Nadie compite como Nadal
El n¨²mero uno remonta de forma incre¨ªble ante Medvedev (6-7, 6-3 y 7-6, en 2h 46m) y se jugar¨¢ el acceso a las semifinales contra el clasificado Tsitsipas, esperando un favor del ruso ante Zverev
En la atm¨®sfera nocturna del O2, Rafael Nadal choca contra un muro. Pero se levanta, una y mil veces si hace falta, porque nadie compite como ¨¦l. Firma una incre¨ªble remontada frente a Daniil Medvedev (6-7, 6-3 y 7-6, en 2h 46m), gana su segundo partido en el Masters y cuando hab¨ªa tenido pie y medio fuera del torneo revive como un f¨¦nix. Aunque le falte chispa, se agarra con u?as y dientes a un escenario hostil que le empuja hacia la puerta de salida. Sin embargo, se revuelve y voltea una situaci¨®n l¨ªmite para reescribir un choque que se le hab¨ªa puesto imposible. Ahora, pues, el presente le brinda otra bala este viernes, ante Stefanos Tsitsipas. El griego bati¨® a Alexander Zverev (6-3 y 6-2) y se uni¨® a Dominic Thiem en las semifinales.
De esta forma, Nadal deber¨¢ ganar al griego Tsitsipas (15.00, #Vamos) y confiar en que Medvedev pueda con el alem¨¢n Zverev (21.00, Movistar+ Deportes), teniendo en cuenta que ambos conservan posibilidades de progresar. Es decir, el de Manacor no puede fallar y aun venciendo no depende de s¨ª mismo; necesita un favor del ruso.
El arranque transcurri¨® a un ritmo lento y cansino, como si ambos se hubiesen vaciado y hubieran quemado todo el combustible en la final neoyorquina de hace un par de meses. En realidad, nada nuevo por parte de Medvedev, siempre maquiav¨¦lico en los planteamientos y la propuesta; un prestidigitador en toda regla porque sin que se entere el adversario hace que todo acontezca en slow motion, a c¨¢mara lenta, y para cuando el rival quiere reaccionar su raqueta y sus movimientos ya se han anquilosado. Es el ruso un congelador, tenista enga?oso como pocos. Apu?ala en silencio, con discreci¨®n.
Lo sabe Nadal, al que el contratiempo abdominal de Bercy le ha penalizado y acusa ahora falta de ritmo, por m¨¢s que haya apretado en la puesta a punto de estos ¨²ltimos d¨ªas. Va justo el balear y en Londres no hay un solo segundo de bonus, de modo que intent¨® quitarse de encima el espeso tempo que impon¨ªa el de Mosc¨² tratando de irse hacia adelante. Decidi¨® morder frecuentando la red y su paso adelante favoreci¨® al partido, aunque Medvedev manej¨® con seguridad la situaci¨®n, cerr¨¢ndole una y otra vez la puerta e imponiendo su rev¨¦s a la aletargada derecha del espa?ol.
Con 3-3, Nadal abort¨® un primer punto de emergencia, pero conforme m¨¢s iba creciendo su juego, mejor replic¨® Medvedev. Se impulsaron ambos, lo agradeci¨® la grada y el pulso se deshizo de la anestesia. Ah¨ª se soltaron. Se estrecharon las distancias y entraron en un cuerpo a cuerpo que de entrada control¨® mejor el ruso, m¨¢s entero y menos impreciso, siempre un metr¨®nomo al que nunca se le acaban las pilas. Se adjudic¨® el tie-break con relativa suficiencia (7-3) y desnivel¨® el cruce, pero a Nadal todav¨ªa la faltaban cosas por decir.
Eran ya tres sets ¨Clos dos del estreno ante el alem¨¢n Zverev y este primero¨C sin nada que llevarse a la boca al resto, sin una sola opci¨®n de rotura. Demasiado para el mallorqu¨ªn, el competidor que intimida con un simple estornudo, especialista en engancharse a los partidos aunque vengan mal dadas. A la que enton¨® un poco el drive, su bola gan¨® pes¨® e hizo recular un par de pasos a Medvedev, siempre tieso y lineal, pero bastante deficitario con la derecha. En ocasiones, el ruso hace lo m¨¢s dif¨ªcil y falla en pelotas francas, pero aun as¨ª es una roca.
Del cortocircuito a la ¡®resurrecci¨®n¡¯
No se va de los partidos ni a patadas, no pierde el sitio ni con escalpelo. Pero tambi¨¦n es humano. Nadie, ni siquiera el mism¨ªsimo Nadal, ni Djokovic o Federer, es inmune al v¨¦rtigo. Pese a ceder el primer servicio del segundo parcial y de que Nadal consiguiera equilibrar con su mejor fase de tenis en el torneo ¨Csolo tres errores en la segunda manga¨C, el n¨²mero cuatro (23 a?os) contragolpe¨® con el empaque de los elegidos. Hay jugador ah¨ª, vaya que s¨ª lo hay; ninguna sorpresa, pero el relato del circuito puede dar un giro importante si definitivamente ¨¦l da un segundo paso al frente.
Macizo en la defensa y liberado en la fase ofensiva, sac¨® el fusil ¨C21 aces y 41 ganadores¨C, dio un par de empellones ¨Cdoble break, y 4-0 de inicio en la manga definitiva¨C y puso al campe¨®n de 19 grandes entre la espada y la pared. Sin embargo, no hay competidor m¨¢s fiero que Nadal, el deportista de las mil vidas. Del 5-1 y bola de partido adversa al 5-5. La afici¨®n arrop¨¢ndo descaradamente al balear, y Medvedev cortocircuitando y aplaudiendo con iron¨ªa a los ingleses. Colapsado, fue cediendo terreno y produciendo errores (40 frente a 27) mientras el n¨²mero uno, muy astuto, aplic¨® la m¨¢xima que tantas y tantas veces le repiti¨® su t¨ªo Toni, porque sencillamente era lo que proced¨ªa: meter siempre una bola m¨¢s dentro.
De ah¨ª a la salvaci¨®n, el reenganche al Masters. La en¨¦sima resurrecci¨®n.
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