El alivio de Osasuna, la condena del Espanyol
El cuadro de Arrasate derrota con un gol de penalti al equipo catal¨¢n, que termina el partido con un jugador menos y sigue hundido en el fondo de la tabla
Dos manos, una de un jugador dentro del ¨¢rea y otra del portero fuera, terminaron por definir un duelo por momentos aburrido, en otros atractivo, nunca desangelado en El Sadar entre Osasuna y el Espanyol. Primero V¨ªctor S¨¢nchez le regal¨® una pena m¨¢xima a Roberto Torres y despu¨¦s el portero Diego L¨®pez se llev¨® la segunda amarilla por atrapar el bal¨®n en la medialuna. Un penalti y una tarjeta roja que sirvieron para recuperar la paz en Pamplona y agudizar el desasosiego en Cornell¨¤.
De la angustia acumulada se liber¨® primero Osasuna. Una victoria en los ¨²ltimos seis partidos, dos derrotas consecutivas en El Sadar y su jugador franquicia, Chimy ?vila, en la grada con el mate en la mano. No andaba sobrado de moral el cuadro rojillo y Jagoba Arrasate reaccion¨®: tres cambios respecto del once inicial que cay¨® en el campo del Sevilla. Le funcion¨® la estrategia al t¨¦cnico vasco, que buscaba empezar a sellar su salvaci¨®n. El descenso es, justamente, lo que agobia al Espanyol. El sabor agridulce del ¨²ltimo empate que hab¨ªa conseguido ante un duro como el Atl¨¦tico no relaj¨® al equipo de Abelardo, que lleg¨® a Pamplona atado al fondo de la tabla. Un nudo imposible de desatar, mucho m¨¢s cuando se qued¨® con 10 jugadores en el final del partido, en el momento el que m¨¢s asustaba a Rub¨¦n Mart¨ªnez.
Finaliz¨® y empez¨® contrariado el Espanyol. No hubo ni noticias del cuadro catal¨¢n en el amanecer del duelo en Pamplona. Dominaba Osasuna, siempre presente en el campo blanquiazul, aunque sin inquietar a Diego L¨®pez. Cuando despertaron los muchachos de Abelardo, lo aborreci¨® el duelo. El bal¨®n se alej¨® de las porter¨ªas, sin m¨¢s expectaci¨®n que alg¨²n arrebato individual de Roberto Torres o Ra¨²l de Tom¨¢s. No apareci¨® el ariete blanquiazul, s¨ª el 10 de Osasuna. De regreso de los vestuarios, Osasuna volvi¨® a apretar al Espanyol y se encontr¨® con la insospechada mano de V¨ªctor S¨¢nchez. Fue la primera de las dos manos que condenaron al Espanyol.
En una jugada sin maldad, en un centro soso de Rub¨¦n Garc¨ªa, el volante catal¨¢n choc¨® el bal¨®n con la mano en ¨¢rea. El ¨¢rbitro no dud¨® en se?alar el punto del penalti. Tampoco Roberto Torres para lanzar, suave y sutil, la pena m¨¢xima y dejar a Diego L¨®pez en el suelo y firmar el 1-0. El marcador ya no se iba a mover m¨¢s. El partido, en cambio, gan¨® m¨¢s en emoci¨®n que en f¨²tbol. Esencialmente, el duelo se puso el¨¦ctrico en El Sadar. El bal¨®n corr¨ªa de ¨¢rea a ¨¢rea, sin tregua para los volantes, tampoco para los porteros. Apareci¨® Rub¨¦n Mart¨ªnez, tambi¨¦n Diego L¨®pez. Pero el portero gallego se cambi¨® el traje de guardi¨¢n por el de atolondrado. Cogi¨® el bal¨®n fuera del ¨¢rea (muy cerca, en cualquier caso, de la l¨ªnea de cal) y el ¨¢rbitro lo pesc¨®. Segunda amarilla para Diego L¨®pez, segunda mano que castigaba al Espanyol.
El central uruguayo Cabrera se puso los guantes, pero el partido ya se hab¨ªa apagado. Osasuna se apiad¨® de un Espanyol que ya ni se asomaba en el ¨¢rea de Rub¨¦n. Osasuna, a nueve puntos de la zona de descenso, se alivi¨® ante el Espanyol, cada jornada m¨¢s atrapado en el fondo de la tabla.
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