¡°Intentar ganar a los poderes establecidos es glorioso¡±
El empresario espa?ol Gerard L¨®pez reflexiona sobre la aventura que le ha llevado a invertir 200 millones de euros con el prop¨®sito de convertir al Lille en una referencia del buen juego
En 2005 vendi¨® sus participaciones en Skype y adem¨¢s de hacerse multimillonario se convirti¨® en una eminencia mundial en el arte de invertir capital-riesgo en nuevas tecnolog¨ªas. Desde entonces Gerard L¨®pez (Luxemburgo, 1971), hijo de emigrantes gallegos, se ha asociado al Gobierno ruso, se ha especializado en el corretaje de energ¨¦ticas, y ha emprendido la colonizaci¨®n de Siberia. Pero ¨¦l ¡ªrodeado de chavales con botas que van y vienen del vestuario al entrenamiento a la sombra de las hayas centenarias del Domaine de Luchin¡ª asegura que nada le entusiasma m¨¢s que presidir el Lille. Este martes (21.00, Movistar LC), el conjunto franc¨¦s visita al Valencia.
Pregunta. Usted imparte conferencias sobre eso que llama The Next Big Thing. Algo as¨ª como un manual de instrucciones para anticiparse al?Pr¨®ximo Pelotazo del mercado. Ese olfato le ha llevado a invertir 200 millones de euros en el Lille. ?En qu¨¦ consiste realmente el talento para descubrir una oportunidad de negocio?
Respuesta. La bola de cristal se compone de tres elementos fundamentales y uno secundario. Primero, tu propia creatividad; porque una persona que no es creativa no entiende cosas que se salgan de las variables normales. Si alguien te presenta algo que es totalmente diferente debes saber verlo. Ahora, por ejemplo, me han ofrecido un proyecto de un agua especial, tratada, que te hace menos viejo.
P. ?La fuente de la eterna juventud?
R. S¨ª, de una forma menos extrema, pero que te ayuda para prevenir lesiones. Si t¨² no eres creativo ni lo miras. La primera regla es no aceptar el statu quo. Y para no aceptarlo haz de ser creativo, de lo contrario eres un inversor puramente t¨¦cnico. Alguien que se ajusta a lo que hacen los mercados pero que nunca crear¨¢ valor por encima de lo que ya existe. El segundo elemento de la bola de cristal es estar abierto a otras personas. Si no quieres entender otras culturas, otras empresas, o por ejemplo lo que ahora es el?blockchain o la cultura de las criptomonedas, que es una cultura muy espec¨ªfica de gente que no conf¨ªa en gobiernos... Si no te abres a esa forma de mirar el mundo vas a ver un producto pero no vas a entenderlo y no puedes invertir ah¨ª porque no vas a entender a la gente que est¨¢ llevando esos productos hacia otro nivel. Haz de anticiparte. Y ah¨ª viene el tercer elemento: que es la experiencia. Saber distinguir las buenas cosas de las malas. Al principio tienes cierto feeling pero despu¨¦s descubres la trampa. Ninguno de estos tres elementos tienen que ver con las finanzas. El cuarto s¨ª, y es el menos importante. Es el puramente t¨¦cnico: las cl¨¢usulas de los contratos, etc. Esto es lo que te ense?an primero en la universidad. Yo intento empujar a los j¨®venes a invertir el orden: que no vayan a estudiar cosas puramente t¨¦cnicas. Ni de finanzas, ni de tecnolog¨ªa, ni de programaci¨®n, sino que estudien historia, filosof¨ªa, idiomas...
P. ?Y por qu¨¦ el Lille le sugiere una gran oportunidad?
R. Durante cinco a?os analizamos el mercado espa?ol, el ingl¨¦s, el portugu¨¦s y el franc¨¦s. Se nos acercaron muchos clubes poni¨¦ndose a la venta. Luego cerramos el c¨ªrculo y dijimos: ¡°Estos t¨ªos s¨ª que lo hacen bien¡±. ?Por qu¨¦? Porque primero, hist¨®ricamente, ha sacado muy buenos jugadores j¨®venes de la regi¨®n. Porque, m¨¢s que un modelo, hab¨ªa unas ganas. Porque como no ten¨ªan un presupuesto importante deb¨ªan ser creativos. Segundo, ten¨ªan unas de las mejores infraestructuras de Europa, un estadio con cinco estrellas UEFA y una ciudad deportiva que es un parque de 43 hect¨¢reas donde hay un liceo. Lo ten¨ªan todo. Y geogr¨¢ficamente a una hora de Par¨ªs, Bruselas y Londres. En el medio del continente.
P. En la Europa de posguerra la industria del f¨²tbol se parec¨ªa a las tecnol¨®gicas de los 90. Era un negocio de pioneros. Ahora que todo est¨¢ desarrollado, ?d¨®nde reside la gloria de comprar un club?
Yo la gloria la he vivido mil veces. Cuando la vida te da la oportunidad de haber sido un buen jugador de baloncesto y un jugador mediano de f¨²tbol, y se te presenta una segunda oportunidad y la puedes coger, piensas: "Ok, ?qu¨¦ se puede parecer a mis momentos de gloria?"
R. Cada ni?o que juega al f¨²tbol en el mundo siente la gloria. Yo era de esos. Jugaba con latas, con pelotas de tenis, con lo que hab¨ªa. Si le pod¨ªas dar patadas era bal¨®n. No paraba. Yo he tenido la suerte de poder jugar en la calle. Y en ese f¨²tbol de calle no te puedes imaginar las finales de Copa del Mundo o de Copa de Europa que yo he jugado. Yo jugaba con el Bar?a, con la selecci¨®n espa?ola, y mis rivales eran el Benfica, el Bayern... Hac¨ªamos partidos que acababan 10-9 con un gol en el ¨²ltimo minuto, y si ¨ªbamos empatados el ¨²ltimo minuto lo decid¨ªamos nosotros, aunque fuese media hora m¨¢s tarde. En ese mundo de fantas¨ªa yo he ganado innumerables Copas del Mundo. Con goles de chilena. ?Era delantero!
P. ?Cu¨¢les eran sus h¨¦roes futbol¨ªsticos?
R. Yo era gran fan de Lineker, de Maradona, de Archibald. Y en la selecci¨®n de Butrague?o.
P. ?Por qu¨¦ un gallego emigrante en Luxemburgo es del Bar?a?
R. Toda mi familia es del Real Madrid. Absolutamente toda. Pero yo sal¨ª mal. Fui la oveja negra. Pero volvamos a la cuesti¨®n de la gloria... Yo la gloria la he vivido mil veces. Cuando la vida te da la oportunidad de haber sido un buen jugador de baloncesto y un jugador mediano de f¨²tbol, y se te presenta una segunda oportunidad y la puedes coger, piensas: "Ok, ?qu¨¦ se puede parecer a mis momentos de gloria?¡±. Mucha gente ni siquiera se hace esa pregunta pero yo lo s¨¦. Yo no puedo considerar hacer algo solo desde la participaci¨®n. No est¨¢ en mi car¨¢cter. No podr¨ªa decir que me encanta solo estar en la Liga francesa. Para m¨ª es inaceptable no poder estar al menos peleando. Luego soy realista. S¨¦ que incluso dentro de diez a?os, por la poblaci¨®n que tenemos aqu¨ª [230.000 habitantes], por nuestra capacidad, no voy a vender m¨¢s camisetas que el Bar?a con Messi, la Juve con Ronaldo o el Madrid con Hazard. S¨¦ que nunca voy a poder llegar a eso. Hay poderes establecidos. En el mundo en que vivimos donde hay una aceleraci¨®n por medios sociales, donde el que m¨¢s tiene m¨¢s puede acelerar, no puedes llegar ah¨ª. Solo puedes llegar a ser uno de esos que les fastidia y de alguna manera es respetado por su especificidad. Es decir, que juega bien, que tiene ambici¨®n, al que debes temer, con una cultura muy din¨¢mica, que juega a ganar, que incluso pierde partidos porque juega a ganar. Que no se mete atr¨¢s.
P. Este es un escenario magn¨ªfico para crecer a partir de la venta de jugadores a los que se revaloriza Pero, ?esa plusval¨ªa es la v¨ªa para alcanzar esa identidad o esa grandeza?
R. ?Qu¨¦ le interesa a un aficionado del Lille? No les podemos decir que vamos a ganar Champions porque no se lo van a creer. Yo no puedo ofrecer algo en lo que no creo porque tampoco me lo creer¨ªan.
P. ?No cree que la m¨ªstica de los grandes clubes, el poder de la marca en el f¨²tbol, deriva de las aspiraciones poco realistas, e incluso delirantes?
R. Aqu¨ª la locura es plantearse jugar todos los a?os en competiciones de la UEFA con el equipo m¨¢s joven de Europa, con la ambici¨®n de competir con los grandes de igual a igual. Nadie lo ha hecho de este modo. Esto es ¨²nico. Mi ambici¨®n no es mostrar un balance de resultados y decir que todos los a?os vendemos jugadores por x millones. Mi ambici¨®n es que con un equipo joven, que no le tenga miedo a nada¡ ?El problema que tuvimos en los dos primeros partidos de Champions con el Chelsea y el Ajax fue que no fuimos capaces de inspirar esa desinhibici¨®n en los jugadores! Tenemos 21 a?os de media. Para m¨ª, intentar ganarle a los poderes establecidos cada a?o con jugadores as¨ª, haciendo buenos partidos, eso es glorioso. Quiero reunir a mis chicos al inicio de cada temporada y decirles: ¡°Mirad, nadie os conoce. Tres cuartos de vosotros nadie sabe ni qui¨¦nes sois, pero al final de la temporada ya ver¨¦is c¨®mo todo el mundo se sabe vuestros nombres¡±.
Aqu¨ª la locura es plantearse jugar todos los a?os en competiciones de la UEFA con el equipo m¨¢s joven de Europa, con la ambici¨®n de competir con los grandes de igual a igual. Nadie lo ha hecho de este modo. Esto es ¨²nico
P. Hay clubes potentes de la Premier que afrontan una paradoja. Es m¨¢s rentable invertir para clasificarse en puestos de Champions que invertir para ganarla, porque los gastos se disparan. ?El negocio del Lille es vender jugadores, rentabilizar la exposici¨®n en Champions, pero mantenerse en un segundo nivel?
P. Para m¨ª el tama?o de la inversi¨®n no equivale a los resultados. Est¨¢ claro que hay m¨¢s correlaci¨®n. Pero tambi¨¦n es cierto que puedes hacerlo muy bien con menos y construyendo paso a paso, que es lo que estamos haciendo nosotros. Por eso, para nosotros vender jugadores significa poder comprar m¨¢s.
P. ?Le gusta hablar a los jugadores?
R. S¨ª, les hablo cuando me lo piden. Porque me siento cerca de ellos. Yo he jugado a un nivel bastante alto al baloncesto en Estados Unidos. Cuando has podido vivir en un vestuario, los bajones y las subidas, cuando compartes eso con la experiencia de la vida, puedes servir como instrumento al entrenador o al director deportivo.
P. ?Ha jugado a nivel universitario en Miami?
R. S¨ª, empec¨¦ el primer a?o y me cay¨® la beca porque no ten¨ªa el nivel.
Me gusta hablar con los jugadores si el entrenador me lo pide. Soy una herramienta. Yo no soy de los que se meten por su cuenta en el vestuario. Incluso muchas veces ni saben que estoy en el vestuario. Estoy ah¨ª sentado escuchando lo que pasa, pero s¨ª analizo
P. Hay grandes presidentes que se han metido en el vestuario y han encandilado a los jugadores, como Bernab¨¦u. Pero Bernab¨¦u hab¨ªa sido jugador del Madrid y ven¨ªa de combatir en una guerra y el mundo estaba reconstruy¨¦ndose. Normalmente eso no ocurre.
R. Aqu¨ª s¨ª. Es parte de la cultura. Hay una aceptaci¨®n. Yo soy un instrumento m¨¢s del club para llegar a las cabezas de los jugadores. Luego hay un cierto respeto de como yo veo el f¨²tbol. Tanto del entrenador Jean-Paul Gaultier como del director deportivo, Luis Campos. Yo veo m¨ªnimo cuatro partidos de todas las Ligas por semana. ?M¨ªnimo! Yo s¨¦ de d¨®nde vienen todos los jugadores porque soy un apasionado y tengo capacidad de incorporar muchas informaciones. Pero para poder desempe?ar ese rol te tienen que respetar primero los profesionales. No los futbolistas sino el entorno. Si ellos te aceptan, los jugadores lo sienten. Si eres un t¨ªo que viene en plan bocazas a decir lo que no tiene que decir o cuando no debe, el entorno es el primero en resentirlo y los jugadores desconf¨ªan. Este es un club muy familiar. Estamos muy cerca unos de otros. Yo no quiero perder eso. Por m¨¢s ¨¦xito que tengamos.
P. ?C¨®mo logra mantener el equilibrio entre su presencia en el vestuario y el fortalecimiento de la autoridad del entrenador?
R. Eso no es un problema porque es el entrenador el que decide. Soy como un asistente m¨¢s del entrenador o del director deportivo. Cuando quieren, hablo. Y cuando hablo decidimos juntos los mensajes. Yo no soy de los que se meten por su cuenta en el vestuario. Incluso muchas veces ni saben que estoy en el vestuario. Estoy ah¨ª sentado escuchando lo que pasa, pero s¨ª analizo. Y luego en privado puedo opinar.
P.??No teme restar protagonismo a los jugadores?
R. Aqu¨ª funciona bien. Pero s¨¦ que en muchos otros sitios no funciona porque hay egos. Y aqu¨ª los chicos son muy jovencitos. Ellos aqu¨ª buscan los marcos. Buscan la luz que les gu¨ªa, que es el entrenador, es el director deportivo, y yo como herramienta.
De Marcelo [Bielsa] no quisiera comentar m¨¢s. Ha sido un error y es pasado
P. ?Con Bielsa la relaci¨®n era igual?
R. Era igual pero m¨¢s complicado para el club. Esto es diferente. Aqu¨ª hay una verdadera integraci¨®n de todo el club.
P. Bielsa nunca sali¨® de un club como sali¨® de Lille. En todos los lugares en los que estuvo construy¨® algo. Aqu¨ª la impresi¨®n que dej¨® es que su paso result¨® catastr¨®fico. ?Fue responsabilidad de Bielsa o suya?
R. De Marcelo no quisiera comentar m¨¢s. Ha sido un error y es pasado.
P. Pero usted atraves¨® una crisis grav¨ªsima: despedir a Bielsa, sufrir una invasi¨®n de campo, bordear el descenso... ?Qu¨¦ aprendi¨® de ese inicio tan traum¨¢tico?
R. No. Nada. Yo estaba preparado para bajar a Segunda. No habr¨ªa hecho nada sin un plan B.
P. ?No piensa que, al fin y al cabo, colonizar Siberia es m¨¢s glorioso que dirigir al Lille?
R. No. Es m¨¢s f¨¢cil. Porque en Siberia no hay nada. Es una hoja en blanco. No hay cultura. Aqu¨ª tienes una responsabilidad social. Tienes 50.000 personas que vienen al estadio, 1,2 millones en la regi¨®n; tienes los jugadores, los entrenadores, los patrocinadores¡ En Siberia te lo montas todo de la nada. Te lo creas t¨². Es como si estuvi¨¦ramos en 1944 y yo estuviera aqu¨ª con cuatro t¨ªos y decidimos montar el Lille. Siberia es el Lille de 1944. Ese Lille de 1944 es mucho m¨¢s sencillo que este, donde ya hay una cultura establecida y donde intervienen muchas fuerzas. Este es un desaf¨ªo que me encanta. El f¨²tbol para m¨ª es como una pel¨ªcula de la vida. Las cosas del f¨²tbol tienen relaci¨®n directa con la muerte y el nacimiento.
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