El Celta solo puede ponerse a cubierto en Getafe
El equipo de Bordal¨¢s acorrala con diez a un rival inerme que salva el empate tras sufrir un bombardeo
Sin Aspas, su timonel, y con un pie en el descenso, el Celta salt¨® al campo del Getafe obligado por una situaci¨®n desesperada. Pero, para perplejidad de los jugadores del Celta y del p¨²blico que abarrot¨® el Coliseum, el equipo que jug¨® con desesperaci¨®n fue el Getafe. El Getafe hizo uno de sus partidos m¨¢s completos esta temporada. Remat¨® 19 veces contra tres del visitante. Expulsado Arambarri a falta de diez minutos por doble amarilla, sigui¨® invadiendo el ¨¢rea rival sin encontrar respuesta. El Celta solo pudo taparse bajo las bombas.
La ¨²ltima arenga de Bordal¨¢s, girando por el vestuario en medio del c¨ªrculo de jugadores que se concentran, se vendan, o se ajustan las botas, forma parte del ritual de preparaci¨®n antes de los partidos del Getafe. Una de las consignas m¨¢s repetidas, sea cual sea el rival, en todos los campos, resuena con vibraci¨®n met¨¢lica en la garganta del entrenador que percute con una idea como si clavara una obsesi¨®n en la mente de sus futbolistas. ¡°?El primer pase despu¨¦s de recuperar tiene que ser de seguridad!¡±, gritaba, antes de salir a enfrentar al Celta.
Desde m¨²ltiples sectores al Getafe le fabricaron una reputaci¨®n de equipo especulador, inclinado a perder el tiempo acribillando a los rivales a faltas deliberadas para trabar los partidos. No basta este argumento para explicar el ascenso met¨®dico de este equipo en el escalaf¨®n de la aristocracia de LaLiga. Tampoco resulta veros¨ªmil a la luz de la sucesi¨®n de partidos que demuestran lo contrario. Las aglomeraciones que genera la actitud invasiva del Getafe provocan fricciones inevitables. Tambi¨¦n hace especialmente dif¨ªcil la tarea de encadenar pases, cosa que consigue con notable precisi¨®n gracias al adiestramiento. Pocos equipos ocupan mejor los espacios en los ¨²ltimos metros. Pocos desencajan a las defensas con permutas m¨¢s machaconas. El Celta apenas se refugi¨® en su defensa de tres centrales, compeltamente superado en el mediocampo desde la lesi¨®n de Rafinha.
El Getafe erosion¨® al Celta porque sus jugadores pelearon cada pelota como si fuera la ¨²ltima. Pero, sobre todo, lo desgast¨® porque una vez que recuper¨® la posesi¨®n fue capaz de asegurarla. Presa de una inhibici¨®n que no supo disimular, el Celta se perdi¨® castigado por la movilidad de los jugadores del Getafe, din¨¢micos de punta a punta, con la pelota y sin ella. Comandados por un Nyom y un Cucurella profundos en cada incursi¨®n, terminaron casi todas las jugadas poniendo a prueba los nervios de Rub¨¦n Blanco. Arambarri desde fuera del ¨¢rea, Mata de cabeza y Maksimovic en dos llegadas, estuvieron a un cent¨ªmetro del gol. El Celta solo pudo aprovecharse de la precipitaci¨®n de su adversario en los metros finales. Aguantatar ¡ªy ganar tiempo¡ª fue su mayor m¨¦rito.
¡°Aqu¨ª hubo un equipo que quiso jugar y otro que vino a perder tiempo, pero la fama la tenemos nosotros¡±, lament¨® Bordal¨¢s tras el partido, en Movistar. ¡°Me quejo porque nos han puesto una etiqueta por hacer algo que hacen todos¡±.
Al t¨¦cnico del Getafe le molest¨® que el ¨¢rbitro solo a?adiera cinco minutos de descuento. A la multitud reunida en el Coliseum tambi¨¦n, visto el fragor con que vivi¨® los ¨²ltimos instantes de un partido febril. Un duelo que el Getafe libr¨® con sentido ¨¦pico en un intento de afianzar su condici¨®n de equipo de Champions con el tercer puesto de la clasificaci¨®n. De momento, solo podr¨¢ seguir siendo cuarto.
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