El Liverpool evita la eliminaci¨®n en el avispero de Salzburgo
El vigente campe¨®n se vio desbordado ante el sorprendente equipo austr¨ªaco hasta que Keita meti¨® el 0-1 a la hora de partido. El N¨¢poles barri¨® al Genk, ¨²ltimo de antemano
Las cuotas no solo existen en los videojuegos. Cada equipo, en cada partido, dispone de una reserva cuyo destino se?ala el l¨ªmite entra la victoria y la derrota. Ll¨¢mense vidas. El Salzburgo agot¨® sus vidas antes del minuto 57. Se le escaparon cuando Hee-Chan y Minamino se quedaron mano a mano con Becker y no superaron al portero. Se consumieron cuando Haaland remat¨® al palo. Se perdieron cuando Henderson en la primera parte, y Lovren en la segunda, tocaron la pelota con la mano en el ¨¢rea del Liverpool y ni el ¨¢rbitro ni el VAR dictaminaron que aquello deb¨ªa interpretarse como penalti. Ah¨ª se qued¨® fuera de la Champions el sorprendente Salzburgo. Ah¨ª se clasific¨® el vigente campe¨®n, el Liverpool, que vivi¨® en el lado oscuro durante 57 minutos. El tiempo que tard¨® en salir del purgatorio, evitar encajar, meter el 0-1 como quien vuelve a respirar, y encauzar una victoria que le permite clasificarse como primero del Grupo E por delante del N¨¢poles.
El tortuoso camino del Liverpool en la fase de grupos se retorci¨® en la ¨²ltima jornada. Desde la primera jugada, cuando desde el estadio San Paolo de N¨¢poles llegaron noticias de jaleo. Enfrentado al Genk en el otro partido del Grupo E, el polaco Arkadiusz Milik, que lleva tres a?os languideciendo en Italia, meti¨® un hat trick entre el minuto tres y el 38.
Asegurada la clasificaci¨®n del N¨¢poles, el Liverpool se vio obligado a salvar al menos un empate. No le result¨® nada sencillo. El Salzburgo es un equipo pujante, desinhibido, bien surtido de jugadores capaces en todas sus l¨ªneas. Desde el portero, Cican Stankovic, a su delantero centro, el rubio Haaland. El conjunto austriaco oper¨® como una unidad de demolici¨®n a partir de la presi¨®n incansable y el despliegue masivo. De alguna manera, el Salzburgo se puso el traje del Liverpool. Desde el primer minuto. Empez¨® golpeando.
Takumi Minamino no se demor¨®. Este agudo mediapunta japon¨¦s, din¨¢mico y habilidoso en la elecci¨®n de los pases, dej¨® solo a Haaland ante Becker en las maniobras iniciales. Sinti¨¦ndose amenazado en su campo, el Livepool sali¨® en largo. Cada bal¨®n que pillaba Van Dijk, cada vez que Henderson oteaba el horizonte, cuando Alexander-Arnold o Robertson pod¨ªan pensar con la pelota en el pie, la respuesta conduc¨ªa al pase de 50 metros, a ser posible en diagonal, a la zona donde se presume que corren Salah o Man¨¦, m¨¢s liberados. Poco pudieron correr.
El Salzburgo no se dej¨® intimidar. Donde no alcanz¨® su defensa lleg¨® Stankovic, ¨¢gil y r¨¢pido para desmontar situaciones que anunciaban el gol. Adem¨¢s de hostigar al Liverpool cada vez que intentaba organizar el m¨¢s m¨ªnimo ataque elaborado, este equipo de aluvi¨®n se revel¨® por su excelente cuidado de la pelota. La deriva alter¨® las costumbres del Liverpool. Como vieron que no pod¨ªan con el ritmo que les imprim¨ªan, los jugadores de Klopp optaron por hacer algo que rara vez tienen que hacer en la Premier: empezaron a intentar esconder la pelota con pases hacia atr¨¢s. A ver si as¨ª cansaban a sus en¨¦rgicos rivales.
Al descanso, el Salzbugo contabiliz¨® siete tiros a puerta por dos de su adversario. El atasco se deshizo al filo de la hora de partido. Con el Salzburgo medio disperso por el efecto del cansancio, el Liverpool arm¨® una de sus jugadas patentadas: lateral-lateral-extremo. Gran parte de los goles del l¨ªder del campeonato ingl¨¦s provienen de maniobras que implican un cambio de juego de Robertson a Alexander-Arnold, o viceversa. Esta vez fue Alexander-Arnold quien cambi¨® de frente. El escoc¨¦s conect¨® con Man¨¦, y el senegal¨¦s revent¨® a la defensa cuando bajaba desencajada por la basculaci¨®n. Keita cabece¨® el centro de Man¨¦. Fue gol.
Rota la resistencia f¨ªsica y moral del Salzburgo, la sentencia no tard¨® ni un minuto en emitirse. Henderson jug¨® en largo por la banda derecha y, superado el portero en la salida, Salah emboc¨® un disparo imposible cuando ya alcanzaba la l¨ªnea de fondo. El egipcio lo celebr¨® euf¨®rico con sus compa?eros. Aliviados por fin de garantizar su permanencia en el torneo despu¨¦s de una fase de grupos que los llev¨® al l¨ªmite.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.