Simeone ante el abismo

Fuera de los puestos que dan acceso a Europa, con la sequ¨ªa goleadora m¨¢s acuciante de su historia que le ha deparado la peor puntuaci¨®n en 16 jornadas de la era Simeone, la estabilidad del Atl¨¦tico est¨¢ seriamente amenazada. El equipo dirigido por el entrenador mejor pagado del mundo est¨¢ s¨¦ptimo en la tabla y tiene el pase a la siguiente ronda de la Copa de Europa pendiente de confirmaci¨®n. Un traspi¨¦ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles ante el Lokomotiv de Mosc¨² generar¨ªa un maremagno de consecuencias insospechadas para un club que se ha sobredimensionado deportiva y econ¨®micamente al amparo de su entrenador y de exprimir al l¨ªmite su tesorer¨ªa para mantener su agudizada curva de crecimiento.

No peligra la cabeza de Simeone, que se ha ganado decidir c¨®mo y cu¨¢ndo dar¨¢ por finalizada su etapa en el banquillo del Atl¨¦tico. As¨ª es aceptado por el club, por la hinchada y hasta por sus cr¨ªticos. Ese es su meritorio colch¨®n, rellenado por sus ocho t¨ªtulos y porque es entra?a, v¨ªscera y fibra rojiblancas. El Cholo, como lo fue Guardiola en el Barcelona, es el club. Ha sido el entrenador que devolvi¨® a las vitrinas un t¨ªtulo de Liga 18 a?os despu¨¦s, el que lo meti¨® en dos finales de Champions, y el que gener¨® el discurso de la fe y la incomodidad para contestar al duopolio Madrid-Barcelona. Tambi¨¦n es el alma que marca los biorritmos de una entidad y una afici¨®n para la que durante ocho a?os ha ejercido y ejerce de emocional core¨®grafo.

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Ahora, la realidad dice que Simeone est¨¢ frente a la cara m¨¢s ¨¢spera y desagradecida del f¨²tbol, la negaci¨®n de los resultados que borra la memoria. Para ¨¦l, que siempre mir¨® al marcador para defenderse de las cr¨ªticas hacia su estilo de riesgos m¨ªnimos, la esperanza de enderezar el rumbo del curso pasa porque esa mejora en el juego de los ¨²ltimos cuatro partidos se refrende con goles. El contexto para salir del atolladero es complejo por el desgaste de esos ocho a?os al frente del equipo, por la exigencia que ¨¦l mismo ayud¨® a elevar, por la pujanza de equipos como el Sevilla o la Real y por la falta de goleadores solventes y estables con la que fue configurada el plantel. Con la lesi¨®n de Diego Costa, Morata se ha quedado como el ¨²nico nueve. Si el club no satisface la demanda de Simeone (Rodrigo, Cavani) el delantero madrile?o estar¨¢ obligado a disputarlo todo hasta que Costa reaparezca en febrero. Infrautilizado el enigm¨¢tico y discutido Saponjic, Simeone ech¨® de menos contra el Barcelona y el Villarreal poder contar con un delantero de ¨¢rea para ayudar o refrescar a Morata, que evidenci¨® signos de agotamiento.

Ante la crisis, tambi¨¦n las se?ales que emanan de las gradas, impensables hace nada, confirman el peor momento del t¨¦cnico. La manera con la que el Atl¨¦tico cay¨® en Tur¨ªn en los octavos de final de la pasada Champions fue un punto de inflexi¨®n en el sentir de parte la masa social. La afici¨®n le protesta que siente a Jo?o F¨¦lix y a cada tropiezo han ido aumentando los seguidores que, o le reclaman m¨¢s ambici¨®n, o le dan por amortizado.

Internamente a Simeone no se le reprocha nada o casi nada, aunque desde hace tiempo la propiedad recibe mensajes de todos los sectores del f¨²tbol que cuestionan si su libreto ha tocado techo; si est¨¢ capacitado para dar ese paso adelante que se le ha reclamado acorde con los desembolsos realizados para potenciar el plantel. El propio Simeone ha participado de reuniones con Miguel ?ngel Gil y el director deportivo, Andrea Berta, en las que se planteaba la necesidad de darle ese giro al juego del equipo, sin perder la esencia, pero dotarle de m¨¢s recursos y contundencia en ataque. En este aspecto, los n¨²meros son significativos. La solidez defensiva se ha mantenido y se mantiene m¨¢s o menos en los mismos registros, pero los goles a favor han ido descendiendo temporada a temporada para describir que el equipo ha ido atacando cada vez peor. Los grandes desembolsos realizados en jugadores creativos y goleadores para invertir esa tendencia que hoy resulta devastadora apenas han dado r¨¦ditos.

En los ¨²ltimos partidos, los jugadores, tras una tremenda bronca en el descanso del partido en Leverkusen, le han respondido con una mayor continuidad en el juego. Desde entonces, no se les ha podido reprochar que tiren una parte como ven¨ªa sucediendo. Esa cholina dio paso a un entrenador m¨¢s conciliador para rebajar tensiones. En las ¨²ltimas derrotas, en Tur¨ªn y contra el Barcelona, Simeone aguard¨® a sus futbolistas a pie de campo para felicitarles uno a uno. En sus discursos les recalca la palabra tranquilidad y ¨¦l mismo hace por transmitirla ante la prensa con un ritmo pausado en sus respuestas. Pero esa es la se?al inequ¨ªvoca de que el Atl¨¦tico de Simeone pasa por su peor momento.