Salvar el valle de Yosemite
Los famosos escaladores Caldwell y Honnold estrenan una ruta en El Capit¨¢n mientras buscan reducir el impacto medioambiental
Barack Obama sonr¨ªe en la Casa Blanca junto a un ¨®leo del valle de Yosemite y su pared ic¨®nica: El Capit¨¢n. El entonces presidente norteamericano saluda la escalada m¨¢s alucinante de la historia del valle, es decir, la pared del Dawn Wall completada en libre por Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson en 2015. Yosemite es un h¨ªbrido de naturaleza salvaje y parque de atracciones. Uno puede estar viviendo la aventura de su vida en una de sus paredes y contemplar al mismo tiempo una caravana de veh¨ªculos recorriendo la carretera que entra y sale del lugar para ¨¦xtasis de los turistas. Es como estar en Marte y en un parque tem¨¢tico al mismo tiempo. En Estados Unidos, muchos escaladores y alpinistas, guiados por sus patrocinadores o por voluntad propia, defienden con obstinaci¨®n la sostenibilidad medioambiental de sus actividades. Atr¨¢s qued¨® el tiempo en el que en las repisas donde los escaladores dorm¨ªan para completar la c¨¦lebre ruta The Nose a El Capit¨¢n se amontonaba la basura y hasta un radiocasete para amenizar las noches inc¨®modas. Si las regulaciones en los parques nacionales de Estados Unidos son severas per se, parte de la comunidad local de escaladores m¨¢s respetada ha hecho suyo el mensaje de responsabilidad medioambiental.
Nadie como Alex Honnold y Tommy Caldwell para abanderar un intento de racionalizar la explotaci¨®n tur¨ªstica del valle, entendiendo por turistas tanto a los escaladores como a los senderistas y dem¨¢s curiosos. Y su forma de gritar la necesidad de respetar el entorno no es otra que escalar duro y captar la atenci¨®n de los medios. Juntos, y con la ayuda de Kevin Jorgeson, acaban de abrir y escalar en libre una l¨ªnea que llevaba casi dos d¨¦cadas esperando su finalizaci¨®n. Caldwell asegura que Honnold es su ¡°compa?ero perfecto¡±, pero durante su visita a Bilbao hace un a?o recordaba entre risas lo cr¨ªtico que fue ¡°con un tipo que pod¨ªa matarse cada vez que decid¨ªa escalar sin la protecci¨®n de la cuerda¡±.
Ahora grandes amigos, juntos han firmado momentos ¨²nicos en la historia de la escalada: la traves¨ªa del Fitz Roy en la Patagonia argentina, su r¨¦cord de velocidad en The Nose o la conclusi¨®n de este ¨²ltimo proyecto, un pelda?o m¨¢s f¨¢cil que el Dawn Wall pero a¨²n con todo tremendamente dif¨ªcil.
En el a?o 2000, el enfant terrible del alpinismo ingl¨¦s, Leo Houlding, se impuso el reto de abrir una v¨ªa a la derecha de The Nose. Abandon¨® a mitad de pared, reconociendo que era demasiado dif¨ªcil, incluso para ¨¦l. Circul¨® entonces un v¨ªdeo en el que se le ve¨ªa despegando de la vertical para ir a alcanzar un agarre, un movimiento din¨¢mico impensable en el reino de la escalada artificial. Caldwell contaba 19 a?os cuando conoci¨® a Houlding, momento que cambi¨® su ¡°forma de entender la escalada¡±. ¡°Me gusta honrar la historia de la escalada y ha sido un honor acabar el proyecto de Leo, por eso creo que la nueva v¨ªa conservar¨¢ el nombre que quiso darle: Passage to Freedom [Camino a la Libertad]¡±, aclara Caldwell.
Alex Honnold lleva tiempo implicado en aumentar la visibilidad de su Honnold Foundation, para la que dona un tercio de sus ingresos con el fin de proporcionar electricidad a comunidades de varios pa¨ªses africanos.
En septiembre y octubre, El Capit¨¢n se convierte en la meca de la escalada en pared. Hay cola para escalar The Nose; tanto, que muchos han de abandonar su sue?o: sencillamente, no hay sitio para todos en una pared que se recorre (de media) con dos vivacs. En temporada alta, los visitantes solo pueden dormir en el parque una semana y los escaladores deben llevar consigo letrinas qu¨ªmicas a la pared. Se organizan batidas en las que voluntarios (escaladores o no) recorren el lugar limpiando a fondo parkings y sectores de escalada, pero escalar es una actividad cada vez m¨¢s popular y se entiende que es preciso adaptarse a la demanda para no arruinar un lugar tan bello como ic¨®nico. Ser¨¢ la prueba m¨¢s dif¨ªcil para Caldwell y Honnold.
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