El Liverpool no puede con el N¨¢poles y se jugar¨¢ el pase en la ¨²ltima jornada
Lastrado por las rotaciones, el equipo de Klopp se estrella contra la defensa cerrada que plantea Ancelotti en Anfield y ahora se arriesga a quedar eliminado si pierde en Salzburgo
Carlo Ancelotti es un hombre solo. Ignorado por sus jugadores y condenado por su presidente en la absurda crisis del mot¨ªn del 5 de noviembre, el t¨¦cnico del N¨¢poles asiste con cara de p¨®ker al desgarro entre palco y vestuario. Con la misma cara se present¨® en Anfield, y sin mover apenas los m¨²sculos faciales obr¨® impert¨¦rrito una doble proeza: empat¨® en casa del Liverpool (1-1) despu¨¦s de ganarle en la ida (2-0).
El doble resultado sirve al equipo italiano para aliviar la tremenda tensi¨®n que le ahoga y abre el abanico de la ¨²ltima jornada. El 10 de diciembre el N¨¢poles recibir¨¢ al Genk en el San Paolo sin la clasificaci¨®n asegurada y el Liverpool viajar¨¢ a Salzburgo con la misi¨®n de sortear lo improbable. Una derrota en Austria clasificar¨ªa al Salzburgo y podr¨ªa dejar al vigente campe¨®n de la Champions fuera de los octavos de final.
"Llevo cuatro a?os aqu¨ª", dijo J¨¹rgen Klopp. "Decidme: ?cu¨¢ndo fue f¨¢cil?".
Alguien coment¨® al t¨¦cnico del Liverpool, tras el partido, que el viaje a Salzburgo no ser¨ªa f¨¢cil. Klopp record¨® que en 2017 el Liverpool debi¨® ganarle al Spartak en la ¨²ltima jornada del grupo para pasar a octavos, y luego alcanzaron la final de Kiev; y que el a?o pasado, tras perder en Par¨ªs, tuvieron que ganarle al N¨¢poles en Anfield en un partido ag¨®nicio en la ¨²ltima jornada, y acabaron levantando el trofeo en Madrid.
"La gente espera que acabemos la fase de grupos en una especie de partido de vacaciones en Salzburgo", ironiz¨® Klopp. "Pero eso no ocurrir¨¢ jam¨¢s. No recuerdo un solo partido de Champions desde que trabajo aqu¨ª en el que hayamos ido a un campo con el 50% de la clasificaci¨®n lograda. Esa es nuestra situaci¨®n. No es brillante pero est¨¢ ok. Ahora debemos aprovechar esa sistuaci¨®n".
Klopp hizo rotaciones, seguramente sin m¨¢s remedio que oxigenar a una plantilla que da s¨ªntomas de agotamiento. El estilo vertiginoso de termomix que ha gastado el Liverpool en la Premier, el torneo m¨¢s exigente que existe en el plano f¨ªsico, ha llevado a los jugadores al l¨ªmite. Para dosificar esfuerzos el t¨¦cnico dej¨® en el banquillo a Alexander-Arnold y a Wijnaldun, dos de sus hombres con m¨¢s kil¨®metros en las piernas. El equipo not¨® las ausencias. Pero ni as¨ª sorte¨® Klopp los problemas f¨ªsicos que amenazan a su plantilla: Fabinho se retir¨® lesionado y Van Dijk jug¨® medio cojo, ambos v¨ªctimas de golpes y torceduras que los futbolistas descansados suelen esquivar.
Van Dijk se lesion¨® cuando fue a despejar una pelota llovida sobre el mediocampo. El central miraba al cielo y Mertens, que lo miraba a ¨¦l, lo desequilibr¨®. La jugada sigui¨® de forma aparentemente aleatoria. La pelota cay¨® en Di Lorenzo y el lateral envi¨® un pase largo al espacio que se abr¨ªa entre el c¨®rner y la banda. Ah¨ª hab¨ªa un vac¨ªo. Una pradera despoblada a la que acudi¨® como impulsado por un resorte interior el propio Mertens. Pocos atacantes en el mundo sienten mejor la llamada del vac¨ªo que este belga impredecible. Cuando Robertson quiso seguirle ya se hab¨ªa ido. Cuando Lovren quiso cerrar, ya hab¨ªa pasado. Alisson solo pudo tapar su palo. Mertens le meti¨® el gol por el otro. Tir¨® cruzado al rinc¨®n libre. Klopp mir¨® la escena como si no lo pudiera creer.
El 0-1 expuso las miserias del Liverpool, que son pocas y suelen aflorar cuando acomete defensas ordenadas que le niegan los espacios. Ancelotti form¨® dos l¨ªneas de cuatro claramente defensivas. Atr¨¢s Maksimovic, Manolas, Koulibaly y Rui; por delante Di Lorenzo cerrando como segundo lateral en la derecha, Fabi¨¢n tapando la izquierda, y Allan y Zielinski, dos maratonianos, en el medio para impedir que los rivales triangularan con Firmino.
Taponados los costados, el Liverpool no logr¨® explotar el recurso de ¨²ltima instancia de su ataque. Los laterales no pudieron ser desequilibrantes. Joe Gomez y Robertson pincharon en hueso. Lo mismo que Oxlade y Henderson cuando en la segunda parte Klopp les mand¨® a hurgar en las bandas. Sin la ventilaci¨®n que les llega del exterior, el tridente de Salah, Firmino y Man¨¦ perdi¨® capacidad para sorprender. Medio agobiado ante la falta de oportunidades de remate, el Liverpool solo dispuso de dos ocasiones n¨ªtidas. Un error de Meret, el portero italiano, que dej¨® la pelota botando a Firmino; y un c¨®rner que cabece¨® Lovren a gol. Lo justo para empatar. Pero no lo suficiente para asegurar la clasificaci¨®n.
"Estamos empezando a dejar nuestros problemas atr¨¢s", observ¨® Ancelotti tras el partido. "Este equipo todav¨ªa est¨¢ vivo. Anfield es un lugar especial y sab¨ªa que jugar¨ªamos bien. Puede que no hayamos sido agradables de ver, desde un punto de vista est¨¦tico. Pero fuimos s¨®lidos".
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