La soledad de Messi
El capit¨¢n deber¨ªa ser el aliado de la nueva generaci¨®n y no el c¨®mplice de la vieja en un Bar?a que lidera una devaluada liga


Ahora mismo resulta dif¨ªcil apostar por qui¨¦n ganar¨¢ LaLiga. El Madrid se desplom¨® en el Villamar¨ªn despu¨¦s de conquistar el liderato contra el Bar?a. El partido del Bernab¨¦u confirm¨® una jornada despu¨¦s que los dos favoritos son tan vulnerables que pueden perder con cualquiera porque ya no dan miedo, ni sabiendo que uno de los dos ganar¨¢ el t¨ªtulo, por m¨¢s que se hable del buen f¨²tbol de equipos como la Real Sociedad.
Aunque jug¨® bien, el equipo donostiarra perdi¨® en el Camp Nou porque el Bar?a dispuso de m¨¢s ocasiones y pudo cantar victoria con un gol de Messi. El f¨²tbol de los azulgrana, en cualquier caso, no garantiza su victoria el s¨¢bado en Mallorca. Alcanza con cotejar sus n¨²meros como visitante: ha empatado tres partidos y ha ganado los mismos que ha perdido: 5; uno en Valencia contra el Levante por 3-1.
M¨¢s f¨¢cil parece tenerlo el Madrid, que el viernes recibe al Eibar. No hay que olvidar de todas maneras que el equipo blanco fue eliminado de la Copa en el Bernab¨¦u por la Real y ha cedido en casa cuatro empates en LaLiga: Valladolid, Celta, Betis y Athletic. El equipo echa en falta los goles de Cristiano Ronaldo de la misma manera que los futbolistas del Bar?a a?oran a menudo a Neymar.
A veces parece que el Bar?a y el Madrid se consuelan y se vigilan mutuamente despu¨¦s de saber que no hay un tercer equipo que les preocupe ¨Cel Atl¨¦tico est¨¢ en plena renovaci¨®n-. No tienen la grandeza ni la ambici¨®n suficiente parar marcar diferencias el uno del otro en un torneo que puede dejar m¨¢s se?alado al que lo pierda que al que gane, que ser¨ªa el menos malo de LaLiga.
La regresi¨®n del campeonato, reflejada en el cl¨¢sico, ha afectado incluso a Messi, el ¨²nico gran icono que queda y que ahora extra?a a Luis Su¨¢rez. La lesi¨®n del uruguayo ha afectado a la productividad ofensiva del Bar?a. El f¨²tbol mengua y tambi¨¦n los goles del Barcelona. El argentino, que tiene 32 a?os, necesita cada vez m¨¢s la ayuda de sus compa?eros y a menudo se encuentra solo delante de la porter¨ªa, incluso en el Camp Nou.
A Messi le convendr¨ªa quiz¨¢ ser el aliado de la nueva generaci¨®n y no el l¨ªder y c¨®mplice de la vieja, una variaci¨®n que pide una actuaci¨®n decidida del entrenador, de la secretar¨ªa t¨¦cnica y de la presidencia de Bartomeu. El d¨ªa que Messi dedique tambi¨¦n un rato a Ter Stegen, De Jong, Griezmann o Ansu Fati, sin dejar de lado a Su¨¢rez, Piqu¨¦, Alba o Busquets, las cosas seguramente le ir¨ªan mejor al Bar?a.
El f¨²tbol del equipo azulgrana no est¨¢ condicionado por el estilo de juego, un argumento muy recurrente, sino por un ecosistema generado por un n¨²cleo de veteranos que no solamente obligan a jugar de una manera sino que tambi¨¦n afectan la manera de vivir en el Camp Nou. Y de ah¨ª la necesidad de apostar tambi¨¦n por jugadores valientes, dispuestos a comerse el campo y el mundo, a ser las figuras a corto plazo del Barcelona.
El cambio no se visualiza porque de momento los mejores de cada partido son los que ya llevan a?os en el Barcelona. As¨ª lo atestiguan las ¨²ltimas actuaciones de Piqu¨¦ y algunas de Busquets. Los m¨¢s viejos devoran a los m¨¢s j¨®venes mientras el entrenador claudica porque piensa que tiene m¨¢s posibilidades de ganar con la alineaci¨®n de siempre, y ahora no es el momento de hacer un equipo nuevo sino de ganar la Liga y, claro est¨¢, si se pudiera la Champions.
Las circunstancias tampoco ayudan ni tan solo cuando el equipo juega en el Camp Nou. Hay mal humor en el estadio desde que la afici¨®n ha decidido pasar factura a jugadores y directivos como se ha podido ver en los partidos contra el Eibar y la Real. Alba ya puede decir lo que quiera porque la hinchada empieza a estar harta de todo, y si el campo deja de ser un aliado puede resultar un problema gordo para el equipo porque hasta ahora solo ha cedido un empate con el Madrid.
Aumenta el desgaste y se impone la mediocridad en una Liga que envejece y empeque?ece, convertida en una cuesti¨®n de supervivencia tanto para el Bar?a como para el Madrid. Un panorama que no le conviene ni se merece el mejor futbolista del mundo como es Messi, decisivo incluso cuando est¨¢ agotado y dolorido como se pudo ver contra la Real. La singularidad del capit¨¢n pide un ¨²ltimo esfuerzo por parte del Bar?a.
La miseria y la impotencia deber¨ªan evitarse mientras juegue Messi.
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