Ciclismo de fin de siglo
En ¡®El chico que so?aba con ser Gianni Bugno¡¯ se atrapan sensaciones vitales que discurren en aquellas tardes de julio que ol¨ªan a calor y sonaban a la etapa del Tour a trav¨¦s de la tele
![LIBRO](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GFPZYBTOCBAV7NU3NJQRT4PMFE.jpg?auth=f30063eb0afc68c57bde4fc73cbe52eb31c4be4cbd5f4ea8486329a82133a8eb&width=414)
En los a?os 80 y 90, con el avance de la primavera y con el verano en el horizonte, los ni?os que entraban a un bar y ped¨ªan un refresco rezaban para que el camarero que se lo iba a servir tuviera la sensibilidad suficiente como para entender que no deb¨ªa abrir la botella de cualquier manera. Si la chapa se doblaba un poco, ya no tendr¨ªa una segunda vida ligada al ciclismo. Nadie le a?adir¨ªa la pegatina con la cara y el nombre de un ciclista. Nadie tratar¨ªa de dotarla de consistencia y peso con cera fundida, plastilina o, incluso, peque?os trozos circulares de cristal.
Los ¨ªdolos de la infancia se deslizaban sobre aquellas chapas. Y ya se sabe que los ¨ªdolos no se eligen, sino que aparecen. Solo as¨ª se explica que, en numerosas ocasiones, los pedestales los ocupen personas que no son las primeras en su ¨¢mbito, pero que tienen ese no s¨¦ qu¨¦ que las hace especialmente atractivas. En El chico que so?aba con ser Gianni Bugno (Contra), Guillermo Ortiz plasma una ¨¦poca de la historia del ciclismo y va un poco m¨¢s all¨¢: atrapa las sensaciones que acompa?an a esa etapa de la vida en la que se mezclan la ni?ez, la adolescencia y todo lo que vendr¨¢ despu¨¦s. En la que cada descubrimiento del amor, del desamor o de una nueva banda musical pod¨ªa hacer tambalearse el mundo. Y en la que las tardes de julio ol¨ªan a calor y sonaban a la etapa del Tour a trav¨¦s de la televisi¨®n.
¡°Yo so?aba con ser Gianni Bugno por mucho que incluso Forges se burlara de ¨¦l en sus vi?etas de EL PA?S. Gianni en ciclamino en el Giro de 1994 mientras Telecinco nos intentaba vender compresores; Gianni doble campe¨®n del mundo; Gianni en la ¨¦pica de los tifosi, que le escrib¨ªan en las laderas del Mortirolo, ¡°Facci Sognare, Gianni, facci sognare¡±, justo antes de que se quedara en el grupo trasero (...). El hombre tranquilo convertido con el tiempo en un hombre atormentado. El adolescente convertido en adulto¡±. Del ciclismo y de la vida.
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