La transg¨¦nero que se qued¨® sin Mundial femenino seis a?os despu¨¦s de disputar el masculino
La jugadora australiana de balonmano Hannah Mouncey, que en 2013 compiti¨® en Espa?a con el nombre de Callum, denuncia el veto de compa?eras. La federaci¨®n de su pa¨ªs estudia el caso
El 15 de enero de 2013, la selecci¨®n espa?ola de balonmano logr¨® ante Australia su victoria m¨¢s amplia en un Mundial (51-11), anticipo del inolvidable t¨ªtulo que conseguir¨ªa dos semanas despu¨¦s en Barcelona. Sin embargo, la amnesia en el bando Hispano respecto a este partido es general. Todos daban por descontada la paliza y resulta casi imposible que alguien recuerde algo, por ejemplo, del m¨¢ximo goleador aussie, el pivote Callum Mouncey. Un fortach¨®n de 23 a?os, de 100 kilos y casi 1,90m, con el 6 a la espalda, y el pelo corto y rubio. Ese era su primer torneo internacional importante y esa tarde en Madrid meti¨® cuatro tantos.
Nadie pod¨ªa imaginar la historia que hab¨ªa detr¨¢s de ese jugador y lo que iba a venir. Ahora se llama Hannah Mouncey, es una deportista transg¨¦nero y aspiraba a disputar el Mundial femenino de balonmano que arranc¨® el pasado s¨¢bado en Jap¨®n, solo seis a?os despu¨¦s de hacerlo en el masculino. Ella estaba convencida de que as¨ª ser¨ªa, pero a ¨²ltima hora se cay¨® de la convocatoria. Seg¨²n su testimonio, por el veto de parte de sus compa?eras, que rechazan su presencia en los vestuarios y las duchas. La federaci¨®n de su pa¨ªs niega que esta sea la raz¨®n, pero un tribunal de la organizaci¨®n estudia el caso.?A la vista de los resultados en lo que va de campeonato (cuatro palizas en sendos partidos y el rid¨ªculo registro de siete goles metidos ante Francia), no parece que le hubiera sobrado su presencia en el pa¨ªs asi¨¢tico.
En realidad, si Australia compite en la Copa del Mundo es, tambi¨¦n, por los tantos de Hannah Mouncey. En su debut con la selecci¨®n femenina, en el torneo clasificatorio celebrado hace un a?o, anot¨® 23 dianas en seis partidos, claves para obtener el billete. Sin embargo, confiesa que su encaje en el d¨ªa a d¨ªa del equipo, m¨¢s all¨¢ de la pista, chirri¨® desde el primer momento. "Nunca me sent¨ª parte del grupo. Eso lo habl¨¦ muchas veces con la entrenadora", apunta. Y ahora, tras verse fuera de las 16 elegidas, acusa a un sector del vestuario y cita con muchos detalles una conversaci¨®n con la preparadora.
Hace un a?o, en el torneo clasificatorio para este Mundial femenino, meti¨® 23 goles, claves para lograr el billete
"Ella me dijo que era la mejor pivote, pero alrededor de media docena de jugadoras se quejaron porque no quer¨ªan que usara los vestuarios y las duchas antes y despu¨¦s de los entrenamientos y partidos", denuncia Mouncey. "La raz¨®n que dieron para no convocarme fue el estado f¨ªsico, aunque la propia entrenadora me reconoci¨® que dir¨ªa eso para no contar el verdadero motivo. Yo he superado todas las pruebas f¨ªsicas", defiende esta intr¨¦pida que, despu¨¦s de ser m¨¢s fuerte que sus miedos e iniciar el tratamiento hormonal, tambi¨¦n lo intent¨® sin ¨¦xito en el f¨²tbol australiano de mujeres.
Pese a que la convivencia siempre le result¨® complicada, en la cancha se ve¨ªa segura de sus posibilidades. "En agosto hubo un torneo amistoso y acord¨¦ con la entrenadora no jugar porque nos preocupaba que otras selecciones pudieran protestar y complicar las cosas para el Mundial. Hasta ese punto formaba parte de sus planes", advierte Hannah Mouncey, que aclara que nunca ha tenido este tipo de problemas en su club, el Melbourne.
"La entrenadora me dijo que era la mejor pivote, pero media docena de jugadoras no quer¨ªan que usara los vestuarios"
La federaci¨®n australiana asegura que esto que ahora denuncia esta deportista transg¨¦nero nada tuvo que ver en la confecci¨®n de la convocatoria para el Mundial. ¡°Hay un comit¨¦ de selecci¨®n y puedo confirmar, como presidente de ese ¨®rgano, que este asunto de las duchas no form¨® parte de las discusiones¡±, se?ala Bronwyn Thompson, secretario general de la instituci¨®n, que se remite a la confidencialidad de las reuniones para no dar detalles sobre los motivos que les llevaron a no incluirla en la lista. Aunque a?ade, eso s¨ª, que el caso lo est¨¢ analizando un tribunal del ente, tambi¨¦n sin aportar m¨¢s informaci¨®n.
¡°Yo mismo escrib¨ª a Hannah un correo cuando vi un tuit suyo tras hacerse p¨²blica la selecci¨®n, pero no me respondi¨®. Tambi¨¦n ten¨ªa derecho a apelar, y no lo hizo¡±, contin¨²a Thompson. ¡°No sab¨ªa que pod¨ªa recurrir¡±, reconoce la jugadora. ¡°?Pero para qu¨¦? ?Qui¨¦n quiere formar parte de un equipo donde no te aceptan?¡±, se pregunta.
Hannah Mouncey, ahora de 30 a?os, admite que le cost¨® mucho tiempo aceptar que era diferente. ¡°Ten¨ªa miedo. Admiro mucho a los j¨®venes que no les preocupa lo que la gente piensa de ellos¡±, se sincera. Ella no dio el gran paso hasta los 24. ¡°Comenc¨¦ el tratamiento hormonal cuando volv¨ª en 2015 del torneo preol¨ªmpico de Qatar. Y, honestamente, no deber¨ªa haber ido, no me encontraba bien mentalmente¡±, relata.?
"Ten¨ªa derecho a apelar y no lo hizo", dice el secretario general de la federaci¨®n australiana. "?Qui¨¦n quiere estar en un equipo donde no te aceptan?", responde ella
Empezar la medicaci¨®n le supuso dejar la competici¨®n durante 12 meses. En ese tiempo, sus niveles de testosterona deb¨ªan ser inferiores a los 10 nanomoles por litro, seg¨²n las normas del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. Atr¨¢s quedaba para siempre su carrera en la selecci¨®n masculina, con la que hab¨ªa disputado 22 encuentros. Debut¨® en 2012 contra Nueva Zelanda y vivi¨® su culmen en la Copa del Mundo de 2013, en Espa?a. El equipo fue un desastre (perdi¨® los cinco duelos con un saldo de -142 goles), pero la cita le sirvi¨®, entonces todav¨ªa a ¨¦l, para demostrarse que ¡°pod¨ªa jugar a ese nivel¡±. Tal vez, su mejor d¨ªa lo vivi¨® contra los Hispanos. ¡°Recuerdo haber visto con 10 a?os a Sterbik en los Juegos de Sidney con Yugoslavia y ah¨ª estaba en ese partido. No s¨¦ por qu¨¦, pero me toc¨® emparejarme mucho con el extremo V¨ªctor Tom¨¢s. En una acci¨®n choc¨® contra m¨ª y, en un receso, se me acerc¨® y me dijo que estaba muy fuerte y que no lo intentar¨ªa de nuevo¡±.
Transcurrido ese a?o de par¨®n y bajo tratamiento de estr¨®genos ¡°de por vida¡±, pudo regresar a la competici¨®n, pero esta vez ya en la femenina y muy condicionada en su juego por la p¨¦rdida de testosterona. ¡°Soy m¨¢s lenta, menos resistente y menos fuerte de piernas¡±, afirma. Eso no le impidi¨® estrenarse con el equipo nacional en diciembre en el campeonato clasificatorio para este Mundial. Y ni mucho menos desenton¨®: 23 tantos en seis partidos. Todos daban por hecha ahora su participaci¨®n en el campeonato japon¨¦s, especialmente en un equipo tan d¨¦bil. Pero la gesta ha quedado inacabada. Lo mismo le ocurri¨® con el f¨²tbol australiano, donde lo intent¨® por mera diversi¨®n, y no le permitieron jugar a nivel nacional. ¡°No daba la imagen que buscan. Las prefieren m¨¢s peque?as y m¨¢s guapas¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.