Robinson el Conquistador
El ingl¨¦s dej¨® huella en Pamplona, donde sus excompa?eros de Osasuna le recuerdan por su ambici¨®n y c¨®mo encaj¨® en el equipo. En dos a?os contribuy¨® a evitar el descenso y a un hist¨®rico quinto puesto
De Liverpool a Pamplona, Michael Robinson (61 a?os) encaj¨® como anillo al dedo en el ecosistema brit¨¢nico del Sadar, feudo en el que se premia la entrega por encima del adorno. ¡°Conect¨® muy r¨¢pido con el equipo y el aficionado, porque aqu¨ª se vive el f¨²tbol de un modo muy ingl¨¦s¡±, recuerda Enrique Mart¨ªn Monreal, que comparti¨® ataque y una larga ristra de an¨¦cdotas con el ariete de Leicester, aterrizado en Osasuna en enero de 1987, procedente del Queens Park Rangers. El club navarro pag¨® por ¨¦l 25 millones de pesetas y enseguida se dio cuenta de que hab¨ªa contratado a una figura que iba m¨¢s all¨¢ del rect¨¢ngulo de juego.
¡°Era un 9 de raza, de mucho pundonor, muy competitivo. Era fuerte, ca¨ªa al espacio, iba a todo y siempre con todo¡±, prosigue Mart¨ªn, que incide en el efecto multiplicador que tuvo Robinson en esa mezcla de veteranos y jovenzuelos que bromeaban en el vestuario por el acento del nuevo integrante. ¡°Nos aport¨® un plus de ambici¨®n. Al fin y al cabo, ¨¦l ven¨ªa del Liverpool [tras 11 a?os en la liga inglesa y despu¨¦s de haber ganado la Premier y la Copa de Europa] y ten¨ªa otra mentalidad. Lleg¨® muy justo de las rodillas, pero supuso una motivaci¨®n para todos. Nos ayud¨® a crecer¡±, precisa el preparador.
¡°Lo primero que aprendi¨® fue a decir tacos¡±, cuenta Patxi R¨ªpodas, fibroso mediocentro de aquel Osasuna guerrillero de finales de los ochenta. ¡°No ten¨ªa miedo a nada y en el c¨¦sped era exactamente igual. Era un t¨ªo que no se andaba con rodeos, que hablaba claro. Entrenaba al cien por cien y nos cambi¨® la mentalidad. No escatimaba en nada, era un ganador. Y r¨¢pidamente cal¨® en todos nosotros¡±, a?ade el exjugador. ¡°S¨ª, porque transmit¨ªa much¨ªsimo. Esa capacidad que se ve¨ªa en la tele la ten¨ªa tambi¨¦n de puertas adentro. Fue listo y supo integrarse r¨¢pidamente. Era un conquistador¡±, se suma Miguel Sola, elegante llegador con el que compart¨ªa hoyos en el golf.
¡°Sol¨ªamos hacer calderetes y antes del partido rez¨¢bamos, y eso le chocaba¡±, apunta Jon Andoni Goikoetxea, entonces un primerizo que despu¨¦s fich¨® por el Dream Team de Cruyff. ¡°Me dec¨ªa que ten¨ªa maneras y que ten¨ªa que fichar por un gran equipo, y acert¨®. Me recordaba un poco a Johan, porque los dos hablaban a su manera, pero en el fondo eran grandes comunicadores. Enganch¨® a todos muy r¨¢pido¡±, agrega Goiko. ¡°Vino acompa?ado de Sammy [Lee] y se cambiaba a mi lado, e I?aki [Ib¨¢?ez] hac¨ªa de int¨¦rprete al principio porque manejaba bien el ingl¨¦s. ?Pero aprendi¨® enseguida! Le gustaban mucho los pimientos rellenos y la juerga. En la noche sacaba matr¨ªcula de honor¡±, bromea el exportero Javier Vicu?a. ¡°Y no entend¨ªa que despu¨¦s de los partidos no hubiera cervezas en el autob¨²s. Le encantaba la Keler, porque rasca¡±, apostilla R¨ªpodas.
Me recordaba a Cruyff. Hablaban a su manera, pero eran grandes comunicadoresJON ANDONI GOIKOETXEA
¡°Dominaba el tercer tiempo¡±, a?ade Cuco Ziganda, que debut¨® en Primera Divisi¨®n sustituyendo, precisamente, a Robinson en un duelo contra el Sabadell y luego heredar¨ªa ese 9. ¡°Compartimos habitaci¨®n durante un tiempo. Era muy inquieto, atrevido y en el campo no callaba, radiaba los partidos y le¨ªa como pocos el f¨²tbol. Ojal¨¢ ahora hubiera hoy m¨¢s chicos as¨ª. Y encaj¨® aqu¨ª desde el principio, con las costumbres. Le gustaba comer bien, los Sanfermines e ir a la pelota, aunque nos hablaba de Severiano Ballesteros y en el tema de la m¨²sica¡ ?de Julio Iglesias!¡±, prolonga el t¨¦cnico actual del Oviedo.
¡°Tambi¨¦n de Frank Sinatra, pero claro, yo soy m¨¢s de rock y heavy, as¨ª que ah¨ª choc¨¢bamos, aunque yo le aceptaba lo de Tom Jones¡ Fue un fichaje de campanillas, porque ten¨ªa una concepci¨®n del f¨²tbol muy similar a la de aqu¨ª¡±, interviene Ib¨¢?ez, actual delegado del equipo. ¡°Era tremendamente ambicioso, nos impuls¨® [Osasuna logr¨® un hist¨®rico quinto puesto en 1988]. Nos dec¨ªa: ?por qu¨¦ no vamos a poder ganar en el Bernab¨¦u o el Camp Nou? Era un t¨ªo especial, muy extrovertido, con mucha inteligencia emocional. A la hora de trabajar, iba al mil por mil y fuera era igual, un t¨ªo de calle, de dejarse ver¡±, comenta ?ngel Mart¨ªn Gonz¨¢lez, zaguero entonces y hoy director deportivo del Getafe.
Pese a haber nacido en Inglaterra, Robinson defendi¨® por ascendencia materna la camiseta de Irlanda, con la que disput¨® 23 encuentros y firm¨® dos goles. ¡°Yo jugu¨¦ un partido con la selecci¨®n contra ¨¦l¡±, rebobina Mart¨ªn; ¡°y sal¨ª los 25 ¨²ltimos minutos. Quer¨ªa su camiseta, pero como ya se hab¨ªa comprometido con otro no la ten¨ªa, as¨ª que le ped¨ª el pantal¨®n y me lo dio¡±. Recuerda tambi¨¦n el de Campanas que a su compa?ero le extra?aba que le preguntase antes de salir al campo si prefer¨ªa los centros al primer o al segundo poste, porque eso no ocurr¨ªa en las islas, y que Robinson sol¨ªa hablar orgulloso de la jerarqu¨ªa que exist¨ªa en el Liverpool, donde los cachorros preparaban las equipaciones de los veteranos.
¡°Aqu¨ª fue una revoluci¨®n. Era un t¨ªo guapete y alto, y te lo pasabas bomba si sal¨ªas a dar una vuelta con ¨¦l¡±, subraya R¨ªpodas, que sol¨ªa invitarle a cenar a su casa junto a Pedersen [dan¨¦s, el primer extranjero de la historia del club] y recupera algunas an¨¦cdotas m¨¢s: ¡°Le gustaba dormir en el Hotel Ciudad de Pamplona antes los partidos, porque dec¨ªa que as¨ª se concentraba mejor, y no entend¨ªa por qu¨¦ calent¨¢bamos antes de jugar, as¨ª que ¨¦l lo hac¨ªa todo explosivo desde el principio, por su cuenta. ?Que te rompes, Robin! Y cuando debut¨®, le dijo al m¨ªster: Tranquilo, Pedro Mari [Zabalza], que yo le marco a [Genar] Andrinua a bal¨®n parado¡ y nos marc¨® dos goles de cabeza¡±.
Le gustaba comer bien y la pelota. Nos hablaba de Ballesteros y Julio IglesiasCUCO ZIGANDA
Coinciden todos los que hablan sobre el ingl¨¦s en que, m¨¢s all¨¢ del futbolista y el comunicador, prevalece la sensaci¨®n de una persona vitalista y jovial, exprimidor del presente. ¡°Iba de frente. Tra¨ªa en el ADN esa ambici¨®n y cay¨® bien desde el principio. Encandilaba a la gente, era muy emp¨¢tico. Y nos ven¨ªa bien, porque despertaba al campo con alguna que otra carrerita de cara a la galer¨ªa. Era muy listo, un p¨ªcaro. Si no hablaba espa?ol mejor era porque, sencillamente, no le interesaba...¡±, evoca Javier Casta?eda, el kaiser de esa zaga. ¡°Era un relaciones p¨²blicas y luego aprovech¨® esa virtud en los medios¡±, resuelve Vicu?a. ¡°Siempre le recordar¨¦ con una sonrisa en la boca¡±, remata Ib¨¢?ez.
Robinson jug¨® de 1987 a 1989 en Pamplona, y tras dos cursos y medio las rodillas le forzaron a retirarse. Debut¨® en el Athletic-Osasuna del 10 de enero de 1987 y marc¨® su primer gol en el Bernab¨¦u, en el minuto 1. Luci¨® por ¨²ltima vez la camiseta roja el 15 de enero de 1989, tras un mal gesto durante un partido en El Sadar contra el Betis, y se despidi¨® con 12 goles en 58 partidos. Dejando una profunda huella.
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