Fran M¨¦rida: ¡°Era un cr¨ªo, hice cosas mal¡±
El centrocampista, uno de los primeros j¨®venes espa?oles que emigr¨® al f¨²tbol ingl¨¦s, brill¨® en La Masia y fich¨® con 17 a?os por el Arsenal. Charla sobre subidas y bajadas, y su asentamiento actual en Osasuna
Siendo un adolescente, Fran M¨¦rida (Barcelona, 29 a?os) decidi¨® dejar atr¨¢s La Masia para irse a Londres e ingresar en la academia del Arsenal, mientras se le adivinaba un porvenir de oro. Era uno de los diamantes de la cantera azulgrana, pero apost¨® por la aventura cuando muy pocos lo hac¨ªan. Sin embargo, la carrera del futbolista esconde un mill¨®n de trampas y aquel chico pas¨® del brillo a la penumbra. Durante un tiempo, el centrocampista se perdi¨® en un laberinto y con la madurez reencontr¨® el rumbo y el asentamiento en Pamplona. Este s¨¢bado (21.00, Movistar LaLiga) lucir¨¢ la camiseta de Osasuna ante el Atl¨¦tico.
Pregunta. Antes de recalar en Osasuna desfil¨® por siete equipos, pero parece haber encontrado su h¨¢bitat ideal. ?Por qu¨¦ Pamplona?
R. Hay momentos predestinados para cada uno, y aqu¨ª me ha encajado todo: he sido padre, vivo en una ciudad maravillosa que tiene todo lo que necesito y el vestuario es una familia, un grupo que se comporta verdaderamente como amigos. A los navarros, si les das un poquito, te abrazan y no te sueltan. He entendido c¨®mo es este club y los valores que tiene, y me siento muy identificado.
P. Su carrera es un tanto parad¨®jica. Era un 10 de pie fino y ahora es un organizador que no se arruga. ?C¨®mo explica su evoluci¨®n?
R. Soy otro jugador. Me cri¨¦ en La Masia y despu¨¦s fui al Arsenal, donde tambi¨¦n se trata muy bien la pelota, pero luego he sabido readaptarme. Siempre he sido un jugador de buen trato de bal¨®n, pero me cost¨® darme cuenta de que con eso solo no vale. Hay que aprender a competir y entregarte al mil por mil tambi¨¦n cuando hay que volver hacia atr¨¢s. Los a?os me han ense?ado a competir mejor. Siento que estoy en mi madurez futbol¨ªstica, aunque todav¨ªa me siento joven.
En el Arsenal, con 18 a?os v¨ªv¨ªa solo en un piso. A esa edad te puedes equivocar¡±
P. De alguna manera, ?se puede decir que ahora domina el oficio?
R. Con 20 a?os piensas en otras cosas. Jugaba de mediapunta o por la izquierda, con un rol muy ofensivo, as¨ª que mi pensamiento era ser muy incisivo en el ¨²ltimo tramo del campo; ahora es distinto, porque intento tener una mirada m¨¢s panor¨¢mica del partido, analizar por d¨®nde puede estar el hueco¡ Por la posici¨®n que ocupo, tengo que ordenar a mis compa?eros de atr¨¢s hacia adelante, marcar cu¨¢ndo debemos iniciar la presi¨®n o bien ralentizar un poco el tema. Ahora tengo que estar concentrado en todas las facetas del juego, no solo en atacar, y he llegado a la conclusi¨®n de que me gusta m¨¢s jugar de pivote que de mediapunta. Crec¨ª con el toque, pero ahora me siento mucho m¨¢s realizado y m¨¢s completo.
P. Por su trayectoria, ?se siente un poco desenga?ado con el f¨²tbol?
R. No creo que sea la palabra. Hasta que fui al Atl¨¦tico [2010] todo me hab¨ªa ido genial, pero a partir de ah¨ª tuve tres o cuatro a?os en los que estuve mal, y eso afect¨® a mi vida. Lo pas¨¦ muy mal, y no quer¨ªa eso; era un chaval joven que lleg¨® a jugar a la liga inglesa y despu¨¦s vino lo del Atl¨¦tico, y me ocurri¨® todo muy r¨¢pido. Quiz¨¢ eso me gener¨® unas expectativas que al no cumplirse me hicieron pasarlo muy mal.
P. ?Y c¨®mo logr¨® reaccionar?
R. Lleg¨® un momento en el que cambi¨¦ el chip y me dije: mira, tengo 24 a?os y he vivido mucho, as¨ª que vamos a aprender. Me mir¨¦ al ombligo, hice autocr¨ªtica y trat¨¦ de cambiar h¨¢bitos. Me reubiqu¨¦ en todos los sentidos y me acerqu¨¦ a personas que verdaderamente me quer¨ªan. Empec¨¦ de cero y a partir de ah¨ª no permit¨ª que el f¨²tbol me entristeciera.
P. ?Est¨¢n los j¨®venes talentos de ahora m¨¢s preparados para dar el gran salto?
R. No lo s¨¦¡ Cuando decid¨ª marcharme a Inglaterra, lo hice muy feliz. Hasta los 16 estuve en la cantera del Barcelona, un lugar especial, pero cuando acababa el partido me iba con mi familia a casa y no pensaba en si iba a llegar o no a Primera. No era consciente hasta que surgi¨® la opci¨®n del Arsenal; en ese momento me dije: esto va en serio.
P. ?Es muy dif¨ªcil abandonar un club como el Bar?a?
R. El tema es que no dejaba atr¨¢s solo el Barcelona, sino tambi¨¦n a mi hermana y a mis padres, a mi colegio y a mis amigos de toda la vida¡ No tom¨¦ la decisi¨®n en cinco minutos, pero no tuve miedo.
P. Ahora el adolescente emigra con m¨¢s facilidad, pero entonces era distinto. Usted figura entre los pioneros.
R. Primero se fueron all¨¢ Cesc y Piqu¨¦, y luego llegamos Sergio Tejera y yo. Ahora es mucho m¨¢s habitual. No era com¨²n irse tan joven, pero volver¨ªa a hacerlo. Deportivamente hablando, al Arsenal le debo la vida. Sin menospreciar ni mucho menos al Barcelona, en el que estuve ocho a?os, el Arsenal me permiti¨® formar parte de un club en el que no he estado en mi vida: todos los detalles, c¨®mo cuidan la cantera, las instalaciones, la filosof¨ªa¡ Me enamor¨¦ de ¨¦l. Y luego estaban [Ars¨¨ne] Wenger y Francis [Cagigao], que fue la persona que vino a verme a Barcelona a jugar antes de presentarme la oferta.
Las etiquetas no son buenas para los j¨®venes. Al final solo pueden hacerles da?o¡±
P. Se desplaz¨® con 17 a?os, sin su familia. ?C¨®mo afront¨® la soledad?
R. Al principio viv¨ª con una familia que me trat¨® fenomenal, pero estaba muy lejos de los m¨ªos. Cuando tienes esa edad, a tres mil kil¨®metros de casa y con dinero, puedes tomar decisiones equivocadas. A los 18, yo ya viv¨ªa solo en un piso. Hablo de que a lo mejor sales de fiesta un d¨ªa que no toca, de que igual tienes un problema muscular y no sabes parar, de que un d¨ªa te pides una pizza¡ Eliges mal, eres un cr¨ªo. Estaba solo, pero en realidad lo decid¨ª as¨ª.
P. ?Por qu¨¦?
R. Mi familia me pregunt¨®, pero les dije que se quedaran en Barcelona porque no quer¨ªa arrastrarles a ellos tambi¨¦n. Mi padre trabajaba en un taller de coches, mi madre fregaba escaleras y mi hermana [Sara, exjugadora del Espanyol] era una adolescente y ten¨ªa su mundo. Quiz¨¢ deber¨ªa haberme abierto m¨¢s al apoyo familiar, pero me parec¨ªa muy ego¨ªsta. Llevaban en el barrio toda la vida y tener que irse a Londres de repente, aprender otro idioma¡ No quer¨ªa eso para ellos.
P. ?Ahora est¨¢n mejor asesorados los j¨®venes?
R. No hay que ponerles esas etiquetas de ¡®es el nuevo x¡¯. No, porque al final solo puede hacerles da?o. Lo que s¨ª creo es que los de hoy d¨ªa son m¨¢s profesionales de lo que fuimos nosotros. Ahora, con 20 a?os, tienen dietistas y entrenadores personales, y el noventa y nueve por ciento de mi quinta no cont¨¢bamos con nada de eso.
P. ?Hasta qu¨¦ punto pudo perjudicarle la comparaci¨®n con Cesc?
R. A m¨ª nunca me ha gustado leer la prensa. Me gusta estar tranquilo en casa y desconectar, pero al final me llegaba. Mis amigos me escrib¨ªan y me dec¨ªan: oye, sales en el peri¨®dico¡ A veces es inevitable, pero pensaba: ?acaso este hombre que ha escrito que soy el nuevo Cesc me ha visto jugar realmente o me conoce? ?O es solo por haber ido al Arsenal? ?Me ha seguido lo suficiente como para hacer ese juicio? No lo hac¨ªan con mala intenci¨®n, pero¡ A m¨ª no lleg¨® a afectarme, porque sab¨ªa que ten¨ªa que seguir mi propio camino.
P. Y se dirigi¨® hacia el Calder¨®n. ?Por qu¨¦ no triunf¨® en el Atl¨¦tico?
R. Tengo una espina clavada, porque siempre he sido colchonero. Obviamente, ahora lo vivo de otra manera por mi profesi¨®n, pero no lo escondo. El otro d¨ªa le comentaba a un amigo que ojal¨¢ hubiera estado como ahora cuando firm¨¦ por el Atl¨¦tico, en todos los sentidos: cabeza, f¨ªsico, entorno... No voy a excusarme, para nada, pero me hac¨ªan jugar por la banda izquierda y no era un jugador r¨¢pido. A eso se le uni¨® que no era ni la mitad de maduro de lo que soy ahora y que no ten¨ªa los mismos h¨¢bitos, porque viv¨ªa solo tambi¨¦n. Ojal¨¢ hubiera estado igual de mentalizado. No s¨¦ qu¨¦ hubiera ocurrido, pero me habr¨ªa ido mucho mejor, segur¨ªsimo.
P. Tuvo un desencuentro con Quique S¨¢nchez Flores, ?no es as¨ª?
R. Coincid¨ª con ¨¦l y luego con El Cholo. Iba entrando en las rotaciones, porque no era titular, pero participaba a pesar de que hab¨ªa jugadores como Ag¨¹ero, Reyes, Simao, Forl¨¢n... Me llevaba muy bien con ¨¦l, pero un d¨ªa tuvimos una conversaci¨®n y despu¨¦s de eso me pas¨¦ tres meses sin ir convocado. A la cuarta semana fui a su despacho, porque ten¨ªa 20 a?os y no sab¨ªa qu¨¦ estaba pasando; me pidi¨® tranquilidad, pero a partir de ah¨ª vi algunos detalles que no me gustaron y me desanim¨¦. Perd¨ª la ilusi¨®n, y eso es algo que ahora, aunque me pasase un mes sin jugar, no volver¨ªa a pasarme. No estuve a la altura del club.
P. Luego se fue a Portugal y m¨¢s tarde a Brasil. Este ¨²ltimo, un movimiento extra?o, ?no?
R. Estaba jugando con el H¨¦rcules, en Segunda, y las cosas no iban nada bien. Me dijeron que iban a hacer un equipo para pelear por subir y a la segunda jornada solo ten¨ªamos 13 fichas profesionales. No era lo que me prometieron y se junt¨® un poco todo: estaba un poco mosqueado con la vida, me sent¨ªa enga?ado y estaba desilusionado, as¨ª que decid¨ª irme a Brasil. Me llegaron cosas del extranjero y al final firm¨¦ un a?o con el Paranaense. Me ofrecieron un buen contrato y prob¨¦ suerte, y al final estuve dos temporadas.
P. Despu¨¦s se qued¨® sin equipo y empez¨® a entrenarse con uno de Tercera. ?Temi¨® que se perdiera su carrera?
R. No. Cuando volv¨ª de Brasil, en el verano de 2014, me llegaron otras cosas del extranjero, pero estaba tan bajo mentalmente que decid¨ª ser honesto. Recuerdo una conversaci¨®n con un presidente de un club de Grecia. Le dije: mire, estoy si¨¦ndole honesto, es que si voy no voy a estar bien, no estoy motivado¡ Y estaba todo apalabrado. Decid¨ª quedarme en Espa?a y esperar. En verano no sali¨® nada de Segunda Divisi¨®n y esper¨¦; me fui a entrenar medio a?o con El Prat y al final firm¨¦ con el Huesca y ascendimos. Esos seis meses lo pas¨¦ mal, pero son lo mejor que me ha pasado para darme cuenta de muchas cosas. Necesitaba un ba?o de realidad.
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