalici¨®n pol¨ªtica de democristianos y socialdem¨®cratas hizo mucho bien a la econom¨ªa germana y admite su frustraci¨®n cuando confiesa que a ¨¦l le habr¨ªa gustado que se produjera una coalici¨®n de PSOE y PP en Espa?a, algo hasta ahora inviable debido a lo que define como ¡°cultura del cabreo¡±.
El f¨²tbol ha cambiado. Lo observan perplejos los viejos empleados de los viejos clubes surgidos de la Europa de posguerra, embarcados ahora hacia la transici¨®n futurista del nuevo milenio bajo la direcci¨®n de hombres como Fernando Carro, a quien sus subalternos describen como ¡°alguien que podr¨ªa escribir el gui¨®n de?House of Cards".
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