¡°A?oro la ¨¦poca en la que gan¨¢bamos medallas¡±

En balonmano, Silvia Navarro solo quiso ser portera. En f¨²tbol, solo quer¨ªa ser delantera. Antes de instalarse bajo palos en las pistas, a mediados de los ochenta, esta valenciana pens¨® en dedicarse a meter goles en un campo de f¨²tbol. ¡°Al principio, tampoco lo ten¨ªa muy claro entre las dos cosas¡±, reconoce. ¡°Soy una friki de los deportes, y muy futbolera. En la adolescencia, cuando me iba a veranear a Cullera, no tocaba el balonmano para nada y jugaba al f¨²tbol con mis amigos, pero nunca de portera, ni de broma. Ah¨ª se tira muy fuerte¡±, comenta entre risas. Todav¨ªa hoy, con 40 a?os, la ¡°pelotita¡±, como la llamaba su madre de peque?a, se le va f¨¢cil a la pierna izquierda y en los entrenamientos es habitual verla dando toques con otras compa?eras.

As¨ª har¨¢ tambi¨¦n en el Mundial de Jap¨®n que ha empezado este s¨¢bado. Espa?a debut¨® arrollando a Rumania (16-31) en un esperanzador reinicio para un equipo con marca propia, las Guerreras, que busca la luz perdida.?No lo tendr¨¢ f¨¢cil pese a este arranque. Por su pasado reciente (no ha pasado del und¨¦cimo lugar en los tres ¨²ltimos campeonatos) y porque cuatro d¨ªas antes de volar perdi¨® por lesi¨®n a una de sus almas, Carmen Mart¨ªn. Pero necesitar¨¢ resurgir m¨¢s que nunca, ya que este torneo es la ¨²ltima oportunidad de aspirar a la clasificaci¨®n para los Juegos (la campeona va directa y del segundo al s¨¦ptimo, al preol¨ªmpico).

Desde la plata europea de 2014, la selecci¨®n siempre ha visto el podio de lejos. ¡°Siento un poco de a?oranza de la ¨¦poca de triunfos, cuando gan¨¢bamos medallas, aquellos fueron momentos muy buenos¡±, se sincera Navarro, 198 veces internacional, superviviente de la exitosa vieja guardia. La traum¨¢tica eliminaci¨®n en cuartos de R¨ªo 2016 contra Francia distanci¨® definitivamente a Espa?a de los puestos de honor. Tras llorar en la cancha, su compa?era de habitaci¨®n en la Villa Ol¨ªmpica, Eli Ch¨¢vez, le propuso ver repetido el partido esa misma noche, pero ella tard¨® un a?o y medio en hacerlo. El dolor la paralizaba.

"La lucha de las futbolistas no me da envidia, me gusta que las mujeres nos juntemos por algo com¨²n"

Antes de ese trauma, esta portera menuda de 1,67m que desafi¨® la norma no escrita de guardametas gigantes, fue protagonista destacada en tres de los cuatro ¨²nicos metales (una plata europea en 2014, un bronce mundial en 2011 y un bronce ol¨ªmpico en 2012) que se ha colgado Espa?a en su historia (adem¨¢s, otra plata europea en 2008). Ahora, lejos de los d¨ªas de vino y rosas, lidera junto a Nerea Pena y Shandy Barbosa una mezcla de veteran¨ªa y juventud entrenada por Carlos Viver y mutilada a ¨²ltima hora por la ca¨ªda de Carmen Mart¨ªn. ¡°Vivimos un momento de transici¨®n, pero tambi¨¦n pasamos por ese proceso antes. Hay que dar tiempo a este equipo. Llegar al podio es dif¨ªcil, pero no imposible. La esperanza es lo ¨²ltimo que se pierde¡±, dice agarr¨¢ndose al t¨®pico como el ¨²ltimo recurso para creer. El camino en esta cita es empinado desde el principio, con tres equipos europeos (Rumania, Hungr¨ªa y Montenegro) en un grupo en el que pasan tres a la segunda fase (tambi¨¦n de grupos).

Durante el curso, el caso de esta portera es peculiar porque, a diferencia de gran parte de la ¨¦lite del balonmano femenino espa?ol, no juega en un club extranjero. Lo hace en el Rocasa Gran Canaria. La crisis econ¨®mica hundi¨® la Liga, igual que le ocurri¨® a la masculina, y muchas de sus compa?eras de selecci¨®n decidieron emigrar para mantener el estatus. En esta convocatoria, por ejemplo, la mitad compite fuera. ¡°A m¨ª la lucha de las futbolistas por un convenio colectivo me gusta, no me da envidia. Me gusta que las mujeres nos juntemos por algo com¨²n¡±, afirma.

La ventaja de la crisis

"Yo en su d¨ªa me march¨¦ un a?o a Rumania forzada por la situaci¨®n y no me arrepiento. Me sirvi¨® mucho como vivencia personal y deportiva, pero ten¨ªa ganas de volver, era fundamental para m¨ª", explica. La han tentado con contratos jugosos, aunque ella se mantiene firme y, ya en la cuarentena, no parece f¨¢cil que vuelva a irse. "Poco a poco, los clubes se van recuperando", asegura, aunque la selecci¨®n sigue siendo la bandera, incluso en ¨¦pocas alica¨ªdas como esta. "Para mi sorpresa, la gente nos conoce, nos pregunta de balonmano", apunta. "La ventaja de la crisis es que dio la oportunidad a las j¨®venes de competir a alto nivel. Eso antes era impensable".

"Para mi sorpresa, la gente nos conoce, nos pregunta de balonmano"

Debajo de la porter¨ªa, la valenciana tambi¨¦n es especial. Su altura y corpulencia no responden al estereotipo cl¨¢sico en su puesto. ¡°Mi primera entrenadora ya me dijo que no iba a crecer mucho y encarg¨® potenciarme las piernas. Me mandaba 300.000 ejercicios de pesas y yo me enfadaba, pero, sin ella, no hubiese llegado hasta aqu¨ª. Ning¨²n t¨¦cnico dud¨® de m¨ª, solo intentaron poner soluci¨®n a un problema de tallaje. Ahora da igual medir 1,67 o 1,80¡±, se?ala esta portera risue?a fuera del 40x20, pero muy seria dentro. ¡°No me gusta gritar ni echar broncas a las compa?eras¡±, confiesa.

De piernas va sobrada. Y de oficio, tambi¨¦n. Su edad casi dobla la media de toda la Divisi¨®n de Honor (23,7). ¡°Me preguntan un mont¨®n por mi retirada, pero voy a?o a a?o. Tampoco puedo estirar mucho la carrera¡±, asume. ¡°A m¨ª no me cansa el balonmano ni entrenar. Lo peor es el tiempo que me resta de estar con la familia¡±. Silvia Navarro pertenece al escaso grupo de deportistas de alto nivel y madres, una tarea "dif¨ªcil compaginar¡±. Su caso no es ¨²nico entre las Guerreras. Shandy Barbosa no estuvo en el pasado Europeo por estar embarazada. Ellas dos, Nerea Pena y Lara Gonz¨¢lez, sobre todo, deben guiar a una selecci¨®n que acude a Jap¨®n sin red si quiere volver a Tokio el pr¨®ximo verano.