El p¨®ker de los nuevos del Betis enfada a Di St¨¦fano
La derrota del Madrid en el Villamar¨ªn 4-1 en el 84 abre una crisis en el vestuario blanco
El s¨¢bado 7 de enero de 1984 el Madrid visitaba al Betis como campe¨®n de invierno. Era la segunda temporada de Di St¨¦fano como entrenador. En la primera hab¨ªa quedado segundo en cinco competiciones, curioso r¨¦cord. Esta la hab¨ªa empezado cayendo pronto en la UEFA y con un arranque flojo en la Liga, pero ya andaba bien: seis victorias y un empate en los ¨²ltimos siete partidos. La v¨ªspera se le recuerda a Di St¨¦fano que el equipo ha salido escaldado dos veces de Andaluc¨ªa: 6-2 en M¨¢laga y 4-1 en Sevilla: ¡°Yo no creo en gafes¡±, respondi¨® malhumorado.
El Betis era sexto de la mano de Pepe Alzate, un andaluz recriado en Navarra. Era la primera temporada como presidente de Mart¨ªnez Retamero, que incorpor¨® varios refuerzos, entre ellos Calder¨®n, sensacional extremo argentino. Era un buen Betis en el que Gordillo arrasaba por la banda en busca de los pases de Carde?osa. Di St¨¦fano tem¨ªa aquello. El d¨ªa del partido orden¨® defender en zona. Tem¨ªa que Calder¨®n arrastrara al lateral y que por ese boquete entrara Gordillo. Faltaba Chendo y, en vez del suplente natural, Juan Jos¨¦, muy alegre para subir, eligi¨® a Bernardo, un medio disciplinado que le gustaba mucho. Al Betis le faltaban Canito y Rinc¨®n, dos puntales.
El partido empez¨® con un Madrid dominante y un Betis prudente hasta que en el minuto 9, en el primer c¨®rner a favor del Betis, Calder¨®n recoge un bal¨®n suelto, centra y Carde?osa toca de cabeza para el central Mantilla (uno de los nuevos), que cabecea a gol. El Betis cobra seguridad, ofrece llegadas frecuentes y peligrosas, Miguel ?ngel se multiplica, con la defensa desconcertada. Bonet, que apenas sal¨ªa de una lesi¨®n grave sufrida en la final de Copa por entrada de Migueli (y que a la postre le retirar¨ªa) y Metgod, un holand¨¦s lento e ingenuo, sufr¨ªan horrores. En el 35, jugada entre Carde?osa y Calder¨®n, con centro de este, y cabezazo de Paco (otro de los nuevos, procedente adem¨¢s del Castilla) para poner el segundo. En el 45, Calder¨®n hace un ovillo con Metgod y clava el tercero por la escuadra. Al descanso todo es euforia en la grada. En el 63, pase profundo de Carde?osa a Su¨¢rez (el cuarto nuevo), que marca un golazo. En el 89, el Madrid salva la honrilla con un gol de Juanito de penalti. En el palco, Mart¨ªnez Retamero presume: los cuatro goles los han hecho sus fichajes del verano: Mantilla, Paco, Calder¨®n y Su¨¢rez. El partido qued¨® para la historia del club como ¡°el p¨®ker de los nuevos¡±. Aquel Betis iba bien encaminado. Terminar¨ªa quinto, clasificado para Europa.
El Madrid es un funeral. Gordillo no intervino en los goles, pero por frenarle se desbarat¨® todo lo dem¨¢s. En el vestuario, Miguel ?ngel dice que ha visto a Calder¨®n suelto por todas partes. Bonet explica que nunca hab¨ªan jugado en zona y que no supieron c¨®mo hacerlo. No era una gran rajada, pero¡ Al llegar el martes al entrenamiento, Camacho le dijo: ¡°?La que has liado! Mira el tabl¨®n¡±.
En el tabl¨®n de avisos Di St¨¦fano hab¨ªa colgado un recorte de con unas declaraciones de Bonet en las que desarrollaba m¨¢s lo comentado en los vestuarios. Tambi¨¦n hab¨ªa explicaciones de Miguel ?ngel. El ambiente estaba cargado. Cuando salieron al campo, Di St¨¦fano no estaba. Dirigi¨® el entrenamiento Santisteban, su segundo. Di St¨¦fano estaba en la banda, en ropa de calle y con cara de mal humor. Ten¨ªa muy mala relaci¨®n con el gerente, Fern¨¢ndez Trigo (se dirig¨ªa a ¨¦l como Gonz¨¢lez Trigo o Rodr¨ªguez Trigo, para molestarle), y era este precisamente quien le hab¨ªa dado noticia de las declaraciones en, fingiendo apoyo, pero Di St¨¦fano era consciente de que lo que buscaba era hacerle ver que no controlaba el vestuario.
Miguel ?ngel pidi¨® hablar con ¨¦l y lo consigui¨® el jueves. Se excus¨® por sus declaraciones, en las que no dec¨ªa m¨¢s que la verdad, que vio a Calder¨®n por todas partes. Bonet no le dijo nada, aunque explic¨® en prensa que no quer¨ªa criticar la t¨¢ctica, solo expresar lo que pas¨®. Y en eso me insiste estos d¨ªas: ¡°Yo no iba contra ¨¦l, pero lo tom¨® mal¡±. Se qued¨® un mes sin jugar. Metgod no reapareci¨® hasta la ¨²ltima jornada. Nunca le gust¨® a Di St¨¦fano, que un d¨ªa lleg¨® a comentar. ¡°Viendo Metgod veo que Holanda volvi¨® a ser lo que era antes de Cruyff: buenas vacas, buen queso y malos futbolistas¡±. Los compa?eros apostaban a hacerle ca?os en los entrenamientos. Al Madrid se le escap¨® ese campeonato de nuevo ante el Athletic por un punto. Di St¨¦fano sali¨® ese verano, cumplido su contrato de dos a?os sin ning¨²n t¨ªtulo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.